Desde 2009 se desempeña como docente de lengua de señas chilena (LSCh) en el colegio Santiago Apóstol y desde hace 11 años, se ha encargado de enseñarle su lenguaje tanto a Sordos como a oyentes.
Cuando Patricio Levin Blanco (29) se comunica, lo hace con todo su cuerpo. Abre los ojos, mueve la boca, balancea su cuerpo, pronuncia algunas palabras y cuando el tema le entusiasma, especialmente cuando cuenta la importancia de la docencia como profesor Sordo, mueve las manos con mayor rapidez que lo habitual. Cada explicación o opinión, la cierra con una sonrisa.
Desde el año 2009 este docente chileno es el encargado de enseñarle L1 — lengua de señas chilena (LSCh) — a niños desde quinto a octavo básico en la escuela especial Santiago Apóstol, colegio donde él también realizó sus estudios. Él es parte de una cadena de trabajo para que los Sordos logren una mayor integración en el mundo de los oyentes. “Para mi es súper importante ayudar con el tema del patrimonio, de identidad de la cultura Sorda. Yo los ayudo, porque tienen muchos problemas de comunicación entre ellos, no es fácil poder comunicarse bien. Entonces mi apoyo va directamente a eso, a poder facilitar que ellos puedan ir adquiriendo identidad, que ellos vayan avanzado y se vayan desarrollando y aprendiendo”, explica Levin mientras es interpretado por su amiga Paulina Cortés.
Según Levin, su proceso de aprendizaje no fue difícil a pesar de las barreras de comunicaciones que tuvo en un principio con su propia familia. Gracias a su hermano mayor -quien tiene 42 años y también es Sordo- Levin aprendió a comunicarse. Y en la actualidad, este docente realiza un magíster en didáctica del lenguaje.
Su principal labor, antes de ser profesor, ha sido enseñar LSCh a la mayor cantidad de personas posibles. Desde el año 2006 realiza actividades en universidades, colegios y talleres particulares, labor que también ha realizado en el mundo digital a través de un blog llamado Curso Lsch. En esta plataforma la comunidad oyente y Sorda puede encontrar videos en los que muestra cómo saludar o preguntar en lengua de señas.
“Como comunidad Sorda tenemos una lucha pendiente […] es que el oyente también aprenda y que el Sordo también pueda aprender bien su lengua de señas, que sea un puente estas comunicaciones entre ambos mundos y que puedan aprenden todos. Por ejemplo, en el futuro, […] a mi me gustaría poder ir al hospital y poder encontrarme con alguien que pueda comunicarse conmigo con facilidad, que pueda comunicarse bien”.
Equiparar oportunidades, una lucha pendiente
Levin no sabía qué significaba ser Sordo. “La verdad es que yo nací y no entendía el mundo. Tenía un año, dos años, crecí y a los tres años llegué a la escuela de Sordos y no tenía idea de qué significaba. Yo jugaba, me desarrollaba naturalmente, inocentemente… Y luego, me di cuenta de que no habían profesores que me enseñaran qué significaba ser Sordo, qué significaba la lengua de señas, qué significaba identidad. No sabía nada”, explica con sus manos.
Pero gracias a la ayuda de su hermano mayor, su paso por el colegio Santiago Apóstol, el poder desarrollar su educación media junto a docentes diferenciales y su formación universidad con intérpretes, financiados por el Servicio Nacional de Discapacidad (SENADIS), logró desarrollarse y pudo optar por la pedagogía como profesión.
“La verdad es que cuando llegué a la escuela (la docencia) no tenía ese sentido para mí […] Pero cuando llego y me empiezo a dar cuenta de cuál es el rol de una persona, de un adulto Sordo, empieza a tener una importancia muy grande. El poder comunicarse es fundamental. Es lo mismo que la lengua para un ser humano. El poder trabajar, el poder titularse […] el poder nivelarse. Hay que trabajar la igualdad de condiciones, de un profesor oyente con un profesor Sordo. Es muy importante porque antes había sólo profesores oyentes enseñándole a Sordos a comunicarse de manera oral. Ahora, considero, que hay un cambio en la mirada. Hay oyentes trabajando con profesores Sordos, y eso es mucho mejor para los estudiantes Sordos, porque el objetivo es que ellos puedan lograr la identidad en ambos mundos, que los puedan conocer y así poder tener un mejor futuro en la integración”.
Esa es la lucha actual de Levin, la razón por la que enseña LSCh en universidades, escuelas y a cualquier persona que se lo pida. Porque para él la meta es lograr un aprendizaje más equitativo. “Cuando me enseñaban, siento que habían muchas debilidades. Luego llegó un cambio, que me hizo avanzar mucho y fue el poder aprender de manera equitativa. Porque antes había muchas debilidades en el tema de poder enseñarnos igual que a un oyente. Eso me hizo trabajar a mi para querer avanzar, en querer tener nuevas experiencias, en tener nuevas formas de poder aprender. Eso es muy significativo para mi”.
Una forma para lograr el equilibro, según Levin, es que al menos la educación básica de los niños Sordos se desarrolle en una escuela especializada para ellos —según datos del Ministerio de Educación en Chile sólo existen 10 escuelas para Sordos y 833 con el Programa de Integración Escolar (PIE)— “porque el niño nace ¿y dónde aprende su primera lengua? Por eso debe ir a una escuela especial para poder nutrirse de esta comunicación, para poder aprender su lengua materna y poder desarrollar bien su identidad. Cuando tenga su lengua bien adquirida, puede luego integrarse e irse a otra escuela, con otros compañeros oyentes y ojalá no existan barreras de comunicación. Es un esfuerzo y una responsabilidad”.
NOTA: La palabra «Sordo» se escribe con S mayúscula debido a que desde hace más de dos décadas se usa en el mundo anglosajón esta convención, para denominar de esa manera a las personas cuya primera lengua es la lengua de señas y que, por esa razón, tienen ciertas singularidades culturales. Mientras que la palabra «sordo», con minúscula, es más usada por razones médicas.
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