Esto es parte de la reflexión que realiza Isabel Valenzuela, una profesora chilena que trabajó en un colegio de las Naciones Unidas en Nueva York y quien actualmente hace parte de uno de los colegios internacionales más importantes del mundo.
Aunque Isabel Valenzuela estudió Pedagogía Básica en la Universidad Andrés Bello en Chile, ha pasado muchos años de su vida desarrollándose profesionalmente fuera del país donde creció. Su aventura empezó en el 2010, año en el cual viajó junto a su esposo a Nueva York, ciudad donde tuvo la oportunidad de trabajar como profesora reemplazante en distintos colegios de Manhattan y Brooklyn. A finales de 2010, otra profesora con quien Isabel trabajó en Santiago de Chile, le recomendó postular como profesora a un colegio de las Naciones Unidas. Esa idea, sería el inicio de una experiencia que le ha dado una perspectiva única de la educación.
Su paso por el UNIS (United Nations International School) y Singapur.
El UNIS es un colegio internacional, con familias de distintas partes del mundo y un currículum que en su momento, llamó mucho su atención. “Como era la mitad del año escolar, postulé para hacer un reemplazo post natal y quedé. Reemplacé a una profesora de 1º Básico durante 4 meses y luego tuve la oportunidad de postular para ser profesora el siguiente año escolar. Así lo hice, me dieron el trabajo y estuve en el UNIS durante 5 años”, cuenta Isabel. Durante los cinco años que vivió en Nueva York, Isabel hizo parte de este colegio privado, el cual, según cuenta, incorpora objetivos de desarrollo sostenible dentro de su misión educativa y cuenta con alumnos becados de países de bajos recursos, hijos de empleados de las Naciones Unidas e hijos de diplomáticos.
Actualmente, Isabel vive en Singapur y trabaja en otro colegio internacional que se llama United World College of Southeast Asia (UWCSEA), un establecimiento educativo que tiene sede en 17 países como Estados Unidos, Italia, Noruega, India, Costa Rica, entre otros. Al igual que el UNIS, el foco del UWCSEA se centra en una visión educativa global, basada también en el servicio y el bienestar personal socio-emocional. Su propuesta, muy coherente con las necesidades de los niños del siglo XXI, han convertido a este colegio en uno de los mejores colegios internacionales del mundo.
“Me he dado cuenta de la importancia de que los niños sean ciudadanos del mundo”.
Vivir fuera de Chile y desarrollarse como profesora en medio de sistemas educativos tan diversos, le ha permitido a Isabel, tener una visión de la educación mucho más global. Por lo mismo, los aprendizajes han sido enormes. Lo primero que ella rescata, es la importancia de convertir a los niños, desde las salas de clase, en ciudadanos globales, en ciudadanos del mundo comprometidos, creativos, resilientes, analíticos y conscientes de la realidad. Esto implica enseñarles lo que significa la empatía, la colaboración, el servicio, el diálogo; enseñarles a fomentar la paz y resolver conflictos; enseñarles la importancia del cuidado del medio ambiente, de la aceptación y el respeto por la diversidad cultural y humana. Todo esto, con el fin de formar niños que sean hoy y mañana, agentes de cambio activos.
De Estados Unidos y Singapur, a Chile
Durante muchos años, Isabel ha estado expuesta a diversas filosofías académicas, muchos tipos de currículo e incontables personas de diversas partes del mundo que han nutrido su enriquecimientos personal y profesional. “Estas cosas me ayudaron a fortalecer mis capacidades como profesora de primaria: planificar, investigar, evaluar, reflexionar, colaborar”. Además, se ha perfeccionado como docente tomando diversos cursos (en el Teachers College de la Universidad de Columbia y en la Universidad de Nueva York) y asumiendo otras responsabilidades como la coordinación de profesores de 1º Básico y áreas de la escuela primaria. Todo esto dice ella, le ha dado la experiencia para liderar y conocer otras caras de los colegios en los que ha participado.
Pero esos aprendizajes no se quedan ahí. Isabel sueña con volver a Chile, sueña con implementar sus aprendizajes en los currículos escolares de su país, sueña con fomentar el trabajo en formación de valores que permitan a los niños chilenos desarrollar sus talentos y fortalecer su confianza. “Quiero volver a Chile para hacer algo distinto, contribuir a la educación y marcar una diferencia”, afirma la profesora.
Ser profesora lejos de su país le ha abierto muchas puertas, mundos y posibilidades enriquecedoras. Por eso, espera que muchos otros docentes busquen la oportunidad de vivir experiencias en el extranjero como medio para perfeccionarse y crecer en lo personal y lo profesional. Al final, dice ella, el objetivo es ganar una perspectiva más global para poder situar a Chile en un contexto mucho más internacional. De la mano con esto, surge la posibilidad de conocer a otras personas que nutren el conocimiento y sirven como fuente de inspiración para poder seguir adelante en un camino que es sin duda desafiante. Esto, dice Isabel, “no solo ayuda a abrir la mente, sino que también ayuda a abrir el corazón”.
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