El estudiante de ingeniería y dos veces puntaje nacional, Franco Hontavilla, conmocionó al país cuando anunció que quería ser profesor. Hablamos con él para conocer su versión de esta historia que ha inspirado a tantas personas.
El estudiante de ingeniería y dos veces puntaje nacional, Franco Hontavilla, conmocionó al país cuando anunció que quería ser profesor. Hablamos con él para conocer su versión de esta historia que ha inspirado a tantas personas.
Franco Hontavilla no sólo fue puntaje nacional dos veces, también se convirtió en el valiente joven chileno que decidió estudiar pedagogía incluso después de haber optado por la carrera de ingeniería, carrera que hoy está terminando. Muchos lo cuestionan y otros tantos lo aplauden pues están convencidos de que la educación chilena necesita profesores con vocación y convicción. Pero más allá de lo que opinan quienes se han sentido impactados por su historia, es fundamental decir que mucho antes de graduarse del colegio e incluso mucho antes de convertirse en una sensación nacional, Franco ya sabía que quería ser profesor. Hace 8 años lo dijo y hoy, está cumpliendo su palabra.
A pesar de los desafíos que tendrá que enfrentar, este joven está seguro de su decisión… la pedagogía le apasiona y además, en sus palabras, ¡lo lleva en la sangre! Hablamos con él y esto fue lo que nos contó acerca de la decisión que emocionó a los chilenos.
EE: ¿En qué momento supiste que querías ser profesor?
FH: Supe que quería estudiar pedagogía desde que estaba en el colegio. Incluso cuando di la PSU la primera vez quería entrar a estudiar pedagogía en Matemática y simplemente por el puntaje que saqué en ese momento decidí estudiar Ingeniería. Así que la idea de ser profesor la mantuve a lo largo de toda la carrera y ahora, estoy cumpliendo lo que me había propuesto.
EE: Y tu familia, ¿te apoya?
FH: Mi familia me apoya, están contentos, a pesar de que también querían que estudiara ingeniería. Me han visto todos estos años haciendo clases en el Internado Nacional Barros Arana y siempre se han sentido contentos con respecto a eso.
EE: ¿Por qué pedagogía? ¿Te inspiró algún miembro de tu familia, o quizás algún profesor?
FH: En mi familia, mi hermana mayor es profesora, mi hermana menor está a punto de salir de educación de párvulos, tengo un primo que es profesor y en la familia de mi papá, mi tío es profesor, al igual que su abuela. Así que tal vez es una cuestión que se lleva en la sangre. Pero particularmente me inspiró una profesora de básica que tuve en el colegio Manuel José Irarrázabal quien se llamaba Isabel Fuente –yo le decía la tía isabel–. Yo creo que ella fue sin duda una de las principales fuentes de inspiración.
EE: ¿Cuál crees que será el mayor desafío de estudiar la carrera y enfrentarte a la profesión docente?
FH: Yo creo que el principal desafío de tomar la decisión y estudiar la carrera es la presión social; a la gente no le calza mucho que alguien que estudió ingeniería quiera ser profesor y es difícil convivir con esas críticas. Con respecto a la profesión docente hay un montón de falencias que yo creo que hay que solucionar. Creo que están empezando a solucionarse pero es una camino que puede durar, 5, 10 o 20 años. Primero, hay que lograr que los profesores recuperen su posición dentro de la sociedad, hay que lograr que se recupere la importancia que tiene la carrera, ya que todos pasamos –y seguirán pasando nuestros hijos nuestros nietos– por el aula. Queremos que todos ellos tengan la mejor educación que les podamos dar.
EE: ¿Qué esperas de poder ser profesor?
FH: Espero tener las herramientas que necesito para poder ser el mejor docente posible. Herramientas no solamente de la especialidad de matemática, sino también de didáctica, psicología, filosofía, para entender el contexto en el que me voy a desenvolver.
EE: Después de tantos años, ¿qué significa para ti ser puntaje nacional una vez más?, ¿es importante?
FH: Esta vez me lo tomé de una manera muy distinta a la del 2009. Cuando uno está en cuarto medio, yo creo que la mayoría de quienes presentan la prueba esperan sacar puntaje nacional, lo toman como la culminación del proceso escolar. Ahora, ese no era mi objetivo, yo di la prueba por una cuestión super puntual, para poder financiar mi carrera, entonces no creo que en este momento lo más importante sea ser puntaje nacional y tampoco creo que sea mejor que aquellos que a lo mejor tuvieron una mala o dos malas, que también son muchos. Desde cualquier ámbito, desde los técnicos, los profesionales e incluso aquellos que no estudian, siempre hay algo que aportar para mejorar la sociedad.
EE: Tu mamá dice que te imagina trabajando por la educación fuera del aula, ¿qué opinas tú?
FH: Yo me imagino fuera y dentro. En el corto plazo me imagino en el aula y espero que en un largo plazo también pueda aportar a la educación desde fuera de ella. Siento que es una experiencia necesaria.
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