En el libro “Un viaje a las ideas, 33 historias matemáticas asombrosas”, el doctor en matemática Andrés Navas, comparte un escrito de su colega Gladys Bobadilla Abarca, en el cual se narra brevemente la historia de tres mujeres matemáticas que no muchos conocen y los desafíos que tuvieron que enfrentar.
En su libro, Un viaje a las ideas, 33 historias matemáticas asombrosas, el profesor de la Universidad de Chile, Andrés Navas, convierte la matemática en la protagonista de un relato que busca mostrar a esta ciencia como una herramienta para entender la historia, la cotidianidad, la vida misma. La matemática, dice Navas en su libro, se puede vincular con todo; con el fútbol, los símbolos patrios, las películas de Pixar, y muchos otros elementos que permiten enseñar esta ciencia de una forma única para promover grandes aprendizajes.
A su libro, Navas agregó un capítulo escrito por su colega Gladys Bobadilla Abarca, fundamental para seguir rescatando el aporte de esta ciencia al mundo y el papel de quienes se han enfrentado a ésta de diversas formas. El capítulo se llama “La dura carrera de tres mujeres matemáticas” y en éste, se narra la historia de Hipatia de Alejandría, Sophie Germain y Emmy Noether, tres mujeres que al igual que muchas otras tuvieron que vivir bajo el estigma de su género en el mundo intelectual.
Tres mujeres que todo profesor de matemática debería conocer para enseñar la matemática más allá de las fórmulas, para cautivar a los alumnos desde la historia, tal como lo propone Navas, pero sobre todo, para mostrar otra realidad de quienes aportaron al desarrollo del entendimiento de la ciencia. Además, vale la pena conocer la historia de estas tres mujeres para instalar en los estudiantes la idea de que las mujeres deben y pueden ser parte de esta disciplina en la cual ellas tres tuvieron que luchar para ser reconocidas y validadas.
Hipatia de Alejandría
Según Gladys Bonilla, Hipatia es la primera mujer científica en la historia de la cual se tienen antecedentes fidedignos. Se sabe por ejemplo, que en el siglo IV d.C, ella dirigió la biblioteca de Alejandría y además, que su muerte, al igual que la desaparición de la biblioteca, son hitos emblemáticos del oscurantismo religioso. Pero, ¿quién era Hipatia y por qué Gladys quiso rescatar su historia? Era hija y discípula del astrónomo Teón.
Se dedicó a cultivar la filosofía, la física, la astronomía y por supuesto, la matemática. Muchos de los escritos de Hipatia hablan de álgebra, geometría y contienen también, brillantes anotaciones sobre textos clásicos. Hipatia también perfeccionó el astrolabio, una herramienta que en la época, facilitó la navegación y la orientación a través de las estrellas. Esta mujer, desconocida por muchos, inventó también el densímetro (un aparato para determinar la densidad de un líquido sin necesidad de determinar su peso o volumen).
A pesar de sus aportes, la historia de Hipatia no termina nada bien. En la época, había una gran tensión entre corrientes paganas y cristianas. Hipatia había sido parte de la educación de Orestes, a quien apoyaba políticamente como perfecto liberal de Alejandría y cuyo enemigo declarado era Cirilo, patriarca de la ciudad. Se dice que fue justamente Cirilo quien ordenó que Hipatia fuera asesinada. Según cuenta un historiador de la época, una tarde, mientras regresaba a casa, la llevaron a una iglesia donde la asesinaron brutalmente.
Sophie Germain
Desde muy joven, Sophie Germain demostró un interés por la matemática, sin embargo, sus padres no quería que siguiera este camino. De hecho, según cuenta Gladys, en las noches la dejaban sin luz y calefacción para que no pudiera estudiar. Pero esto no era todo… en la época (1776-1831), no estaba permitido que las mujeres asistieran a la educación superior, así que ella tenía que pedir notas prestadas.
Incluso llegó a disfrazarse de hombre para asistir a las clases y enviar correspondencia con el nombre de Antoine August Le Blanc, así logró entablar una relación con un importante matemático llamado Joseph-Louis Lagrange quien estuvo muy interesado en su trabajo. También se comunicó con Karl Gauss, matemático y físico alemán. Los dos hombres la apoyaron, pero no lo hicieron las instituciones académicas, las cuales nunca le permitieron enseñar en las aulas.
En el campo de la matemática, Sophie hizo grandes aportes. Por ejemplo, realizó un trabajo sobre superficies elásticas, gracias al cual ganó un premio de la Academia de Ciencias de Francia. Esto la convirtió en la primera mujer en asistir (no como esposa), a una de las sesiones de la academia. Su mayor logro se enfocó en la teoría de los números, específicamente en torno a la conjetura de Fermat.
Emmy Noether
Emmy Noether revolucionó el álgebra, incursionó en la física e incluso impresionó a Albert Einstein con un teorema que relaciona las simetrías del universo con las leyes de conservación. A diferencia de las otras dos mujeres, Emmy hacía parte de la élite mundial de la matemática a principios del siglo XX. A pesar de esto, su “condición” de mujer y judía, le impidió acceder a una posición académica en las universidades. De hecho, durante muchos años tuvo que hacer clases de ayudantía y clases particulares.
Algunos personajes cercanos aseguran, según cuenta Gladys, que varios resultados matemáticos en distintas líneas, atribuídos a diferentes personajes, en realidad nacieron de su intelecto. Por lo mismo, hoy después de tantos años, en cada Congreso Internacional de Matemáticos, se hace una charla especial en su honor llamada Conferencia Emmy Noether. En ésta, se honra a las mujeres que han realizado contribuciones fundamentales en esta ciencia.
Tal como lo menciona Gladys en el fragmento del libro de Navas, estas historias son una herramienta valiosa no sólo para cautivar a los jóvenes con la matemática desde la historia, sino también para seguir concientizando a diversas generaciones acerca de las capacidades intelectuales y cómo éstas, no están circunscritas a ningún género, raza o clase social.
Un viaje a las ideas, 33 historias matemáticas asombrosas, de Andrés Navas, 2017.
Una muestra de que ni la humanidad, ni la cultura es androcéntrica
Me interesa mucho la vida de Sophie Germain porque estoy escribiendo una novela sobre su vida. El día que esté lista compartiré con ustedes. La idea es llevarla como texto de lectura a jóvenes para incentivar el estudio de las matemáticas desde una adolescente que por otras razones estuvo en el confinamiento.
Saludos
María Inés Arzani.