A través del estudio “¿Son felices los profesores? Radiografía de la felicidad docente en Chile”, Elige Educar caracterizó el grado de felicidad de los profesores chilenos y encontró luces de como mejorar la satisfacción laboral. Acá compartimos 5 recomendaciones.
La satisfacción laboral es un componente central del desarrollo profesional de los profesores, ya que impacta en elementos tan relevantes como la retención docente y la calidad del proceso educativo. Lamentablemente, conocer y comprender los factores que inciden en la satisfacción docente y elaborar medidas para mejorarla ha sido un tema poco estudiado dada la compleja interacción de factores individuales y contextuales que se ponen en juego, pues la satisfacción laboral no depende sólo de la salud física del docente, sino también de la relación con los pares y jefaturas, por ejemplo.
Con estos antecedentes, Elige Educar realizó el estudio: “¿Son felices los profesores? Radiografía de la felicidad docente en Chile”
El estudio buscó caracterizar el grado de felicidad de los profesores chilenos que tienen funciones en aula y los factores asociados a su satisfacción con el trabajo. La investigación consideró una encuesta online que fue respondida por 1.200 profesores del país y los resultados son representativos de la realidad nacional considerando establecimientos municipales, particulares subvencionados y particulares pagados, ubicados en zonas rurales y urbanas de diversas regiones, así como hombres y mujeres con diferentes años de experiencia profesional.
Algunos de los resultados obtenidos dan luces sobre el camino que se podría seguir para aumentar el bienestar de profesores chilenos y, como se señaló, mejorar la calidad de la educación que recibe los estudiantes. Acá destacamos 5 ideas:
1. Entregar retroalimentación
Uno de los elementos que distingue a los profesores más satisfechos con sus trabajos de aquellos menos satisfechos se refiere al feedback. La entrega de comentarios períodos sobre su desempeño es un factor importante que les permite saber no sólo cómo lo están haciendo, sino también cómo pueden mejorar.
El aprendizaje es una parte constitutiva del desempeño profesional cotidiano de los profesores y la formación continua no es la única alternativa para mantener los conocimientos didácticos y pedagógicos actualizados. El acompañamiento y la retroalimentación periódica son también formas de perfeccionamiento profesional que, además, poseen el beneficio de estar anclado directamente a las prácticas y necesidades del establecimiento educativo.
El proceso de acompañamiento al profesor puede ser individual y/o colectivo, incluir la observación de clases, resolución de problemas y/o planificación conjunta. Asimismo, puede estar a cargo de los superiores técnicos (como jefe de departamento, coordinadores académicos o UTP) o involucrar a profesores mentores con igual o mayor experiencia profesional.
2. Crear espacios de trabajo colaborativo
Los docentes de aula chilenos valoran las buenas relaciones laborales dentro del establecimiento educacional, especialmente aquellas referidas a las relaciones con jefes, directores y colegas. Sin embargo, el trabajo colaborativo sigue siendo un desafío. En otras palabras, las escuelas cuentan con buenas relaciones humanas, pero cuentan con pocos espacios de colaboración. Falta mejorar el apoyo técnico dentro de los equipos de trabajo directo, de modo tal, de favorecer el diálogo entre las diversas propuestas pedagógicas, y así construir comunidades de aprendizaje colaborativo.
Dicha colaboración puede reflejarse en la planificación conjunta de actividades, en la toma de decisiones y espacios de retroalimentación construidos como comunidad, así como en compartir material curricular, información y actividades de evaluación, definir propósitos y metas compartidas e identificar y resolver problemas comunes.
3. Participar en la toma de decisiones
Por lo general, los docentes encuestados declaran contar con autonomía pedagógica dentro del aula, sin embargo, su influencia disminuyen considerablemente fuera de ella y en contextos que siguen vinculados a sus labores.
Así, una herramienta que favorece la felicidad es dar espacios de reflexión y participación en la toma de decisiones en áreas que afectan el trabajo de los profesores como puede ser la implementación del currículo escolar y el sistema interno de evaluación docente que implementa el establecimiento. La participación en la toma de decisiones no sólo incentiva el desarrollo del profesor, también aumenta su motivación, sentimiento de pertenencia y promueve la integración y el consenso grupal.
4. Otorgar oportunidades de desarrollo profesional
Aunque la ley de Carrera Docente ha instituido un sistema de desarrollo profesional, existen ejercicios concretos que pueden realizar los establecimientos educacionales para mejorar la satisfacción que tienen los profesores respecto a sus oportunidades de progresar profesionalmente. En general, por un lado, la evidencia apunta a instituir formatos horizontales de desarrollo de la carrera que fomenten la formación continua y, por otro, creen oportunidades donde los docentes pueden transformarse en mentores, entrenadores, líderes, curriculistas e investigadores en sus comunidades de aprendizaje y puedan aplicar los conocimientos y experiencias adquiridas en el ejercicio de su profesión.
5. Incentivar la participación de los apoderados
La investigación realizada evidencia que los profesores chilenos tienen una alta motivación por enseñar, además de reconocer la importancia de su rol para el desarrollo social e individual. No obstante, falta mayor reconocimiento de las comunidades educativas y mayor apoyo por parte de los apoderados. Este punto toma especial importancia en los docentes que tienen jefaturas, pero resulta igualmente preocupante para todos los profesores de aula.
Al respecto, el Ministerio de Educación ha establecido una Política de Participación Familiar, la cual entrega algunas ideas interesantes de replicar. El documento busca generar las condiciones que favorezcan y promuevan una relación dinámica, significativa y constante entre la familia y el establecimiento educacional para fomentar la formación de comunidades educativas que juntas potencian el aprendizaje de todos los estudiantes.
Tres son las áreas estratégicas propuestas por el Ministerio y a cada una de ellas corresponden diversas líneas de acción. Por ejemplo, en el área de diálogo y colaboración entre los actores se plantean como línea de acción la promoción de la mayor representatividad posible en todas las instancias donde puedan involucrarse a los apoderados y comunicarles las metas de mejoramiento de calidad de la educación. En el área de apoyo a la formación de actores educativos para la participación, por citar algunos casos, se plantea la formación no sólo de los equipos directivos, docentes y asistentes de la educación, sino también de los organizaciones de apoderados sobre las distintas formas en que puede darse la participación familiar. Finalmente, el área de integración de la escuela a la comunidad local se define, entre otras, las líneas de acción de abrir la escuela a la comunidad e identificar recursos sociales y educativos que permitan conformar una red de trabajo local volcada a la educación.
Algunas propuestas interesantes en esta área sería la promoción de la mayor representatividad posible en todas las instancias donde puedan involucrarse las familias, comunicarles las metas de mejoramiento de la calidad de la educación, la formación de los equipos directivos, docentes, asistentes de la educación y organizaciones de apoderados sobre las distintas formas en que puede darse la participación familiar; así como abrir la escuela a la comunidad e identificar recursos sociales y educativos que permitan conformar una red de trabajo local volcada a la educación.
La felicidad de los profesores no depende exclusivamente de ellos y las acciones que se pueden hacer para mejorarla involucran a toda la comunidad educativa, siendo particularmente importante el rol del equipo directivo.
Un equipo directivo comprometido es el primer paso para avanzar hacia una educación de calidad que permita desplegar al máximo las capacidades de los profesores y mejorar el aprendizaje de todos los párvulos, niños, niñas, jóvenes y adultos que están cursando la educación parvularia, básica y media en los colegios de Chile.
Vanessa Orrego, psicóloga e integrante del equipo de investigación de Elige Educar.
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