Encontrar la motivación en cumplir los sueños de sus estudiantes y convencerlos de que son parte de un proyecto de trabajo colectivo, son los consejos que Gilberto Martínez, profe con 30 años en las aulas, da a sus colegas que se sienten desanimados.
Gilberto Martínez es profesor de Lenguaje y lleva trabajando 30 años en el Colegio San Mateo en la ciudad de Osorno, sur de Chile. Desde el 2018 es director académico y ese recorrido lo ha llevado a saber manejar equipos de trabajo, siempre desde una perspectiva centrada en lo que ha vivido como docente y a la vez orientada a los objetivos propuestos para los estudiantes.
Diversos estudios han comprobado que en distintos colegios y escuelas de Latinoamérica, la desmotivación en los profesores ha ido en aumento, hecho que se agudizó con la llegada de la pandemia a comienzos de 2020. Gilberto, que ahora se enfrenta a estos problemas también como jefe, ha hecho asesorías a varias escuelas con menos recursos y comprende las situaciones que allí se viven.
Además, considera que hay estrategias que se pueden aplicar a cualquier contexto, con el fin de mejorar la educación. La clave, asegura, está en el bienestar de sus colegas. A continuación, Gilberto nos cuenta algunas acciones que le han funcionado a él y su colegio, para volver de la mejor manera a la presencialidad y mantener la motivación de los docentes.
- ¿Qué cambió con la vuelta a la presencialidad en el currículum?
- Cada asignatura tuvo que priorizar sus objetivos. En mi área, el lenguaje, nos centramos en la lectoescritura y la comprensión lectora, por ejemplo. Sí hubo más cambios en matemáticas, historia y ciencias, en la priorización de sus objetivos.
- ¿Cómo se combate el cansancio?
- Les digo en broma a mis colegas que cuando empiezan a sufrir todos los días consideren el cambiar de rubro. A mi me gusta trabajar, me nace nomás, lo que no significa que no haya días que esté cansado o me cueste levantarme porque tuve que trasnochar, a mi me gusta este cuento, la paso bien trabajando.
A veces uno pelea con los estudiantes, discute con un colega o simplemente tiene un mal día, como todos, pero esas cosas pasan. Cuando hago mi clase me meto en otro mundo, y ahora que soy director académico, con todos los problemas significa aparte de ser profe, lo mismo, como que se me desaparecen los problemas.
- ¿Qué hizo como jefe para motivarse cuando regresaron las clases presenciales?
- De inmediato apretamos las clavijas, es decir apretamos a los profesores. Yo todo lo que he hecho en mi vida ha sido “modelando”, dando el ejemplo. Si yo le digo a mi gente que tiene que trabajar y ponerle más ganas, yo tengo que ser el primero en hacerlo. No saco nada con decirles que trabajen motivados si yo ando todo el día desmotivado, cansado, mal genio.
Creo que el cansancio es parte de la vida, de la cotidianidad y eso trato de plantearles. El tema es cómo manejas los problemas y el estrés que te generan, porque ellos no te pueden bloquear respecto a tu trabajo o tu vida.
- Y a los profesores más jóvenes, ¿cómo los motiva?
Cuando los veo desmotivados les digo que nos demos una vuelta y conversemos, les pregunto cómo están, qué problemas tienen, para yo ayudarlos a sacar su pega adelante. Últimamente hemos contratado como profes a exalumnos, por lo que conocen la dinámica del colegio, de la comunidad, y también me conocen a mí, entonces se da una relación de mucha confianza con ellos. De todas formas , siempre he tratado de no ser el jefe que va a retar, sino el que simplemente conversa con ellos.
- ¿Cómo son las reuniones con su equipo de trabajo?
Tenemos un solo director académico, que soy yo, y que abarca desde pre kínder hasta último grado, luego los jefes de departamento, lenguaje, artes, ciencias y matemáticas, y finalmente los directores de ciclo, que son tres. Me reúno con los directores de ciclo todos los lunes, y con los jefes de departamento y directores de ciclo, los tres juntos, cada quince días.
Pero con los directores de ciclo, que son los que llevan la vida de cada ciclo, nos juntamos casi todos los días para ir viendo el trabajo, lo que se viene y los nudos que surgen.
- ¿Considera que están bien los profesores en el colegio?
Sí, de hecho contratamos a una empresa externa que nos hizo una serie de encuestas para ver nuestro estado emocional, no podían creer que el 80 o 90% de los profesores estaban contentos trabajando y se sentían parte del proyecto del colegio.
- ¿Por qué cree que los profesores se sienten así?
- Siempre tratamos de privilegiar el bienestar de los profes, a pesar de que algunos no se dan cuenta. Por eso mismo mantuvimos las tres semanas de vacaciones, que al final fueron cuatro porque las adelantaron.
Tenemos hartas convivencias, en cada taller o curso los esperamos con un buen desayuno, ahora ellos mismos se están poniendo de acuerdo para todos los días tomarse un buen café en las mañanas. Para finalizar el semestre armamos una fiesta con la familia, los maridos, las esposas, buena cena, buen baile, cóctel, todo. Hay mucha camaradería en ese sentido, y eso ha sido clave para reintegrarnos al trabajo.
- ¿Cuál es la clave hoy para obtener buenos resultados?
- Yo creo que la clave está en lo que uno entiende por buenos resultados. Que es la excelencia académica, que es éxito, etc. A nosotros lo que nos interesa es que los alumnos y las familias que hay detrás cumplan su objetivo, lo que están soñando, en eso nos enfocamos y para eso uno entrega herramientas, pero partimos de ahí. Es algo que hacemos en conjunto con los profesores de asignatura, el director, y el psicólogo, algo muy bonito.
Es como un trabajo más o menos personalizado, por decirlo de alguna manera. Nosotros llevamos un registro de todo lo que los alumnos quieren , y de acuerdo a eso vamos trabajando, te falta mejorar en esto o en lo otro.
- No importa si es una escuela con muchos o pocos recursos, ¿por dónde empezaría para mejorar la educación que entrega?
- Hay muchas variables, intereses económicos de por medio, falta de supervisión y mucha burocracia para conseguir recursos, pero partiría convenciendo a los directores y profesores del proyecto que tienen como colegio o escuela, de que es algo que va mucho más allá. Yo creo que todo parte por el “director técnico”, si el que dirige no está convencido del proyecto, no va a pasar nada, difícilmente logre motivar a los demás.
Los alumnos logran percibir cuando un profe está frustrado, y eso se traspasa a ellos, finalmente crecen y estudian en lugares donde no hay expectativas, y eso es lo peor. Mientras todo esto no mejore la brecha entre lo gratuito y lo pagado va a seguir agrandándose.
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