No es una historia nueva. En 2016, un animador alemán llamado Jacob Frey realizó este corto como parte de su tesis para la Academia de Cine de Banden-Württemberg. La historia, inspirada en un cómic del autor Fabio Coala, se presentó en 180 festivales de cine alrededor del mundo y ganó más de 50 premios. El cortometraje de solo tres minutos empieza con un adolescente que está jugando videojuegos en la sala de su casa. Abstraído por la pantalla, el niño ni siquiera abre la cortina y escasamente pone atención a su madre, quien de repente, llega con un regalo para él.

El regalo viene dentro de una caja de cartón. El niño detiene un momento su juego para ver qué hay al interior.

Sorprendido encuentra a un pequeño cachorro, pero muy pronto se da cuenta de que al perro le falta una de sus cuatro patas. Indignado e incluso enojado, el adolescente lanza lejos a su nueva mascota y decide ignorarlo por su condición. Entonces, el cachorro intenta llamar su atención de mil formas posibles y no se detiene hasta lograrlo. En el proceso, el joven lo ignora una y otra vez, pero poco a poco va cediendo. Primero lo mira de reojo y más adelante, va descubriendo que a pesar de no tener una pata, el perro es capaz de lograr cosas sorprendentes.

Finalmente, después de muchos intentos, el cachorro logra conquistarlo. El joven deja su videojuego, se levanta del sillón y sale a jugar con su nuevo amigo.

La sorpresa radica en que el protagonista tiene muchas cosas en común con su mascota, muchas más de las que él cree. A partir de esto nace una reflexión importante con respecto a muchos temas. En primer lugar, la discapacidad y los prejuicios asociados. En la historia, el protagonista rechaza a su nueva mascota por su carencia, pero muy pronto descubre que su discapacidad no representa un desafío para el perro, sino todo lo contrario; su mascota tiene el entusiasmo, las ganas y la habilidad suficiente para enfrentar la vida de una manera normal y alegre, contrario a lo que le pasa a él, quien afectado por sus temores, no le interesa salir de casa o enfrentarse a la cotidianidad más allá de la zona segura que representa su videojuego.

La mascota que llega a su vida representa un cambio importante, pues le ayuda a cambiar su mirada para enfrentar la vida de una forma más positiva, pese a las dificultades.

De esta forma, surge otra reflexión vinculada a la aceptación el respeto y la empatía. El corto ofrece una oportunidad de trabajar las emociones, incluso aquellas negativas como la ira, la tristeza o la frustración, aquellos sentimientos a los que se enfrenta el niño cuando conoce a su mascota. Y por otro lado, permite abrir la conversación acerca de otros temas como el manejo de las emociones y los aprendizajes que surgen de estas mismas.

¿Qué actitud tiene el protagonista? ¿Cómo crees que se siente? ¿Qué emoción o emociones enfrenta a lo largo del corto? ¿Qué representa el perro? ¿Por qué ayuda a cambiar la actitud del niño? ¿Qué significa aceptarse? ¿Cuál es tu postura frente a la discapacidad? ¿Qué cambiarías después de ver esta historia? Estas y muchas otras preguntas pueden surgir de esta premiada historia que conmovió a tantas personas.