Alberto Paredes Ortiz, psicólogo y director de la Fundación Chilena de Ajedrez Social y Terapéutico nos cuenta cómo han implementado esta estrategia en algunos hospitales de Chile.
Capacidad de análisis, razonamiento lógico y cálculo mental; estas son algunas de las habilidades que se asocian al ajedrez. Pero, ¿qué pasa cuando este juego se convierte en una herramienta literaria para niños que se encuentran hospitalizados? Esto es justamente lo que está haciendo La Fundación Chilena de Ajedrez Social y Terapéutico, una entidad pionera en Chile y Latinoamérica que busca visibilizar los beneficios del ajedrez en el ámbito cognitivo, la educación en valores y la inteligencia emocional. La iniciativa que la Fundación está aplicando en hospitales es un proyecto de cuentacuentos o historias vinculadas a este juego. El objetivo es entregar mensajes y valores positivos utilizando analogías propias del ajedrez con la vida real.
“Para aquello creamos un personaje que es el hilo conductor llamado h7”, cuenta Alberto Paredes. “h7 es un peón negro con atributos humanos y su nombre corresponde a su ubicación en una casilla periférica del tablero de ajedrez, mezcla de la columna ‘h’ con la séptima fila, tal cual ocurre en las claves alfa numéricas de algunas tarjetas bancarias. Para quienes no están familiarizados con el ajedrez, éste consta de un tablero de 64 casillas del mismo tamaño, es decir, un cuadrado de 8 x 8, divididas en casillas intercaladas claras y oscuras”.
Fundación Chilena de Ajedrez Social y Terapéutico
La creación de h7 surgió como estrategia para poder alimentar el contenido de este proyecto de cuentacuentos.
“Todo lo relacionado con la creación del personaje responde a elementos de juicio orientados hacia el mensaje que se pretende transmitir”, explica Alberto. “Es el caso de la ubicación en la columna ‘h’ que es la última del tablero y relativamente intrascendente al inicio de la partida, aunque puede ser decisiva hacia el final. Por otra parte, la elección del peón como pieza tampoco es al azar, debido a que en el ajedrez éste por sí solo no tiene mucho valor al inicio de la partida, sin embargo el trabajo conjunto de peones puede generar una importante fuerza e inclinar la balanza hacia la victoria. Acá la analogía de los peones representando al pueblo frente a fuerzas superiores es tremendo”.
El color negro de la pieza también es relevante pues habla del valor de la diferencia y se contrasta con las piezas blanca que son dominantes y llevan la iniciativa en el ajedrez. “La configuración de estas características lo hacen un personaje resiliente, perseverante, que logra ir superando las dificultades iniciales para convertirse en un actor relevante gracias a su voluntad y el trabajo en equipo con el resto de los peones”, dice Alberto. “El sueño es transformarlo en el nuevo héroe infantil chileno con estas características que lo hacen reflejo de nuestra sociedad actual y que pueda ser utilizado no sólo a nivel de entretención y afrontamiento en los hospitales, sino que también a través de sus mensajes contribuya a la educación intercultural y la inclusión de personas en situación de vulnerabilidad”, añade el psicólogo.
Este proyecto busca ser un espacio entretención para niños que están hospitalizados enfrentándose a una rutina ajena a lo habitual, pero ¿por qué cuentacuentos y por qué ajedrez?
Los cuentacuentos, dice Alberto, son una modalidad atractiva para los niños y una herramienta ideal para promover la imaginación a través de relatos que ofrecen mensajes basados en valores que promueve el ajedrez como la perseverancia, la responsabilidad, el trabajo en equipo, entre otros. Es una estrategia lúdica que contribuye también a una adecuada utilización del tiempo libre, generando emociones positivas que según la evidencia internacional, facilitan y promueven los procesos de afrontamiento en situaciones de adversidad –propias de una enfermedad–. Además del ajedrez y los cuentos, el equipo de voluntarios de la Fundación realiza otras actividades como adivinanzas o representaciones de jugadas con figuras humanas que acercan a los niños al mundo del ajedrez. fomentando así, beneficios a nivel social y cognitivo.
Con respecto al juego en sí mismo, el psicólogo resalta la importancia de la actividad, especialmente en la infancia, hecho que ha sido documentado por autores relevantes como Piaget y Vigotsky. El juego, explica Alberto, cumple un rol en el desarrollo cognitivo y en la interacción con el entorno y los demás. Además es una herramienta de aprendizaje extraordinaria que a medida que los niños van creciendo, desafortunadamente va perdiendo valor en la escuela, aunque no debería ser así. “Desde el mundo del ajedrez educativo también podríamos decir que hay perspectivas que están visibilizando el valor del ajedrez en el juego, ampliando el enfoque de clase tradicional con un monitor o docente que replica el sistema expositivo con el propósito de adquirir un estatus más ‘académico’. El juego tiene un valor en sí mismo y es un elemento fundamental en el desarrollo de los niños, que los adultos e instituciones deben promover”.
En este momento, la iniciativa se ha implementado en el Hospital El Carmen (Maipú), en el Exequiel González Cortés (Santiago) y en la Unidad Infanto Juvenil del Hospital Psiquiátrico del Salvador (Valparaíso).
La actividad es gestionada por la Fundación y se coordina también con cada hospital. Todo se lleva a cabo, la mayoría de las veces, en sectores de atención ambulatoria y pabellones de niños hospitalizados donde se espera promover en los niños en situación de enfermedad, la capacidad de afrontamiento y resiliencia que necesitan para poder sobrellevar ese momento.
Alberto asegura que el ajedrez se puede entender como una metáfora de la vida en la cual debemos enfrentar determinadas situaciones y tomar decisiones con respecto a ellas. Como en el tablero del ajedrez, cada acción que realizamos en nuestra cotidianidad, tiene una consecuencia. Además, el psicólogo afirma que el ajedrez es sinónimo de estrategia, entendiendo ésta como “un conjunto de acciones, planes y conductas para lograr un determinado objetivo a través de un esquema de pensamiento racional”. Por último, desde lo individual, este juego permite desarrollar habilidades para resolver problema diseñando planes acorde.
Todos esos principios estratégicos del ajedrez funcionan aún mejor cuando se plantean a través de historias que además de transformar un momento complejo, funcionan como instrumento de desarrollo intelectual y social. Las historias que surgen de la dinámica de este juego, se traducen en situaciones de la vida real en las cuales los niños, tal como sucede en el tablero, plantean estrategias y las ejecutan con el fin de hacerle jaque mate a la enfermedad que están transitando y avanzar en el proceso de su recuperación.
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