Conoce cómo Marjorie Lara, entrega herramientas y gestiona ideas para que todos sus estudiantes, con capacidades diferentes, puedan ser personas autónomas dentro de la sociedad.
Marjorie Valeria Lara Vargas se desempeña, desde 2008, como docente de Educación Diferencial. Una profesión que decidió estudiar tras una actividad escolar en la que estuvo de niña. Se trató de una visita al Hogar Pequeño Cottolengo, una institución sin fines de lucro que acoge a personas con discapacidad intelectual severa y profunda, mayoritariamente abandonados.
“Recuerdo ver a muchas personas en situación de discapacidad excluidas e invisibilizadas. Eso me marcó”, cuenta Marjorie. En ese momento, decidió estudiar Educación Diferencial con mención en Deficiencia Mental en la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (UMCE), para ser un agente de cambio.
Desde 2014 ha marcado una gran diferencia, como docente en el Centro Educacional Jorge Huneeus Zegers, ubicado en la comuna de La Pintana de Santiago.
Marjorie trabaja con un grupo de estudiantes que forman parte del Programa de Integración Escolar
El establecimiento Jorge Huneeus Zegers cuenta con 3500 estudiantes , con un índice superior al 90%. Ahí, el Programa de Integración Escolar (PIE) brinda apoyo a cerca del 10% de sus integrantes.
El trabajo principal del PIE es entregar educación de calidad a todos los/as estudiantes de la comunidad educativa, promoviendo la educación inclusiva, el respeto y valoración de la diversidad.
Así es como Morjorie trabaja todos los días con estudiantes que tienen necesidades educativas especiales asociadas a: déficit atencional, dificultades específicas del aprendizaje, funcionamiento intelectual limítrofe y trastorno motor, entre otros. Lo hace con un equipo de 12 mujeres, que van desde kinesiólogas hasta terapeutas ocupacionales.
Otro trabajo de esta educadora, es que sus estudiantes compartan con TODOS, no solos con quienes forman parte del PIE
Gracias a las gestiones de Marjorie, se han han generado talleres de habilidades sociales donde se busca un acercamiento más bien personal entre los/as estudiantes: dialogan en torno a las preocupaciones que tienen a su edad, comparten experiencias, opiniones o sugerencias, que les permiten mirar desde diferentes perspectivas las situaciones.
De esa forma, los estudiantes del PIE saben que no son los únicos que viven esas experiencias y que con el apoyo de otros pueden avanzar.
Esta educadora también ha logrado que las salidas pedagógicas se adapten a los estudiantes del PIE
Gracias a sus gestiones, ahora para todas las salidas pedagógicas existe un transporte adecuado para los estudiantes con problemas de movilidad, quienes también empezaron a ser incluidos en las actividades de baile.
Además, en las salidas pedagógicas, presta ayuda a los/as estudiantes con baja visión al ir, por ejemplo, a una obra de teatro. Deben organizarse para que esté –idealmente– otro estudiante, una profesora diferencial u otra profesional del equipo que pueda ir relatando la historia y acontecimientos.
Pero el gran foco de esta educadora, es preparar a los estudiantes en su tránsito a una vida adulta independiente
Marjorie trabaja no solo el ámbito académico con sus alumnos/as, sino también con lo social. Para ella es importante vincular los aprendizajes con las realidades de cada alumno/a y así, poder contextualizarles el mundo y acercarlos desde su cotidianidad.
Uno de sus focos está en potenciar el trabajo de las tareas diarias como: vestuario, higiene, alimentación, manejo de dinero, relacionarse en comunidad y utilizar transporte. Así, Marjorie busca poner en juego sus habilidades en un contexto real, con elementos reales y así, lograr trabajar la independencia de cada uno.
Con ese enfoque, fue que logró que Debora Valenzuela –quien fue su estudiante en 2014– lograra superar distintos problemas de desarrollo, para estudiar bibliotecología y convertirse en una de sus primeras estudiantes en obtener estudios universitarios. Ahora, Debora trabaja en la Biblioteca del Colegio Jorge Huneeus Zegers.
Desde entonces Debora tiene una gran amistad con Marjorie, y fue quien nominó a la educadora al Global Teacher Prize Chile 2020. Gracias a ese reconocimiento, la educadora decidió postular al concurso.
“Hoy puedo mirarme y valorar lo que hago, sé que mi acción marca la diferencia. Sin duda voy en el camino correcto, buscando nivelar la cancha para mis estudiantes”, considera Marjorie.
Por eso y mucho más, esta educadora es una de las 5 finalistas del Global Teacher Prize Chile 2020.
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