Realizar distintos ejercicios basados en la formulación de preguntas, puede ser una estrategia ideal para que tus alumnos empiecen bien el año escolar.
Maurice J. Elias, profesor de psicología, Director del Rutgers Social-Emotional and Character Development Lab y Director del Collaborative Center for Community-Based Research and Service, dice que la forma más sabia de empezar el año escolar es logrando que los estudiantes se sientan seguros. Esto, afirma en el medio Edutopia, permite que aprendan mejor. Para lograr esto, los profesores deben invertir tiempo en construir una especie de comunidad en la sala de clase, una comunidad que es capaz de trabajar para resolver problemas en equipo. El primer paso para cumplir con este objetivo es que los estudiantes se conozcan y confíen los unos en los otros, lo que permitirá que se ayuden entre ellos y que estén más comprometidos con los procesos de aprendizaje. Y ¿cuáles son las actividades que Elias propone? Todas involucran el planteamiento de preguntas y consisten en hacer lo siguiente:
1. ¿Cuál es tu nombre?
Este ejercicio se debe realizar en parejas. El objetivo principal es lograr que los alumnos puedan conocer los nombres de sus compañeros. En la organización Responsive Classroom recomiendan usar “saludos”. Dichos saludos consisten en decir el nombre, decir una frase de saludo y hacer algo físico para saludar, como dar la mano o chocar los cinco. Después de que un estudiantes recibe el saludo, éste debe agradecer y hacer justo lo mismo que hizo su compañero. El ejercicio se puede hacer en una especie de rotación para que todos tengan la oportunidad de entablar una comunicación con sus compañeros.
2. ¿Quién eres?
En grupos pequeños plantea preguntas que permitan a tus alumnos conocer a sus compañeros. Las preguntas son simples y cotidianas como: ¿cuál es tu música preferida?, ¿cuántos hermanos tienes?, ¿qué te gusta hacer en tu tiempo libre?, ¿a qué lugar te gustaría viajar?, entre otras cosas.
Dale a tus alumnos entre 30 y 45 segundos (a cada uno) para que respondan. Después de la primera ronda, apóyalos para que puedan manejar sus propios tiempos y sobre todo, para que aprendan a escuchar atentos las respuestas de sus compañeros. Elias sugiere que le pidas a tus alumnos una lista o alguna estrategia para que los compañeros del grupo sepan que realmente todos están escuchando. Vale la pena repetir el ejercicio algunos días después y mezclar grupos.
3. ¿Cuántos de ustedes… ?
La tercera actividad se realiza con toda la clase. La idea es plantear una pregunta principal y decidir cómo quieres que los estudiantes te den la respuesta. Por ejemplo, en lugar de simplemente levantar la mano, para responder la pregunta pueden pararse en sus sillas o coger algún objeto designado. La idea es que sea una experiencia tangible. Cada vez que hagas una pregunta, todos quienes quieren decir “sí”, deben pararse. Después de la primera pregunta, ayuda a tus alumnos para que ellos mismos hagan otras preguntas co-relacionadas con la pregunta principal. El objetivo final es que las respuestas específicas de todos los estudiantes sean contestadas. Por ejemplo:
- El profesor pregunta: ¿les gusta comer postres? Y los alumnos a quienes les gusta el postre, se paran sobre su silla.
- Otro alumno pregunta: ¿cuál es tu preferido? Esos alumnos responden de manera específica cuál es el postre que más les gusta.
Algunas de las preguntas centrales pueden llevar a muchas otras preguntas. Por ejemplo:
- El profesor pregunta: ¿sabes alguna parte de una canción, libro o poema? Los alumnos que conocen alguna, se levantan.
- Otro alumno pregunta: ¿conoces el autor? Los alumnos que conocen el autor se levantan.
- Otro alumno pregunta: ¿quién quiere dar un ejemplo?
Esta última actividad es ideal para construir vocabulario y trabajar con ellos el planteamiento de preguntas. Además, como las demás actividades, tiene aquel componente que necesitas para generar esa comunidad en el aula desde el primer día de clase.
¿Cuáles son tus estrategias para generar comunidad y confianza en la sala de clase?
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