En medio de una sociedad chilena deseosa de más equidad y justicia social, quise realizar una actividad pedagógica solidaria, con un foco diferente, el entregar parte de uno mismo, compartir y entregar sus propios conocimientos de biología a estudiantes de un colegio público de una forma entretenida para abrir ventanas de oportunidades. Así lo hice.
Desde que me inicié, como profesora de Biología, he estado generando numerosas y diversas actividades innovadoras, tanto en los colegios que trabajado como en la universidad, una de ellas ha sido la generación de modelos biológicos hechos en repostería. Esta actividad surgió como como una forma de considerar diferentes habilidades en mis estudiantes. Además, tengo siempre presente como convicción que esta disciplina debe ser parte de una educación integral “que no sólo instala condiciones, sino que promueve el reconocimiento, respeto y valoración de las diferencias individuales, sociales y culturales de los y las estudiantes” (Murillo F, Román M y Reyes C, 2011).
La actividad resultó muy provechosa para esa Institución, no obstante, sentía como profesora que faltaba algo.
Faltaba, como dice Fox (2003), “la puesta en marcha de acciones y prácticas tangibles”. Así, “el anhelo por una mayor justicia social surge, en primer lugar, por la nítida percepción de las múltiples y crecientes injusticias que nos rodean; pero también en la búsqueda de una mejor sociedad” (Murillo y Hernández-Castilla, 2011). De esta manera, desde la asignatura de Biología Electivo en los cursos que imparto, me surgió la necesidad de realizar una educación más integral y solidaria, con plena participación de los y las estudiantes: “Una educación que fomente y asegure no sólo el aprendizaje [cognitivo], sino la participación [activa real] de todos y todas en un ambiente de libertad y sana convivencia”. (Bolívar, 2005; Kohli, 2005; North, 2006).
Por todo lo anteriormente mencionado es que este año (2019) y en medio de una sociedad chilena deseosa de más equidad y justicia social, quise realizar una actividad pedagógica solidaria, con un foco diferente, el entregar parte de uno mismo, compartir y entregar sus propios conocimientos de biología a estudiantes de un colegio público de una forma entretenida para abrir ventanas de oportunidades.
Así, después de algunas conversaciones, el Centro Educacional San Joaquín nos abrió nuevamente las puertas y su corazón, para recibir a los y las estudiantes de Biología Electivo de 3° y 4° medio -el 17 de octubre, justo antes de iniciara el conflicto en Chile- , quienes tuvieron la gran oportunidad de entrar a todas las salas de este centro a explicar conceptos biológicos a niños y niñas de 1° a 8° básico, a través de sus modelos de tortas, para luego degustarlas en un sano compartir humano.
Además, en esta instancia los estudiantes de Trewhela's School -colegio en el imparto clases ya hace 11 años- también llevaron diversas actividades lúdicas de Biología para compartir una educación biológica más integrada. Algunos de los juegos de biología realizados fueron: yincanas, rompecabezas, modelos de plastilina, póngale el órgano biológico a… entre otras actividades ideadas y realizadas creativamente por los estudiantes de nuestra institución para los estudiantes del Centro Educacional San Joaquín.
Sin duda esta fue una instancia para compartir, promotora de una integración de estudiantes de Chile, más allá de su condición socioeconómica.
La actividad fue todo un éxito. Los estudiantes y profesores de ambas instituciones se sintieron muy fortalecidos con esta actividad. Aquí les dejo algunos de los comentarios que recibimos:
“Quisiera agradecer la posibilidad que han tenido mis estudiantes cada vez que hemos recibido algún aporte tuyo. Se ha desarrollado curiosidad, motivación y el amor por la ciencia, poniéndola al alcance de ellos en forma entretenida, atractiva y cercana. De esta manera se hace real el sueño de equiparar las oportunidades, porque el valor de ver sus ojos brillar tanto de sorpresa y curiosidad es invaluable. Muchas gracias por compartir con los que somos invisibilizados”.
Magaly Prieto Silva, Directora Centro Educacional San Joaquín
“Gracias por todo, porque pensaron en nosotros, por ser buenas personas, por no ser miserables y compartir. No nos conocen, pero pensaron en nosotros. Gracias por este regalo”.
Vicente F. , 4° Básico, Centro Educacional San Joaquín
“Fue muy linda la experiencia de ir a compartir con los niños de San Joaquín, una instancia de aprendizaje y risas. Me lleno mucho el corazón el hecho de ir a compartir con estos chiquillos, aunque sea unas horas, saber que los ayudamos de la forma que pudimos y que se divirtieron. El hecho que vivan en otra zona de Santiago y tengan otro estatus socioeconómico no los hace distintos ni menos. Así que muchas gracias profe por esta linda oportunidad”
Gonzalo Li, 3° medio
Como profesora creo que este tipo de actividades promueven un aprendizaje real e integrado. Mis estudiantes no solo tuvieron que estudiar biología para explicar a otros niños y niñas, sino que fueron creativos, organizados, empáticos, responsables, pero no para cumplir con una calificación, sino, por el simple hecho de entregar parte de su granito de arena, en este caso a través de la Biología y la ciencia, para construir una sociedad chilena más justa y digna.
Así, “desde una perspectiva educativa, la aceptación de las dimensiones de justicia social (redistribución, reconocimiento o representación y participación) supone un paso crítico para promover la participación de los estudiantes en la acción social. El salto desde el cambio de actitudes a la puesta en práctica de acciones resulta imprescindible para realmente concebir la justicia social, en este caso, en la escuela” (Goodman, 2000).
Mi reflexión más profunda pasa porque constantemente hablamos de derechos sobre justicia social que “otros” deben proporcionar, pero ¿qué hacemos en el día a día cada uno para conseguir justicia social? ¿Qué hacemos los docentes para promover, no desde el discurso, sino desde las acciones cotidianas una educación más integrada, más justa y más digna para nuestro país? ¿Somos capaces de reflexionar desde nuestro propio deber como ciudadanos? “Solo si los docentes son conscientes de sus actitudes serán capaces de entender mejor sus acciones y mejorarlas para lograr una mayor justicia en las aulas y en la sociedad. Si los docentes están comprometidos con la lucha contra las injusticias, tienen en sus manos el poder de convertir la educación —y con ella, la sociedad— en un lugar más justo, crítico y democrático. (Goodman, 2000).
Por esta razón los invito a reflexionar sobre sus propias prácticas y a construir entre todos un Chile más justo y más integrado.
Karin González Allende es Académica del departamento de Estudios Pedagógicos de la Universidad de Chile. Tras 21 años de experiencia, Karin González se desempeña como docente en Trewhelas´s School y el Liceo Experimental Manuel de Salas. Además de dictar clases en la Universidad de Chile. Esta doble militancia, entre el contexto escolar y universitario le ha permitido mantener los “pies en la tierra” al momento de formar a los futuros profesores.
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