Sara Said asegura desde su experiencia que parar y tomarse un tiempo para mirar dentro de uno mismo es la clave para reavivar la energía en la profesión docente.
Sara Said, profesora estadounidense de Lenguaje, cree que el primer paso para restaurar el placer por enseñar es dejar de pensar en las cosas que no se pueden controlar y enfocarse en las que sí. Así lo asegura en un artículo que publicó en Edutopia.
La profesora cuenta en su publicación que muchas veces el trabajo como docente llega a abrumar, haciendo que la energía que tenían sus clases y el placer con el que las hacía, desaparezcan. Pero, siendo la profesión docente una de las más transformadoras, Sara invita a tratar de redescubrirse constantemente.
“Los invito a trabajar individual y colectivamente para mirar profundamente en sus valores y dentro de su corazón para localizar la razón por la que se convirtieron en maestros. Podemos crear formas de verter esos sentimientos de resiliencia que fomentamos desde el interior de nuestros corazones y en nuestras aulas”, escribe Sara.
Para la docente, lo principal debe ser preguntarnos qué fue lo que nos motivó a elegir la docencia, y también, qué es lo que nos motiva ahora.
Pedir ayuda no está mal
Al igual que para Sara y muchos otros profesores alrededor del mundo, la pandemia significó un gran trauma que les llevó a pedir ayuda a través de la terapia. Y esa instancia, fue de gran significado para ella y fue una invitación a quitarse de la cabeza la idea de que pedir ayuda es signo de debilidad.
Según Sara, conversando con el terapeuta salieron a la superficie todos sus pensamientos y hasta las ganas de dedicarse a otra profesión , pero éste le sugirió que antes de tomar una decisión apresurada, hiciera el ejercicio de mirar profundamente dentro de sí misma para ver cuáles eran sus valores. Para esto uso la Clasificación de tarjetas de Valores Personales.
¿Cómo mantener la motivación en el aula?
En el artículo que publicó Sara en Edutopia, dejó un listado de algunas acciones que también le han ayudado a mantener la motivación en su cotidianidad de la profesión docente. Aquí sus recomendaciones:
- Darse el tiempo de trabajar en un proyecto que le motive, para así tenerlo listo apenas comience el próximo año escolar.
- No comenzar las clases pasando de inmediato los contenidos. Es mejor dejar unos minutos para conocer bien a los estudiantes, fomentar la construcción de relaciones y de habilidades colaborativas. Puede ser interesante permitir que los estudiantes lo ayuden a crear el entorno del aula con sus obras de arte e ideas.
- Hacer énfasis en el aprendizaje práctico y centrado en el estudiante. Es decir, aprovechar los gustos de los estudiantes para crear proyectos que los motiven.
- Usar la música para conectar con los alumnos. Mostrar los gustos musicales y dejar que ellos muestren los suyos, puede ser una buen espacio de conversación.
- Priorizar el aprendizaje cinestésico. Salidas, juegos y todo lo que se relacione al movimiento es una excelente manera de involucrar a los estudiantes.
No es fácil, pero renovar el placer de enseñar es necesario para levantar la educación. Como dice la profesora Sara, la clave es parar y mirar dentro de uno mismo.
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