La profesora Samanta González ya suma 20 años como docente y hace dos aprendió de programación. Esta habilidad le ha permitido motivar a sus estudiantes e invitarlos a explorar nuevas posibilidades para su futuro laboral.
“Estoy segura de que yo no podría hacer otra cosa, a pesar del cansancio. No me imagino levantarme en la mañana y no venir a un colegio. Aquí uno crece todos los días, aprendes todos los días. De verdad es un camino que me ha llevado a ser una persona más entera hoy”, dice Samanta González, profesora de arte que ahora dirige un club de app del Colegio Palmarés de Quilicura, una comuna ubicada en el sector norte de Santiago de Chile.
El aprender todos los días representa bien la trayectoria de Samanta, quien estudió un semestre de Arquitectura y ante las dudas, prefirió cambiar a Pedagogía en Artes –antes que Psicología, otra de las opciones que tenía en mente-. Al empezar a hacer clases, una de sus herramientas de enseñanza fue la creación de blogs de arte junto a sus estudiantes. Entonces, decidió hacer una especialización en tecnología.
Ahora, tras 20 años de trayectoria laboral, es la encargada de orientación y convivencia del colegio y los lunes y viernes, es quien dirige el club de apps, un proyecto que surgió hace tres años. “Los niños están emocionados aprendiendo de programación, de desarrollo de aplicaciones, y yo también. Aprender es emocionante”, cuenta Samanta.
Después de una una capacitación y la lectura de algunos libros, Samanta se lanzó a la aventura de crear aplicaciones junto a sus estudiantes.
Pero el inicio de este club de apps fue realmente la iniciativa Programa tus Ideas de de la Fundación País Digital. “Ellos nos dieron la capacitación de una semana y nuestro compromiso fue tener una club de apps dentro de mis horas de aula y el colegio ha sido clave, porque ha apoyado la iniciativa”, cuenta Samanta.
Después de su creación, los estudiantes han ganado varios reconocimientos. El primero fue en un Congreso de Medio Ambiente de Quilicura, en el que participaron con una aplicación que mostraba los puntos de reciclaje de la comuna, que se llamaba Reciclapp y con esta ganaron dinero, salieron en el diario de la zona y tuvieron la oportunidad de presentar su trabajo ante autoridades como el Ministro del Medio Ambiente de ese período.
“Esa es una parte muy importante de esto, el no quedarse en hacer la app y ya, sino presentarla y así también aprenden un poco lo que implica salir al mundo laboral. Además, se armó un grupo humano bien interesante ese año y como eran dos grupos los que desarrollaron distintas apps, ellos acordaron que si uno de los dos ganaba, se iban a repartir el dinero entre todos. Así que cada uno ganó 10.000 pesos”, recuerda Samanta.
Tras un año de creación del club, volvieron a participar en el Congreso de Medio Ambiente de Quilicura y aunque esta vez no ganaron, volvieron a ser seleccionados por sus proyectos. Y entre sus grandes reconocimientos está la Mención Especial del Concurso Soluciones Para El Futuro, organizado por Fundación País Digital y Samsung Chile. Ganaron gracias a Bienvenidapp, un proyecto que buscó brindarle a los estudiantes del colegio frases importantes para que los chilenos pudieran comunicarse con los compañeros haitianos. Una iniciativa que se concretó gracias a la llegada de una estudiante haitiana al club.
“Esto hizo que todo lo que había hecho antes en mi carrera, tuviera sentido”.
Samanta cuenta que en tres semanas, sus estudiantes ya estaban haciendo sus propias aplicaciones, y que en cuestión de días, empezó a verlos cada día más motivados y más claros en cuanto a su futuro. De los dos grupos que tiene en el club de apps, uno de media y otro de básica, son varios los que aseguran que quieren dedicarse a programar, diseñar o crear aplicaciones.
“Cuando los veo así de motivados, recuerdo esto que decía Steve Jobs, de que los puntos en algún momento se unen y todo te sirve para algo. Por ejemplo, mis estudios en arte, me permitieron ayudarlos mucho en el diseño; lo que estudié de tecnología me ayudó mucho en metodología de proyecto y después me di cuenta que el grupo humano que estaba en el club, era uno con muchas carencias, que no se sienten como los mejores, entonces ahí empecé a trabajar todo lo relacionado con la orientación y al espíritu de ellos”, dice la profesora.
Trabajar la motivación en cada uno de sus estudiantes, es para Samanta algo muy posible y debería lograrse en todas las asignaturas del colegio
Desde el club de apps lo que ella también pretende enseñar es demostrar la importancia de aprender a innovar, crear… en vez de aprender contenido de memoria. “Aquí no estamos entregando una disciplina, sino una nueva forma de pensar y eso es muy importante para el futuro, lo que tenemos que enseñar los profesores es eso, nuevas formas de pensar, porque los niños que van a salir no necesitan ser contadores, porque eso quizá ya lo pueda hacer una máquina, no necesitan ser supervisores… hay muchos trabajos que van a dejar de existir, por eso necesitamos personas que piensen de una forma distinta, que innoven, que sean capaces de darle un giro a lo que sabían y que sepan que la tecnología cambia todos los días”.
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