Rachel Giannini, educadora de párvulos y bloguera de un proyecto llamado “No Small Matter”, explica cuáles son los beneficios y ofrece algunos consejos para fomentar este tipo de juego.
Según diversos estudios, jugar “brusco” en los primero años de vida, puede ayudar a los niños en su desarrollo. En un video del proyecto No Small Matter, la educadora Rachel Giannini explica que este tipo de juego, específicamente puede potenciar el desarrollo de cosas como la memoria. Pero, ¿qué es exactamente un juego “brusco”? Perseguirse, simular batallas y dar patadas (en juego) son algunas características de este tipo de actividad… Es aquel juego que suele verse mucho entre hermanos o grandes amigos. Lo clave de esto es saber distinguir entre un juego y una pelea y por esto, Rachel ofrece unos consejos. El objetivo: fomentar el juego fuerte de una forma segura.
“¿Los niños se están riendo?, ¿están sonriendo?, ¿están jugando con sus amigos?, ¿sus músculos están tensos o relajados?”, todas estas cosas, explica la educadora, son claves para entender qué está realmente sucediendo…
Y lo que realmente está sucediendo cuando todo esto sucede es que los niños simplemente están jugando. Están jugando de una manera que en realidad es adecuada para su desarrollo pues les permite aprender múltiples cosas, por ejemplo, a ser estrategas. Además de estar activando sus cuerpos, están activando sus cerebros e incluso, sus emociones. ¿Por qué? Porque cuando el niño se compromete en este tipo de juego “poderoso”, dice Rachel, no sólo aprenden a confiar en otros, también aprenden a negociar; a ser dominantes y al mismo tiempo sumisos (en el mejor sentido de la palabra) y lo hacen a través de una comunicación no verbal. Aprenden a descifrar qué es aceptable y lo más importante es que aprenden a confiar. ¿Lo mejor? Lo están haciendo entre amigos, mientras se divierten.
Pero, ¿cómo se puede fomentar este tipo de juego? Rachel aconseja:
1. Revisa el espacio. Hay lugares más indicados que otros para el juego brusco. Obviamente un baño o un closet no son indicados. Rachel recomienda los patios, el exterior o espacios cerrados-abiertos, como los gimnasios. Permitir este tipo de juegos en espacios así, es la mejor forma de prevenir accidentes de cualquier tipo.
2. Si alguien dice “para”, entonces eso es lo que debe pasar. Si no hay más sonrisas y si hay llantos, el juego ya no es juego y debe detenerse. Lo importante de este tipo de dinámica es conocer los límites y respetarlos.
3. Lo más importante, dice Rachel es que lo profesores observen… es 100% necesario. Incluso, sugiere ella, que jueguen con ellos, que sean parte de eso.
y que pasa si el juego pasa en adolecentes es lo mismo o que cambia se logra una buena justificacion ante un problema ocasionado en el juego fisicamente,o solo se rige en el problema
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