A pesar de la contingencia de las clases virtuales, sin dudarlo tomé la decisión de desarrollar ABP con mis estudiantes de Biología. Estos algunos detalles a considerar y algunas pautas que he preparado con mis estudiantes.
Una de las estrategias de las cuales siempre me he valido para educar en ciencias y en otras áreas, ha sido el desarrollo del Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP). Esta estrategia metodológica permite, por un lado, incentivar a los estudiantes hacia el gusto por aprender ya que les permite elegir los temas de su interés y que son importantes para sus vidas y, por otro lado, permite aprender ciencia y desarrollar saberes científicos desde la práctica real, permitiendo que los estudiantes experimenten a través del proceso que viven la comprensión de las limitaciones e implicancias de la ciencia y de la tecnología en la sociedad (CTS). Es decir, trabajar ABP nos permite como docentes identificar los saberes esenciales que requieren nuestros estudiantes y con ello categorizarlos de acuerdo a contextos reales que dan sentido al aprendizaje.
Por esta razón y a pesar de la contingencia de las clases virtuales, sin dudarlo tomé la decisión de desarrollar ABP con mis estudiantes de Biología.
Ahora, más que nunca, podíamos abordar problemáticas reales de nuestra sociedad, que dieran sentido al currículo existente y donde, los estudiantes puedan encontrar sentido a un aprendizaje que se torna flexible, equitativo y pertinente a sus inquietudes.
Así, desde la disciplina extraer la lógica de los contenidos fragmentarios, permitiéndoles a los estudiantes relacionar los conocimientos sobre ciencia y acerca de la ciencia, con los conocimientos sobre tecnología y otras áreas del conocimiento, y con ello permitir que sus aprendizajes se transformen en un aporte a la sociedad. Bajo esta lógica, llevé a mis estudiantes desde la virtualidad de las clases a realizar un análisis de su contexto más cercano, a involucrarse desde su emocionalidad frente al contexto de pandemia a conectarse con su pensamiento crítico sobre aspectos de la vida cotidiana y contribuir con ello, al ejercicio de una ciudadanía participativa y consciente.
Para mí como profesora, que los estudiantes tengan la oportunidad de tener voz y elección de lo que desean realizar o indagar, significa ofrecer oportunidades de aprendizaje significativo al mismo tiempo que adquirir actitudes que les permitirán ser ciudadanos libres, reflexivos, con autocrítica, con capacidad de escuchar a otros, de respetar y aceptar a otros en su diversidad, y de trabajar en equipos.
Trabajar y desarrollar habilidades científicas con ABP, es un proceso complejo y que requiere de mucho compromiso, toma de decisiones curriculares y metodológicas y tiempo por parte del profesor(a) y de los estudiantes.
Trabajar en ABP e indagar en los procesos que ésta requiere, no se trata solo de buscar algo en Internet, se trata de un proceso cognitivo profundo y activo por parte de los y las estudiantes y requiere también, que el profesor/a de una atención dedicada y personalizada a cada grupo de estudiantes, ya que el proceso no se produce espontáneamente. Por esta razón, como el trabajo con ABP es procesual, lo he planificado en dos etapas durante el año. Una primera etapa de indagación y diseño en este primer semestre y una segunda etapa de implementación a realizarse en el segundo semestre.
Para la primera etapa, preparé una serie de pasos previos de inducción al trabajo de ABP con los estudiantes. Este proceso se hace más complejo y requiere de mayor tiempo desde la educación virtual. Para ello, fue necesario realizar previamente, una serie de ejercicios de pensamiento científico y de potenciar el desarrollo de habilidades científicas de forma virtual con ellos y ellas.
Luego de este proceso de inducción, les propuse a mis estudiantes observar la crisis humanitaria que estamos viviendo, y que a partir de ello realizaran proyectos que permitieran ser un aporte real a la sociedad y que, de alguna forma, permitieran avanzar en medidas apropiadas de conservación y protección del ambiente.
Para trabajar con ABP, presenté en primer lugar una ficha que les permitiera concentrarse en ciertos tópicos del proyecto. Sus proyectos debían contener una serie de requisitos:
1. Debían observar su entorno, identificar necesidades o problemas e intentar dar respuesta.
Esta parte es fundamental, porque las preguntas surgen desde los y las estudiantes, por tanto, sienten la necesidad concreta de investigar sobre algo que les hace sentido, y de usar el conocimiento científico para resolver un problema que ellos visualizaron. Pero no es una etapa fácil, puede ser incluso una de las etapas más complejas, dada la naturaleza iterativa de formularse preguntas y de enfrentarse a un problema, pues sin duda surgen más preguntas que respuestas, que requieren de mucho análisis y de reflexión antes de encontrar una solución o respuesta satisfactoria y sin duda, requieren de mucho apoyo de parte de mi como profesora.
En este caso surgieron preguntas tales como: ¿Cómo podemos mejorar el sistema de reciclaje de nuestra escuela para que podamos reducir el desperdicio? ¿Cómo podemos mejorar el consumo de agua en nuestra escuela? ¿Qué podemos hacer con las mascarillas para no fomentar el Fast Fashion? ¿Cómo podemos ayudar al ambiente de la contaminación por Fast Fashion y al mismo tiempo ayudar a frenar el Covid-19? (Estudiantes de 3° medio).
2. Sus proyectos deben ser auténticos.
Esto significa que el proyecto debe ser un proceso educativo real, por lo que incluso debían establecer redes de apoyo, buscando un científico o especialista a través de las redes sociales, el que puede responderles o no, enfrentándose también a la incertidumbre y al fracaso como parte de un proceso de aprendizaje. Se enfrentan por tanto a un proceso de proyecto real, auténtico, deben involucrar el uso de planificación, procesos, tareas y herramientas del mundo real. como ocurre con los proyectos que se desarrollan en la sociedad.
3. Los proyectos deben producir un impacto real en los demás.
Este es uno de los requisitos más relevantes, pues los estudiantes deben indagar, deben conocer sobre conceptos científicos, no para ellos sino para ayudar a otros. He aquí algo que como profesora he dado mucho énfasis. Cuando enseño ciencias no solo puede ser para “pasar contenidos y cumplir con la cobertura de un programa” esta enseñanza de las ciencias debe tener un sentido social, ya sea un sentido ciencia, tecnología y sociedad o simplemente de justicia social y ambiental.
4. El proyecto requiere de mucha reflexión.
Tal como dijo John Dewey, pedagogo, psicólogo y filósofo estadounidense: “No aprendemos de la experiencia. Aprendemos reflexionando sobre la experiencia” (1910). Sin duda, esta frase tomó más relevancia aún en este contexto de pandemia. La reflexión no puede darse solo por parte de los estudiantes, sino por parte de mi como profesora. Hay que reflexionar por una parte sobre el proyecto de los estudiantes y ayudarlos a reflexionar sobre sus procesos de avance: cómo lo están haciendo y por qué, cómo pueden establecer mejoras, cómo pueden proyectar sus ideas a otros contextos e incluso como pueden iniciar un futuro proyecto. Para esto les he entregado una serie de rúbricas de apoyo a la reflexión, tanto personal, como del grupo.
5. El proyecto debe ser conducido por un trabajo en equipo.
Acá es súper importante que los estudiantes comprendan que no se trata de un trabajo donde cada uno realiza una parte por separado y luego la junta. Se trata, por el contrario, de un trabajo en equipo, donde deben interactuar en cada etapa del proyecto, deben dar y recibir retroalimentación constructiva y basada en el respeto entre ellos.
Para ayudarlos en este proceso, les entregué una serie de rúbricas que le ayudarán a autoevaluarse y coevaluar al equipo y que deberán incluir en el informe final. Esta etapa es fundamental para generar actitudes científicas, dado que el sentido común que se generará en el equipo para visualizar errores, entendiendo estos como parte fundamental de su aprendizaje y para mejorar su proyecto. Del mismo modo, es fundamental en esta etapa que se vaya desarrollando un exhaustivo proceso de evaluación formativa, que no solo significa que los profesores demos retroalimentación a los estudiantes, sino que los estudiantes aprendan a evaluar los resultados de su proyecto y con ello, a construir su propio aprendizaje. En este caso virtual, el trabajo se ha llevado a cabo con dos evaluaciones formativas formales presentadas través de una plataforma virtual (Teams) y decenas de evaluaciones no formales realizadas por varias vías (plataformas, llamadas virtuales, chats, mensajes, etc), lo que requiere sin duda, mucho tiempo y mucha dedicación por parte de los estudiantes y del/la profesora.
6. El proyecto debe terminar con producto público.
Esta etapa será la que mis estudiantes desarrollarán en el segundo semestre. Ellos deberán presentar un producto público que ayudará a resolver el problema que visualizaron al comenzar su proyecto. El producto público está pensado en ayudar a los demás, basado en evidencias científicas y donde deben poner de manifiesto toda su creatividad. Por ahora, mis estudiantes han diseñado manuales virtuales e impresos, artefactos de ayuda a la reducción de consumo energético y de agua, y sistemas de reciclaje y de reutilización. En cada uno de los proyectos hay sueños de mis estudiantes y sin duda, muchos aprendizajes significativos.
Paralelo a este proceso que siempre desarrollo con los y las estudiantes en ABP, este año en contexto de pandemia, como profesora he debido reflexionar mucho más, ya no solo sobre los procesos de avances de mis estudiantes, sino también, sobre el que se transformó en un proyecto en sí mismo: “Realizar ABP en contexto de educación virtual”.
Sin duda alguna este trabajo vale la pena por los aprendizajes significativos que se producen con los estudiantes, y ponen de manifiesto la utilización real de conocimiento científico y tecnológico, al mismo tiempo que la aplicación de TICs en los procesos de aprendizaje, pero por sobre todo pone de manifiesto el tremendo esfuerzo que realizan los estudiantes y el profesor y el tiempo que en ellos se debe invertir.
Trabajar en ABP es fundamental tanto para estudiantes como docentes, ya que por un lado el aprendizaje experimenta una transformación desde lo fragmentario a lo global y da espacio a la integración de diversas asignaturas o áreas del conocimiento, permitiendo incluso en un contexto de pandemia, que los docentes podamos repensar el currículo, simplificando la enseñanza, identificando lo esencial e integrando diversos objetivos de aprendizaje en una metodología centrada en los y las estudiantes.
Karin González Allende es Académica del departamento de Estudios Pedagógicos de la Universidad de Chile. Tras 21 años de experiencia, Karin González se desempeña como docente en Trewhelas´s School y el Liceo Experimental Manuel de Salas. Además de dictar clases en la Universidad de Chile. Esta doble militancia, entre el contexto escolar y universitario le ha permitido mantener los “pies en la tierra” al momento de formar a los futuros profesores.
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