Bell es muy bien conocido por la invención del primer teléfono patentado, sin embargo, su trabajo en educación y en investigación del sonido para el desarrollo de sistemas de educación aptos para sordos, no deberían ser olvidados.
Todos asocian su nombre a la invención del primer teléfono patentado y con toda la razón, pues no es un hecho que haya pasado desapercibido en la historia de la humanidad. Sin embargo, el científico estadounidense de orígen escocés que todos conocemos con el nombre de Alexander Graham Bell, también dejó su huella en otro campo.
Una familia de logopedas
Graham Bell nació en Edinburgo, Escocia en 1847 y su formación transcurrió dentro del seno de una familia de logopedas, profesionales que previenen, evalúan e intervienen en los trastornos de la comunicación humana que se manifiestan a través de patologías y alteraciones en el habla, en el lenguaje tanto oral como escrito, en la audición y en las funciones orofaciales. Tanto su abuelo como su padre, fueron especialistas en la materia y con el tiempo, él mismo decidió continuar la tradición de enseñar a las personas a hablar de forma correcta. Bell cursó sus estudios en la Royal High School y en a University College de Londres y la mayor parte de sus conocimientos los adquirió de forma autodidacta.
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El sonido y la educación
Desde muy joven se obsesionó con el sonido, hizo diversas investigaciones en el tema y al igual que su padre durante toda su vida se interesó en perfeccionar los sistemas de educación para sordos. Su trabajo entonces, estuvo orientado por completo en conocer a la perfección un sistema llamado Visible Speech (Discurso visible), diseñado por su padre para las personas con deficiencia auditiva. El sistema era básicamente un traductor fonetico en el cual una figura correspondía a cada sonido encontrado en el habla humana. Este sistema permitió a cualquier persona pronunciar con precisión los sonidos de una lengua incluso si no los habían oído antes. Cuando Alexander Graham Bell empezó a trabajar con su padre en 1868, recorrió Estados Unidos mostrando el sistema y lo usó principalmente, para enseñar. Más adelante Bell abrió su propia escuela para personas con discapacidad auditiva.
Bell el profesor
Durante este tiempo Bell también comenzó a experimentar con la fisiología del habla y los métodos de grabación y transmisión de sonidos y sus investigaciones tuvieron tanta acogida, que se dedicó a dar conferencias. Fue así como en 1873 lo nombraron profesor de fisiología vocal de la Universidad de Boston. Paralelo a su labor docente, el inventor dedicó su tiempo a diseñar un dispositivo electromagnético que pudiera convertir los impulsos eléctricos en sonidos. Inicialmente, su idea era construir un aparato que fuera capaz de imitar la voz humana y reproducir las vocales y consonantes.
Los resultados de sus experimentos e investigaciones concluyeron en 1876 con la invención del primer teléfono patentado (26 años antes, un italiano llamado Antonio Meucci inventó un aparato telefónico que nunca pudo patentar), un elemento indispensable para el desarrollo de la civilización.
Alexander Graham Bell falleció en Baddeck, Canadá, el 2 de agosto de 1922, dejando 18 patentes de inventos realizados por él y un gran legado en el mundo de la educación para personas con sordera. Posiblemente, Bell nunca imaginó que un siglo después, gracias a su trabajo, el teléfono podría no solo transmitir sonidos, sino también datos e imágenes. Tampoco imaginó que un día los teléfonos se pudieran llevar en un bolsillo y mucho menos que, tal como él lo había soñado, las personas sordomudas pudieran comunicarse entre sí o con otras personas a través de un sistema telefónico y una pantalla diseñada especialmente para ellos.
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