La importancia de la educación socioemocional y desarrollar clases más interactivas, son solo algunas reflexiones de estudiantes y docentes del Colegio Jorge Huneeus Zegers.
Son las 9:30 de la mañana y en el Colegio Jorge Huneeus Zegers –ubicado en La Pintana, sector sur de la ciudad de Santiago– se escuchan voces en todos los rincones. Sonidos de conversaciones, carcajadas, cantos e instrucciones a seguir para iniciar una clase. Sonidos que hace 2 años no se sentían en el establecimiento educativo, debido a la pandemia por Covid-19.
“¡El colegio tiene vida de nuevo!”, dicen varios profesores mientras se pasean entre aulas y van conversando con algunos estudiantes. Mientras –a un mes del regreso a las clases presenciales–, varios docentes y alumnos cuentan sus aprendizajes y reflexiones.
Poner foco en los aspectos socioemocionales ha sido clave en el regreso a clases
Carolina Araya es profesora de Lenguaje y trabaja en básica. Con más de 15 años experiencia docente, considera que la pandemia ha sido un proceso de aprendizaje y demostración sobre la importancia de poner a los estudiantes en el centro.
“Lo que más rescato son los aprendizajes que tuvimos. Ya no somos tan conductistas como antes, hemos aprendido a que el alumno desarrolle la autonomía en todo sentido, especialmente en los contextos tan desiguales que viven por el alto índice de vulnerabilidad de la mayoría”, cuenta Carolina.
Por ello, el regreso a clases presenciales ha significado –para la profesora y otros docentes del colegio–, dejar a un lado los objetivos de aprendizajes del currículo escolar y enfocar el primer mes a distintos aspectos socioemocionales. Desde entender en qué estado emocional llegan los estudiantes al colegio, hasta trabajar algunas normas de convivencia.
“El control de las emociones y el autocuidado han sido la parte más difícil. Muchos estudiantes están muy impulsivos y no están respetando el espacio de los demás; ese es el trabajo que más ha costado. El socializar les ha costado, porque nos encontramos con estudiantes muy ansiosos tras tanto tiempo de confinamiento y ha tocado reforzar muchos aspectos en esa área”, asegura la profesora.
En tanto, Alanis Velasquez –una de las estudiantes de Carolina–, asegura que el regresar al colegio ha sido importante para su aprendizaje. “En la casa me aburría y no podía jugar con nadie. Con las clases presenciales también he podido retomar la amistad con mis compañeros y mis profesores. Así es más interactivo y es más fácil aprender”, afirma.
Una lección tras la pandemia: la importancia de trabajar en clases interactivas
El Colegio Jorge Huneeus Zegers ofrece una educación Técnico Profesional con especializaciones en Enfermería, Contabilidad y Educación Parvularia. Nicolas Venegas, llegó en 2020 para ser parte del equipo que enseña los contenidos relacionados con una de las especialidades.
El inicio de su experiencia docente partió en pandemia. Ese contexto significó plantear el proceso de planificación de las clases de Enfermería de una forma muy distinta. Para Nicolás, gran parte de su trabajo se centró en buscar formas de desarrollar clases interactivas y conectar con cada estudiante, entender sus intereses y contextos.
“Hay factores que nosotros no tenemos que abandonar ni separar. No se trata solo del factor educativo, sino del social y emocional. Es importante preocuparse por la integralidad del contexto del estudiante y eso, sin duda, es algo que me traigo de los aprendizajes de las clases remotas. También todo lo que aprendí a nivel tecnológico y la importancia de la participación de los estudiantes, porque no se trata solamente de ir a exponer mi contenido", asegura el docente.
Entender el valor de la comunidad educativa
Jazmín Orrego está en su último año escolar, tanteando algunas opciones para su futuro universitario. Como estudiante, es una de las más entusiastas con el regreso a las clases presenciales. Entre sus principales razones: la sociedad que hay en el colegio entre docentes y alumnos.
“Volver a las clases presenciales es un gran paso, porque se aprende más. Tener ese contacto con el profesor a profesora es clave y ayuda bastante. Eso es algo que no te lo da una clase online, no te lo da un computador. También, las clases presenciales te enseñan mucho a valorar la amistad y esta mini sociedad como colegio. Te ayudan a valorar el contacto físico, el contacto humano. La pandemia me ayudó a valorar lo que tenemos y la comunidad educativa. Además, volver a la escuela, me ayuda a desestresarme”, cuenta Jazmín.
En paralelo, también reflexiona sobre uno de sus grandes aprendizajes de las clases virtuales: la autonomía e independencia. Asegura que son cualidades que le podrán ayudar en su vida universitaria. En esa misma línea, el profesor Nicolás señala que ante ese panorama el gran reto es establecer un modelo de aprendizaje distinto, donde el estudiante esté siempre en el centro y aprender constantemente con cada uno.
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