“Pero debería también darle algo de crédito a está dedicada bibliotecaria y profesora que me ayudó a encontrar mi fuerza cuando tenía 9 años. Es notable cuánto poder puede tener una buena persona al moldear la vida de un niño”.
Todos conocen a Bill Gates por haber fundado la multimillonaria compañía Microsoft. Pero lo que no todos saben es que parte de los esfuerzos de este filántropo han estado orientados en la búsqueda de oportunidades educativas, principalmente en Estados Unidos. Gates es un defensor de la educación pública y se ha comprometido con ésta a través de iniciativas como la Fundación Bill y Melinda Gates, a través de la cual busca garantizar que todos los estudiantes de Estados Unidos tengan oportunidades de recibir una educación de calidad.
Pero, además de las urgentes necesidades de los niños y de un sistema educativo que debe reinventarse todos los días ¿qué hizo que Gates se interesara por el mundo de la educación? Aparentemente, una profesora que cambió su vida. En esta emotiva carta, el informático cuenta quién era la Sra. Caffiere y cómo ella, a sus 9 años, lo ayudó a dar el primer paso para convertirse en la persona que es hoy:
“Tres mujeres muy fuertes –mi madre, mi abuela materna y Melinda (esposa) merecen crédito (o culpa, supongo) por ayudarme a convertirme en el hombre que soy hoy. Pero Blanche Caffiere, una amable bibliotecaria y profesora de la cual nunca he escrito públicamente antes, también tuvo una gran influencia en mi.
La Sra. Caffiere (que se pronuncia “kaff-ii-er) murió en 2006, al poco tiempo de haber llegado a su cumpleaños número 100. Antes de que muriera, tuve la oportunidad de agradecerle por el importante rol que cumplió en mi vida al promover mi pasión por el aprendizaje en un momento en el que fácilmente podría haber sido desactivado por la escuela.
Cuando conocí a la Sra. Caffiere, ella era una una elegante y comprometida bibliotecaria en la escuela View Ridge Elementary de Seattle y yo era un tímido alumno de cuarto grado. Yo intentaba desesperadamente pasar desapercibido porque tenía grandes déficits, como una escritura a mano alzada atroz (los expertos ahora lo llama digrafia) y un escritorio cómicamente desordenado. Y yo estaba intentando esconder el hecho de que me gustaba escribir–algo que era “cool” en las niñas pero no en los niños.
La Sra. Caffiere me tomó bajo sus alas e hizo que estuviera bien para mi el hecho de ser desordenado y un niño nerd que leía mucho libros. Ella me sacó de mi cáscara compartiendo su amor por los libros. Ella empezó haciendo preguntas como “¿qué quieres leer?” y “¿en qué estás interesado?”. Después encontró para mi un montón de libros–unos que eran más complejos y desafiantes que el libro de ciencia ficción de Tom Swift Jr. que estaba leyendo en ese momento.
Por ejemplo, ella me dio excelentes biografía que ella ya había leído. Cuando las leía, ella sacaba un tiempo para discutirlas conmigo. “¿Te gustó?”, preguntaba ella. “¿Por qué?”, “¿qué aprendiste?”. Genuinamente ella escuchaba lo que yo decía. A través de esas conversaciones sobre libros en la biblioteca y en la sala de clase, nos hicimos grandes amigos.
Los profesores usualmente no quieren sobrecargar a sus estudiantes con lecturas extra, además de las tareas asignadas para la casa. Pero aprendí de la Sra. Caffier que mis profesores tenían mucho más conocimiento por compartir. Yo sólo necesitaba preguntar. En bachillerato y más allá, usualmente preguntaría a mis profesores qué libros les gustaban, los leía cuando tenía algo de tiempo libre y compartía mis pensamientos.
Analizando eso ahora, no cabe duda de que mi tiempo con la Sra. Caffiere me ayudó a despertar mi interés por las librerías (Melinda y mi primer esfuerzo a gran escala en filantropía) y mi foco en ayudar para que cada niño de Norteamérica obtenga los beneficios de tener grandes profesores. Usualmente trazo el inicio de nuestra fundación en un artículo sobre los niños de países pobres que están muriendo a causa de enfermedades que se erradicaron hace mucho tiempo en Estados Unidos. Pero debería también darle algo de crédito a está dedicada bibliotecaria y profesora que me ayudó a encontrar mi fuerza cuando tenía 9 años. Es notable cuánto poder puede tener una buena persona al moldear la vida de un niño”.
-Bill Gates-
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