James Heckman, Premio Nobel de Economía y experto en primera infancia, argumenta porque este nivel educativo es esencial a la hora de generar cambios económicos y sociales de gran magnitud.
Después de ganarse el Premio Nobel de Economía, James Heckman se dedicó a un tema que para él es prioritario: la primera infancia. Uno de los argumentos de Heckman es que invertir en este nivel es una estrategia necesaria y eficaz para el crecimiento económico de una nación. ¿Por qué? Porque la neurociencia ha comprobado que en esta etapa (de los 0 a los 5 años) el cerebro viven un proceso de desarrollo determinante para las habilidades cognitivas y sociales; esto significa que en los primeros años de vida se sientan las bases necesarias para el éxito en distintos escenarios como la escuela, el trabajo y la vida en general.
En el año 2000, Heckman analizó datos del Proyecto Preescolar Perry.
El proyecto fue un experimento social que se llevó a acabo en 1962 y fue clave para evidenciar la importancia de la educación en la primera infancia. ¿De qué se trató? El objetivo era probar si el acceso a una buena educación infantil mejoraría la capacidad de los niños en contextos más vulnerables, para obtener éxito en la escuela y en la vida. Para esto, en la ciudad de Ypslanti (Michigan, Estados Unidos), 123 alumnos de la misma escuela fueron divididos aleatoriamente en dos grupos. Uno de los grupos, de 58 niños, recibió educación preescolar de alta calidad, y el otro grupo, de 65 niños, no recibió educación.
¿Qué descubrió el Premio Nobel al analizar los datos de este proyecto?
Al analizar los datos por primera vez hubo un problema, pues el coeficiente intelectual (CI) de los participantes era igual al de los no participantes, así que Heckman y sus colegas hicieron el análisis desde otro ángulo: no centrándose en el CI, sino en las habilidades sociales y emocionales que demostraron los participantes en etapas posteriores de su vida. Bajo esa mirada, pudieron darse cuenta de que los participantes que recibieron una educación de calidad tenían más probabilidades de estar empleados y muchas menos probabilidades de cometer crímenes.
En una entrevista con la BBC, Heckman cuenta otros detalles sobre la evidencia. Por ejemplo, que estos niños habían desarrollado habilidades ejecutivas, de planificación, de interacción, de cumplimiento de tareas, de seguir instrucciones.
“En todos los países donde este tema ha sido investigado se concluye que la desigualdad en la primera infancia persiste en las etapas posteriores”, comenta Heckman en la entrevista”.
“El ambiente en los primeros años es muy importante. En esta fase el niño construye una base de habilidades que le servirán para el futuro. Los niños pequeños son muy maleables y mutables. Hay una flexibilidad en esta etapa que no se ve en otras. Es una cuestión de eficiencia económica”, agrega. Pese a toda la evidencia, en general se le da mucha más atención a las etapas posteriores y Heckman dice que esto se relaciona con la falta de información que tienen los padres y también la falta de tiempo.
“Los padres de niños desfavorecidos no saben por qué estos se queden atrás. Y en realidad, sólo hay que estimularlos. Por ejemplo, hay estudios que demuestran que leerles a los niños tiene un impacto enorme en su desarrollo. Otro factor es que la gente no tiene tiempo. No estoy diciendo que las madres no deben trabajar para pasar el día en casa con los hijos, pero esos años iniciales necesitan ser enriquecidos. Una solución es la educación preescolar de calidad”. Bajo esa mirada, el rol de los educadores infantiles se vuelve prioritario y esencial en aquellos procesos que ocurren en los primeros años de vida.
Pero Existen, en ese sentido, enormes desafíos con respecto a la educación infantil.
El principal es cambiar la forma de pensar y eso implica romper las tradiciones y pensar en modelos de enseñanza que se adecúen a las necesidades de los niños. El segundo, implica demostrar la relevancia de la enseñanza en los primeros años de vida y lo que esto implica. “Este es el principal resultado de todos estos programas de educación infantil. El mayor retorno para cada dólar invertido en todos ellos se ve en la reducción de crímenes y la creación de un ambiente alentador para los niños. La gente ignora eso, pero es importantísimo. Es por eso que estos programas son tan exitosos para los hombres. Es una estrategia anti-crisis. Aunque solo fuera por eso, deberían ser tomados en serio como política pública”, explica Heckman.
¿Esto significa que un niño que no tiene la oportunidad de desarrollarse en la primera infancia es un caso perdido?
El economista explica que si bien el desarrollo ocurre en otras etapas de vida, una etapa lleva a la otra. Esto quiere decir que definitivamente, un niño bien formado en sus primeros años de vida, por educadores preparados y padres comprometido, puede aprovechar mejor los aprendizajes futuros. “Pero no debemos desistir de las personas después de una cierta edad. Eso no es verdad”.
¿Quieres saber más sobre educación inicial? Te compartimos esta lista de documentales sobre la primera infancia.
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