Principios que según el director Jeffrey Mitchell, son “realistas para cualquier escuela y en cualquier contexto”.
En Estados Unidos, del 5% al 20% de los estadounidenses tienen dificultades de aprendizaje. Esto significa que a la hora de aprender, se enfrentan a problemas como la dislexia o dificultades con el desarrollo de habilidades ligadas a las funciones ejecutivas. Aunque los datos se enmarcan dentro de ese contexto específico, muchas escuelas allá y en el mundo entero, deben enfrentar esta realidad. No apoyar a los estudiantes con dichas dificultades, puede representar un enorme desafío para ellos a la hora de aprender.
Con el fin de mostrar herramientas que permitan manejar esta situación en las salas de clase, el director Jeffrey Mitchell de una escuela especializada para niños con dificultades en el aprendizaje (Currey Ingram Academy en Nashville), compartió en una conferencia en Austin, los 8 principios que en su escuela consideran que son “realistas para cualquier escuela y en cualquier contexto”. Mitchell asegura que quizás algunas de estas ideas ya se aplican y tal vez otras no funcionan según determinado contexto escolar, pero él está seguro de que aplicar más de una de estas, dará resultados positivos.
No olvidar la misión
Mitchell dice que es fundamental que la misión del colegio y la misión personal guíen el trabajo de cada profesor. Por esta razón, la misión debe ser “entendible, memorable, poderosa y simple”. Lo que hacen en su escuela por ejemplo es reconocer la misión, creer en ella y vivirla de determinada forma para planear todo lo que realizan. ¿Cuál es su misión? “Empoderar a los estudiantes con dificultades en el aprendizaje para que alcancen su máximo potencial”. Los profesores, dice el director, también pueden inspirarse en su propia misión. Por ejemplo, cuando él era profesor de ciencias, su misión era que sus estudiantes plantearan preguntas como científicos.
La evidencia es importante
Independientemente de la temática, siempre habrá mucha información e investigación con respecto a diversos temas. Por ejemplo, dice Mitchell, recientes avances en neuroimagen están cambiando los métodos de intervención para estudiantes con dislexia. Si algo no está resultando, dice Mitchell, consulta la evidencia pues esto apoyará tu trabajo.
Rompe la estructura tradicional
Hay formas en las que los profesores pueden trabajar entorno a la estructura tradicional. Lo primero es enfocarse en la palabra “variedad”. Mitchell recuerda que en cada clase habrá una gran variedad de estudiantes y por esta razón es fundamental ofrecerles diversas opciones. Además, añade que la variedad es importante para evaluar el nivel de comprensión de cada alumno. Por ejemplo, una forma de evaluación no necesariamente revela el conocimiento y las habilidades de cada estudiante.
Instrucciones claras
En su escuela, los profesores explican claramente qué son las funciones ejecutivas. ¿Por qué? Según el Centro de Desarrollo Infantil de Harvard, las funciones ejecutivas y las habilidades de autorregulación son “procesos mentales que nos permiten planear, enfocarnos, recordar instrucciones y realizar múltiples actividades de manera exitosa”. Mitchell da un ejemplo concreto de una estrategia que utiliza una de sus profesoras de tercer grado: antes de un examen, ella invierte 10 minutos en revisar con estudiantes estrategias para realizar exámenes; todo esto sucede con la hoja de examen frente a ellos. Así, ella recuerda cosas sencillas como la cantidad de respuestas que tienen que contestar por pregunta según el diseño del exámen. Después realizan otro ejercicio: revisan de nuevo el exámen (no las respuestas) y se plantean preguntas como: “¿respondiste todas las preguntas?”.
Ser conscientes de las limitaciones de la memoria
La memoria, dice el director, es un sistema cerebral que temporalmente guarda información mientras que se procesa. Allí, los humano archivamos datos e instrucciones paso a paso hasta que no los necesitemos más. Teniendo eso presente, él dice que a veces, los profesores malinterpretan un problema de memoria con una mala conducta intencional. Por ejemplo, lo que un adulto podría llamar “dificultad para prestar atención” puede ser simplemente un exceso de cosas que el niño no puede retener en su memoria.
El trabajo de memoria también afecta la capacidad de los alumnos para acceder a la información, recordar instrucciones, iniciar una tarea y copiar información de la pizarra. De hecho para algunos estudiantes tres instrucciones puede ser demasiado. Si es posible, dice Mitchell, divide esas instrucciones en dos o tres.
Prevención
Mitchell cree que el 90% del manejo del aula se trata de la prevención. Esto incluye tener reglas, rutinas, instrucción y una estructura atractiva. Pero con respecto aclara que las reglas deben ser simples, generadas por consenso y revisadas regularmente. Las rutinas deben incluir descansos regulares para el cerebro y la instrucción debe ser muy variada para involucrar a los estudiantes. “Para el otro 10%”, dijo Mitchell, “necesita planes de conducta y apoyo formales y sistemáticos”.
La comunicación como ventaja
Las escuelas “enseñan a las familias, no solo a los estudiantes”, dice el director. Por eso, él recomienda que los profesores realicen encuestas regularmente para escuchar comentarios sobre cómo van las cosas en el aula y en la escuela. Mitchell ha descubierto que a menudo los involucrados responden a las encuestas con un “gracias por escucharme”, y eso es fundamental. “Si llegas a los estudiantes y a sus padres antes de que ellos lleguen a ti, entonces habrás construido un inmenso capital”.
Celebra y empodera a tus estudiantes
“Sistemáticamente, identifica y celebra al menos una fortaleza en cada estudiante”, dice Mitchell. Luego, “dale a cada estudiante oportunidades para mostrar esta fortaleza”.
Él espera que estas ideas implementadas en su escuela puedan ayudar a las escuelas que no están específicamente diseñadas para niños con dificultades de aprendizaje. El objetivo es satisfacer las necesidades de todos los estudiantes.
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