¿Qué hace que los profesores se enamoren de enseñar? Una de las razones es la motivación intrínseca, que se origina al interior de la persona y está dada por el gusto por la tarea que se realiza. En el caso de la enseñanza, sería el interés y disfrute por ésta, el tener habilidades para desempeñarse como docente y el gusto por trabajar con niños o adolescentes. ¡Esto es lo que señalan algunos profesores como el motivo que los llevó a elegir Pedagogía y a permanecer en el aula!
Jesús Melo, es una de ellas. Esta profesora que está en primer año de ejercicio dice que “no era solo que me gustaban los niños o enseñar, sino que me encantaba y me encanta entrar a la sala y explorar. Siempre me gustó trabajar con materiales, querer enseñar a los demás y cuando un día me puse a ver fotos de niña, me di cuenta que en todas salía jugando a hacer clases o enseñando en mi casa diversas cosas que exploraba y que quería que todos conocieran. Siempre me gustó saber el por qué de las cosas, así que decidí estudiar Pedagogía para estar rodeada de niños y sobre todo, para compartir lo que me apasiona y hacer que otros se apasionen conmigo”.
Dayana Oporto, docente con cinco años de ejercicio profesional, tuvo una motivación similar. “Me motiva entregar valores a los niños, transmitir mis aprendizajes y dejar en ellos una huella. Enseñar en Básica es como estar en familia, tienes cercanía y eso también me motivó”. Para Dayana, el recuerdo de su profesora de Educación Básica también fue un argumento de motivación para elegir Pedagogía. “Me gustaba su manera de trabajar porque era didáctica y usaba material concreto, todavía me acuerdo de la canción de las preposiciones que nos cantaba”, agrega.
Valeska Díaz es Educadora de Párvulos hace cuatro años, para ella la Pedagogía va de la mano de la motivación de cada docente. “Me motiva el trabajo con los niños y generar vínculos, es gratificante sentir el cariño que sienten por uno, enseñarles habilidades y los primeros pasos que son significativos a esa edad; yo por ejemplo todavía recuerdo a mi profesora del Kinder, entonces quiero que ellos me recuerden como una profesora afectuosa y que les entregó todo lo que tenía en mí”.
Motivación intrínseca reforzada por el trabajo colaborativo
Según Sharath Jeevan, fundador de STiR Education y autor del libro “Intrinsic”, la motivación interior o intrínseca es la que les impulsó un día a los docentes a elegir una carrera de Pedagogía. Para uno de los profesores que trabaja con Jeevan, “la motivación intrínseca es algo que no puede desarrollarse conceptualmente: tiene que desarrollarse y experimentarse mediante la práctica profesional”. Eso lo notó también Jeevan cuando descubrió que trabajando en red los docentes podían volver a enamorarse de su carrera y que aquello permitiría a los estudiantes enamorarse de aprender y no solo eso, les haría generar aprendizajes para toda la vida.
Jeevan se dio cuenta que los docentes abandonan el aula si tienen la oportunidad, entonces decidió formar una red de profesores para obtener mejores prácticas educativas a pequeña escala que podrían ayudarles a potenciar las clases. Con el tiempo, la red permitió a los docentes ver —otra vez— por qué se habían convertido en profesores en primer lugar, ya que las comunidades de prácticas locales activaban y sostenían la motivación intrínseca de los docentes.
¿Cómo impulsa esta red la motivación de los docentes?
Dándoles autonomía para adaptar estos principios a sus propios contextos y colaborando durante el proceso con sus compañeros. En una red compuesta por 30 docentes repartidos en diferentes escuelas, deciden qué hacer en el aula, discuten y comparten nuevas ideas, practican juntos, se comprometen entre ellos y se observan en aula para reforzar el cambio de comportamiento. Además, esto les permite desarrollar prácticas reflexivas, resolución de problemas, colaboración, autoeficiencia y mentalidad de crecimiento. Según un docente que participa de estas redes “la motivación intrínseca, estos momentos de iluminación, es posiblemente lo más importante”.
Con la motivación intrínseca del profesor, la práctica docente y los resultados de aprendizaje de los estudiantes se da un círculo virtuoso: por un lado, el educador hace el mayor esfuerzo para que los estudiantes aprendan; luego las pequeñas mejoras en la enseñanza o en la práctica mantienen la motivación intrínseca del profesor; y finalmente los docentes ven que los estudiantes aprenden, entonces su práctica mejora la motivación. Gracias a ese círculo, 200.000 docentes de India, África Oriental e Indonesia volvieron a amar la enseñanza al reavivar su motivación intrínseca; y aquello permitió que 6 millones de niños desarrollaran amor por el aprendizaje, según cifras de STiR Education cuyo objetivo es llegar a 60 millones de niños para 2025 y a 300 millones para 2030.
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