Esta es la historia de una docente que desde la educación pública y a través de prácticas innovadoras, ha logrado que sus alumnas lleguen muy lejos.
Rossana Barria tiene 51 años, y más de 15 los ha dedicado a la educación pública en establecimientos de mujeres en Chile. “Mi primera práctica fue en el Liceo Nº1 Javiera Carrera, una de las primeras instituciones educacionales de mujeres en Chile. Ese es un establecimiento de educación pública donde trabajé por tres años y gracias a esa experiencia decidí dar clases siempre en establecimientos de educación pública, porque he visto cómo esos espacios mejoran la calidad de vida, no sólo de mis estudiantes, sino de sus familias”, recuerda la profesora.
Rossana decidió ser profesora de inglés porque consideraba que este idioma podría ser una gran herramienta a la hora de enseñar. Para lograrlo, se tuvo que ir de Punta Arenas, su ciudad natal. Ahí estudió en un colegio donde vivió y aprendió la importancia de aprender otro idioma, y gracias a las buenas lecciones que recibió de muchos de sus profesores, al finalizar la secundaria optó por esta carrera. Esa decisión la llevó a mudarse a Santiago, la capital del país, para empezar a trazar su camino como docente. Primero estudió un técnico, porque eran las pocas las opciones de pedagogía en inglés a finales de los años 80, y en 2003 logró sacar su título profesional.
Después de su práctica, llegó al Liceo 7 de niñas Luisa Saavedra de González, establecimiento donde ha dado clases por más de 10 años.
Allí ha diseñado un Equipo de Debate en inglés y otras iniciativas que han permitido que sus estudiantes lleguen muy lejos. Por ejemplo, en marzo de 2019, 12 alumnas llegaron a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en la ciudad de Nueva York, donde tuvieron la oportunidad de debatir sobre distintos conflictos internacionales. Además, la profesora realiza clases a través de videoconferencias con profesores y estudiantes de Estados Unidos, una iniciativa que se llama Programa de Intercambio Cultural y que ha permitido una gran conexión cultural entre sus estudiantes chilenas y alumnos estadounidenses.
“Como docente siempre he buscado inspirar, motivar y transformar la vida de mis estudiantes a través de mis prácticas pedagógicas”. Rossana logra esto enfocándose en conocer sus motivaciones, aspiraciones, intereses, sus contextos familiares, su bagaje cultural y social. Todo con el fin de poder diseñar clases con temas y actividades significativas para ellas.
Bajo esa premisa, han surgido diversos proyectos que han trascendido de la sala de clases. Por esa razón, ha diseñado iniciativas como El Festival de la Voz en inglés y un taller realizado en conjunto con la municipalidad de Providencia –donde se encuentra el Liceo 7– llamado El Inglés a través de la música. Ambos proyectos surgieron porque esta profesora descubrió que a la mayoría de sus estudiantes les atraía la música y estaban siempre al tanto de los últimos lanzamientos musicales.
El crear espacios para que sus alumnas puedan presentarse y cantar de forma grupal o individual, ha generado gran entusiasmo y aprendizajes significativos. Y a ella, como docente, le ha permitido presentar contenido gramatical, estimular la habilidad auditiva, trabajar la confianza y despertar la curiosidad por la investigación al invitarlas a indagar sobre la vida del artista de la canción que cantan. Actividades que hacen mientras se divierten.
El gran reto de Rossana es motivar a sus alumnas con el inglés cuando sólo dispone de tres horas de clases a la semana.
Por esa razón, desde el año 2016 empezó a diseñar proyectos extracurriculares y motivadores. Nació, sólo con seis alumnas, el Equipo de Debate con el que llegaron hasta Estados Unidos. Ese viaje significó un gran trabajo en equipo, ya que no contaban con los recursos suficientes para concretar este sueño. Entonces, entre estudiantes, familiares y amigos, realizaron una campaña llamada Todo Suma. Salieron a la calle, difundieron por redes sociales y tanto ruido hicieron, que el Ministerio de Educación las contactó para hacerse cargo de los pasajes hasta Nueva York.Este gran logro mantiene a Rossana motivada y ese entusiasmo la ha llevado a crear otros proyectos que permiten a sus estudiantes conocer otras culturas a través de un idioma distinto.
Un ejemplo de esto es el Programa de Intercambio Cultural, una idea que surgió tras contactarse con una exalumna de hace más de 10 años, que actualmente está dando clases de español en Estados Unidos. Así empezó una nueva forma de dar clases. A través de videoconferencias, sus alumnas se conectan con alumnos estadounidenses y realizan diversas actividades y tareas juntos. Fue gracias a este programa, que sus 24 estudiantes viajaron a Nueva York y Filadelfia. Pero su aporte ha trascendido la sala de clase. Además de viajar a Estados Unidos, ha logrado impulsar proyectos de recaudación de fondos con sus estudiantes en beneficio de UNICEF en el marco de la campaña: “Una cama un niño”.
Entre varios reconocimientos, recibió la “Medalla Municipalidad de Providencia” en el grado Distinción al Mérito al Mejor Docente del Año.
Le otorgaron dichos reconocimientos por sus proyectos educativos y también por su aporte más allá de la sala de clase. En el liceo, Rossana ha impulsado iniciativas como la compra de canastas de comida para aquellas alumnas que enfrentan una situación económica difícil.
“Gracias a varios logros alcanzados en un contexto de educación pública con mujeres, un espacio donde mis estudiantes usualmente no tienen oportunidades inmediatas de aprender inglés, fue que decidí que ese era un espacio por el que había que apostar. He visto cómo muchas de mis alumnas son las primeras de su familia en ir a la universidad y he visto cómo el inglés, les brinda nuevas herramientas y oportunidades (…) Por eso trabajo todos los días, por una educación pública y de calidad para todos”, dice Rossana.
¡Por esto y más, Rossana es finalista del Global Teacher Prize Chile 2019!
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