En las escuelas del Reino Unido, los estudiantes están aprendiendo sobre la fragilidad del medio ambiente y la importancia de la biodiversidad. Así lo están haciendo.
Desde hace ya un tiempo, los niños de la escuela primaria Evelyn Community en Merseyside (condado de Inglaterra) han tenido la oportunidad de aprender a través de la naturaleza. Todo empezó con la creación de un jardín que generó que una gran diversidad de aves se acercaran a la escuela. A raíz de esto, los alumnos sembraron semillas de flores silvestres, crearon un terreno vegetal e hicieron nidos de pájaros. La escuela, por su parte, invirtió en algunos elementos (como binoculares) que alentaban a los alumnos a observar a las aves a lo largo del año. Toda esta gestión ha permitido que la escuela participe en instancias como el Big School’s Bird Watch, un evento en el cual, sólo el año pasado, participaron 73.000 niños junto a sus profesores.
Carole Arnold, directora de la escuela, asegura en The Guardian, que el impacto del trabajo de los niños en la biodiversidad del jardín ha sido realmente significativo.
“Nuestro campo escolar no tenía absolutamente ningún pájaro [antes]. Realmente ha incrementado en los niños el amor por la vida silvestre”, asegura Carole. La relación que tienen los estudiantes de la escuela con este espacio natural y la observación de aves es constante. Así funciona: cada semana, grupos de 12 niños pasan tiempo en el jardín durante un periodo completo. Luego ceden su turno a un nuevo grupo. De esta forma, todos tienen la oportunidad de acceder a éste. El jardín de la escuela también es utilizado con niños que se sienten vulnerables y buscan un espacio para estar más tranquilos.
Pero la escuela Evelyn Community no es la única que está utilizando la naturaleza como herramienta de aprendizaje.
Después de que un club de pescadores descubriera una disminución en el número de salmones en los ríos locales, los niños de la escuela primaria Esgob Morgan ayudaron a cuidar varios huevos en un tanque antes de devolverlos al río. Además de esto, han ayudado a plantar flores salvajes a lo largo de la orilla del río y se han vinculado a la comunidad para arrancar de raíz una maleza (bálsamo del Himalaya) que se propaga rápidamente sofocando la vegetación de la zona. La escuela también estableció un área ecológica que anualmente participa en encuestas de abejas, mariposas y aves. Como si fuera poco, los alumnos han estado investigando el papel de los setos en la promoción de la biodiversidad de la escuela, y estarán trabajando en planes para protegerlos y desarrollarlos aún más en el futuro.
“Se trata de asegurarnos de brindar tantas oportunidades como podamos para que florezca la naturaleza y la vida silvestre en nuestra área. Puede ser que al poner una planta diferente o un tipo diferente de alimento para pájaros, estés atrayendo a diferentes especies a vivir allí” asegura el profesor de la escuela Richard Atwood en el mismo medio. Atwood lleva 9 años enseñando allí y está convencido de que para los niños ha sido realmente poderoso.
“Algunos de ellos viven en áreas con privaciones muy altas, no tienen un jardín o un estanque de peces… no ven ni experimentan nada de eso. [Hacer esto en la escuela] les da esa experiencia para vivir y aprender a través de la naturaleza”, agrega Atwood.
En otras escuelas del Reino Unido están sucediendo cosas similares.
Los estudiantes de la Escuela Y, por ejemplo, diseñaron un jardín para atraer mariposas Marsh Fritillary, las cuales habían desaparecido luego de una remodelación de la escuela que eliminó parte de su hábitat. Para eso, los niños investigaron que necesitaban las mariposas, con el fin de traerlas de vuelta. Aunque la profesora de biología los apoyó, fueron ellos quiene desarrollaron todo el proyecto y lo mejor… lo disfrutaron. Felicity Braund, la profesora, asegura de The Guardian que hoy en día, a los estudiantes les interesa mucho más los temas ambientales y se han dado cuenta de que su futuro depende de la preservación del mundo que los rodea.
El número de escuelas que utilizan jardines y elementos de la naturaleza para enseñar, es cada vez más grande en el Reino Unido.
Esto está sucediendo pues, además de las iniciativas de los docentes y los alumnos, la Royal Horticultural Society (RHS) diseñó una campaña para fomentar la jardinería escolar. Ésta, ahora cuenta con 20,000 miembros de distintas escuelas que tienen un 81% de plantas en crecimiento que atraen vida salvaje y polinizadores.
“La biodiversidad sustenta todo. Particularmente en las áreas urbanas, los niños no entienden cómo funcionan los ciclos de vida, o no pueden establecer una conexión entre lo que están viendo en el jardín y la comida en los supermercados. Estamos tratando de alentar a las escuelas a crear prados y espacios de flores silvestres para que tenga una red en todo el Reino Unido donde puedan viajar los polinizadores. Es muy importante [para ellos] entender que los pequeños cambios que hacen en su jardín pueden tener un gran impacto en el medio ambiente”, dice la directora de campaña, Alana Cama. Y lo están entendiendo. Los espacios que abren estas escuelas están permitiendo que los niños, además de aprender de una forma diferente, se conecten con aquellas cosas que les permitirán en un futuro, seguir gestionando cambios para proteger el planeta en el que viven.
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