Gracias al compromiso de sus estudiantes y el interés por la innovación tecnológica, la docente Alejandra Ramírez logró que sus estudiantes compitieran a nivel internacional.
Alejandra Meza Ramírez es profesora de Tecnología y Coordinadora de Tecnologías para el aprendizaje, en el Colegio Institución Teresiana, ubicado en Las Condes, una comuna de la ciudad de Santiago de Chile. Desde pequeña estaba interesada en la tecnología y pensaba que toda innovación debía ser llevada al aula; lo que ha logrado actualmente gracias a un equipo de robótica.
Antes de la pandemia tenía un taller para los más pequeños y un equipo de robótica avanzado con niños y niñas, entre séptimo básico y segundo medio, llamado Mastercit. Hace 8 años comenzó y no fue sencillo, porque se interesaban pocos estudiantes y, sobre todo, pocas niñas. Pero esta docente logró que pusieran a prueba sus conocimientos y la aplicación de ideas.
En pandemia encontró las competencias de robótica para motivar a sus estudiantes
El primer torneo fue el First Lego League, campeonato organizado en Chile por la fundación SparkTalents, que promueve no solo la robótica, sino que también, involucra el desafío de generar proyectos basados en una problemática global.
La idea de la docente era que este desafío permitiera a los/as estudiantes investigar y enfocarse en dar una solución –creativa e innovadora– a un problema. Si ellos/as no trabajaban en equipo y vivenciaban adecuadamente la interacción que implica, no se podría haber desarrollado.
Su proyecto, llamado MixSport, estuvo enfocado en solucionar el problema de las personas que no tienen suficiente información sobre los distintos tipos de deportes que existen. Para ello, crearon una aplicación diseñada para todo tipo de personas, para que sepan dónde practicarlos, verlos y con quienes compartirlo.
De este modo, cuando comenzó la pandemia sus estudiantes ya estaban bastante experimentados en formas sobre cómo encontrar soluciones, estructurar y sacar adelante proyectos. Por esa razón, sus alumnos/as solicitaron participar en un torneo de robótica aunque fuera en línea, porque estaban dispuestos/as a llevar adelante el desafío.
El trabajo colaborativo y el desarrollo de valores les permitió reunirse de forma remota
Durante la pandemia, los/as estudiantes fueron muy autónomos en la organización. Investigaron, buscaron referentes en torno a distintos temas, se reunieron con un profesional psicólogo deportivo, con ex seleccionados deportivos. Ese trabajo los llevó a tener una mirada del problema distinta, ya que habían aprendido a investigar en libros y, también, a hablar con quienes saben y tienen relación con los temas investigados.
Las clases fueron posibles gracias al acceso y manejo de herramientas digitales, tales como: guías, cápsulas de aprendizaje y aplicaciones como Classroom, Canva, Tinkercad para el diseño 3D, Sketchup para animación digital y programación, entre otras.
Lo más importante fue mantener una comunicación en línea con los estudiantes y verse en forma virtual por Meet o Zoom, en tiempos más acotados que cuando estaban presencial. La puesta era que los estudiantes avanzaran de forma autónoma con todo el material preparado y una conexión de 40 minutos con la profesora, para resolver preguntas e inquietudes en torno a la materia.
Plantear nuevos desafíos y estimularlos ha sido el foco de esta profesora
Las clases de robótica no son solo teóricas, ya no están en el interés de los estudiantes. Por lo tanto, la docente tuvo que adecuar sus clases y hacerlas prácticas, experimentales y con sentido para ellos/as. Buscó hacerlos sentir que sí podían (y pueden) innovar y dar soluciones a problemas reales del entorno, aunque sean escolares.
Durante la pandemia, participaron en el First Lego League 202 Replay, un programa internacional de tecnología. Los estudiantes aprenden de robótica, programación, diseño y construcción, junto con desafíos para desarrollar su creatividad.
La capacidad para investigar y comunicar lo aprendido frente a jueces, que evalúan sus proyectos, fue clave para el proceso de aprendizaje. Tuvieron que mostrar la programación del robot y sus estrategias para abordar las pruebas del tapete de juego: una mesa con diversos desafíos que el robot debe superar en forma autónoma.
El evento se realizó en 100 países e involucró a más de 250.000 jóvenes en todo el mundo
El equipo Mastercit obtuvo el primer lugar y título de campeón nacional de robótica. Para participar, el día del evento se reunieron en la casa de una familia, y participaron con mucho ánimo, cantando, bailando y por supuesto, actuando frente a los jueces para defender su proyecto en las tres etapas de la competencia:
- Juego de robot: evalúa el diseño del robot y la programación para realizar los desafíos del tapete en forma autónoma.
- Valores: donde se promueve el trabajo en equipo, organización, innovación, inclusión, diversión y descubrimiento.
- Proyecto innovador: inspirado en la temática propuesta en forma general por la competencia este año que fue “Replay”, la cual tenía relación con promover la vida sana y el deporte.
Un enfoque en el futuro laboral y en el empoderamiento femenino, es parte del trabajo de Alejandra
El equipo, de 7 miembros, tiene 4 niños y 3 niñas. La equidad se ha logrado y se percibe un compañerismo y respeto por la individualidad, cuenta la profesora. Además, Alejandra ha procurado acompañarlos siempre con una mirada de futuro, con los ojos puestos en cómo preparar a las nuevas generaciones.
“Ha calado mucho en mí la frase ‘el 80% de los jóvenes encontrarán trabajo en profesiones que aún no existen’. Creo que esa es una de las motivaciones, no me podía quedar en dar clases con lo clásico, un aula de 1900 no tiene muchas diferencias con la mayoría de las salas del 2020. Mi sala si tiene todos los cambios”, señaló la docente.
Actualmente, se está haciendo más común la presencia de las mujeres en el área, sobre todo por todos los movimientos de mujeres que han hecho que la sociedad cambie de paradigma, considera Alejandra. Además, las redes sociales y la sociedad de la información, también han jugado un rol importante en visibilizar que la mujer puede y está igualmente capacitada para ese mundo, antiguamente reservado para los hombres.
“En mi experiencia, siempre sentí que por ser mujer no siempre creían que yo podría liderar y motivar a los estudiantes en el mundo Steam, eso hacía desafiarme aún más en investigar, experimentar y aprender en forma autónoma, a buscar referentes y expertos que me pudieran orientar”, comentó la docente y coach de robótica.
Es por eso que la docente trabaja con tanta fuerza, para que cuando sus estudiantes estén en la universidad sabrán que son capaces y no permitirán que se las postergue. “Ellas son respetadas por sus compañeros de equipo y exigirán respeto de sus compañeros y pares en el futuro también”, finalizó la docente.
¡Una inspiradora forma de inspirar a los/as estudiantes con robótica, tecnología y ciencia!
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