Esta es la historia de Sergio Ramírez Zúñiga, el entrenador deportivo mexicano que cambió la vida de los niños triqui, un pueblo indígena que se sitúan al noroeste del Estado de Oaxaca, México.
Hace unos años, la historia del profesor Sergio Ramírez Zúñiga cautivó a México. Sergio es originario de la ciudad de Oaxaca, es entrenador deportivo, se especializó en Cuba y estudió Ciencias del Deporte en Estados Unidos. Después de haber entrenado a muchos estudiantes en distinto niveles educativos, este profesor tomó la decisión de llevar su labor un paso más allá. Quería demostrarse a sí mismo que además de ser bueno en su trabajo, podía generar cambios. Así tomó la decisión de sacrificar el tiempo con su familia durante unos años y se sumergió en las montañas para trabajar con niños triqui, un pueblo indígena que se sitúan al noroeste del estado de Oaxaca.
La situación que vivían los niños de este pueblo era bastante compleja. Trabajaban recogiendo leña, comían sólo una vez al día y muchos habían abandonado la escuela. Sergio quería cambiar su historia, su realidad, y lo hizo a través del deporte. El profesor empezó a recorrer distintas comunidades triqui y descubrió que en toda la región había canchas de básquetbol, y en éstas, muchos niños jugando.
Entonces, decidió entrenarlos, pero les pidió algunos requisitos…
El primero: que leyeran un libro cada 15 días. Al finalizarlo, debían empezar otro, y con eso le garantizaba el poder continuar en la práctica. Además de la lectura, les exigía un buen promedio y que hablaran en su lengua materna (lo cual era muy útil en la estrategia de ganar los partidos). ¿Por qué tantos requisitos? Porque este profesor no buscaba solamente hacerlos grandes deportistas, sino también hacerlos grandes estudiantes, profesionales y líderes. Con su estrategia, Sergio logró que muchos niños triqui llegaran a países como Estados Unidos, Argentina, España, Alemania, Inglaterra, donde jugaron al básquetbol descalzos frente a miles de personas, ganaron competencias y conocieron a famosos deportistas.
Luego que el éxito de los “niños descalzos” le diera un reconocimiento internacional, Sergio pudo expandir este programa gracias al dinero que recibe al dictar conferencias y dirigir talleres, aparte de las ayudas gubernamentales. Además, gracias a las donaciones, los niños triqui ya no juegan sin zapatos.
Así nació la Academia de Baloncesto Indígena México (ABIM), un proyecto para fomentar el deporte y la educación en esta comunidad.
La idea ha crecido bastante. Actualmente miles de niños de distintas comunidades, entre los 6 y los 15 años, y 200 entrenadores indígenas de 16 años en adelante, forman parte de esa asociación. Sergio se enfrentó a su mayor rival: el hambre de sus alumnos… lo hizo para darles grandes oportunidades y lo logró magistralmente. Este profesor dice que “los maestros son el cimiento del país”, y justamente, él ha sabido cómo darle valor y realidad a esa expresión, pues gracias a su iniciativa y su entrega, muchos de estos niños aspiran hoy a grandes metas. “Estos chicos, son los líderes que cambiarán las cosas en sus comunidades muy pronto”, dijo el profesor en un artículo de ESPN.
Conoce la historia de otra profesora que empodera a sus estudiantes a través del deporte.
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