Romina Aravena transforma la educación infantil en la comuna de Lo Espejo al integrar el yoga y la participación familiar, creando un entorno inclusivo que facilita la comunicación y el desarrollo integral de los niños desde una edad temprana.
Romina Andrea Aravena –de 38 años y formada en la Universidad Diego Portales– lleva su pasión por la educación al Jardín Infantil y Sala Cuna Dai Antú, ubicado en la Población José María Caro, en la comuna de Lo Espejo, Región Metropolitana. En un entorno con desafíos socioeconómicos y una alta presencia de familias migrantes, Romina ha sido capaz de convertirlo en oportunidades para fomentar una educación inclusiva y creativa.
“Desde que comencé en este jardín, me he propuesto que cada niño y cada familia se sientan valorados y parte de nuestra comunidad educativa. El primer gran reto fue el lenguaje, ya que muchas familias enfrentan barreras comunicativas. Por eso, buscamos traductores y colaboramos con apoderados para traducir textos y encuestas, permitiéndonos adaptar nuestro programa a las necesidades culturales de cada familia. Ahora, en lugar de ver el lenguaje como una barrera, lo vemos como una oportunidad para enriquecer nuestras prácticas educativas”, explica Romina.
Romina ha integrado el yoga como una herramienta pedagógica esencial, transformando la Sala Cuna Menor en un espacio acogedor y estimulante. “El yoga ha sido fundamental para desarrollar la concentración y la relajación en los niños desde una edad temprana. Empezamos con simples movimientos y canciones, y hemos creado una sala sensorial inspirada en el cuento 'El monstruo de los colores', donde los niños exploran texturas, aromas y sonidos a su propio ritmo. Esto no solo enriquece su experiencia sensorial, sino que también fomenta su creatividad y curiosidad”, señala Romina.
En su compromiso con la inclusión y la participación familiar, Romina ha lanzado dos innovadoras maletas viajeras: el "Cuento Viajero" y el "Osito Miguel el Chef". “Queremos que las familias se involucren activamente en el proceso educativo de sus hijos. Con el 'Cuento Viajero', la Osita Tati y el cuaderno viajero van a casa de un niño cada viernes, permitiendo que las familias compartan aventuras y fotos. El 'Osito Miguel el Chef' también viaja con materiales de cocina para que las familias preparen recetas típicas, documentando todo el proceso. Estas iniciativas no solo fortalecen el vínculo entre el jardín y el hogar, sino que también celebran la diversidad cultural y las tradiciones familiares”, afirma.
Romina también ha creado un grupo de WhatsApp para mantener a las familias informadas con videos y cápsulas pedagógicas sobre las actividades diarias. “Es fundamental que los padres se sientan conectados con lo que sucede en el jardín. A través del grupo de WhatsApp, compartimos videos de las experiencias educativas y fomentamos un diálogo continuo con las familias, lo que refuerza los aprendizajes y fortalece nuestra comunidad educativa”.
En el Jardín Infantil y Sala Cuna Dai Antú, cada jornada está cuidadosamente diseñada para ofrecer un ambiente seguro y respetuoso, donde los niños pueden explorar y aprender a su propio ritmo. “Nuestro objetivo es que cada niño se sienta integrado y feliz desde el momento en que llega al jardín. Utilizamos una variedad de materiales y estrategias, como el lenguaje de señas y pictogramas, para promover una comunicación inclusiva y respetar los ritmos individuales de aprendizaje”, concluye Romina.
La labor de Romina Andrea Aravena no solo transforma el entorno educativo, sino que también fomenta un sentido de pertenencia y respeto, preparando a los niños para un futuro lleno de oportunidades y comprensión.
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