Con una orquesta, este profesor trabaja la autonomía de estudiantes ciegos

En la quinta edición del Global Teacher Prize Chile (GTP) , se agregó una nueva subcategoría: “Profesor/a de Música”, con la intención de reconocer a las y los docentes que han cambiado la vida de sus estudiantes a través de esta asignatura.

En la ceremonia realizada el 24 de noviembre en los estudios de TVN y bajo la conducción de María Luisa Godoy e Ignacio Gutiérrez, no solo se reveló que Manuel Calcagni fue el ganador del Global Teacher Prize Chile 2020. En el evento, se reconoció el gran trabajo de Cristóbal Rojas, ganador de la subcategoría “Profesor de Música”.

La decisión fue tomada por un jurado compuesto 4 personalidades vinculadas al mundo de la educación y la música: Juanita Parra, baterista y percusionista de la banda Los Jaivas; Yorka Pastenes, Profesora de Música y líder de la banda Yorka; Ron Álvarez, profesor de Música, director y fundador la Dream Orchestra, en Suecia y Felipe Porflitt, profesor de Música y académico Facultad de Educación de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

"Es un honor recibir este reconocimiento, muchas gracias a mis queridos estudiantes", comentó nuevo ganador del Global Teacher Prize Chile, quien además recibió 4 mil dólares por este reconocimiento.

Cristóbal es el director de La Orquesta Sonidos de Luz desde el año 2015

La agrupación está integrada por músicos ciegos o baja visión, todos ex alumnos del Colegio Santa Lucía de la Fundación Luz, quienes han interpretado durante su trayectoria un variado repertorio, que va desde jazz hasta música folclórica.

El objetivo de esta orquesta no es solo difundir música, sino trabajar la inclusión, logrando que sus integrantes desarrollen sus capacidades al máximo y sean personas activas dentro del mundo laboral.

Siendo la música una gran herramienta para el desarrollo humano, Cristóbal ha logrado que sus estudiantes enfrenten sus propias barreras y que estén en grandes escenarios junto a artistas nacionales como Joe Vasconcellos, Nano Stern y Cecilia Echeñique, entre otros.

El trabajo de la orquesta, también ha llevado a los estudiantes a compartir instancias con Stevie Wonder

Además de estar planificando una presentación para el Lollapalooza Chile 2021, entre los logros de la orquesta también se suma que un alumno de Cristóbal se convirtió en 2019 y con 15 años, en el primer músico ciego en ingresar al Conservatorio de la Universidad de Chile. Se llama Bernabé Catalán y fue parte de la Orquesta Sonidos de Luz.

“La música es una herramienta trascendental en el desarrollo humano, porque logra conectar el alma con el intelecto. En mis estudiantes veo cómo, a través de los años, la música los ha transformado en seres más confiados y con más amor propio, se sienten más capaces al adquirir nuevos conocimientos y derribar barreras”, contó Cristóbal.

De esta forma, Cristóbal está logrando –desde la música– que sus estudiantes superen sus propias expectativas, gracias a métodos que él fue desarrollando.

Cristóbal los dirige usando un pandero de pie y un bajo eléctrico

“El pandero sirve para marcar el pulso e inicio de cada tema; como metrónomo en el proceso de ensamble del repertorio; para dar aviso de cierre de obra; como seña de inicio o término de los solos, cambios de secciones, pulso y métricas. El bajo eléctrico lo escogí ya que es muy influyente en el arreglo y fundamental para la sección rítmica, armonía y melodía”, explicó el profesor.

Estas guías rítmicas han sido claves al momento de enseñar nuevos repertorios y lograr una buena dirección de la orquesta. Además, Cristóbal ha usado el sistema de lectura Braille ​en algunos instrumentos, como los teclados, para marcarles las notas.

Para fomentar la autonomía de todos sus estudiantes, también le ha puesto indicaciones en Braille a sus equipos: cables, estuches y fundas, entre otros.

“En esta orquesta, la música se convierte en una herramienta de resiliencia, al desarrollar en ellos la capacidad para superar obstáculos, ser constantes y persistentes. Se ha logrado potenciar su autoestima, autonomía, promover el trabajo en equipo y plantear la actividad musical como un posible campo laboral”, consideró Cristóbal.