María Jesús Campos, especialista en psicología infantil y juvenil explica cómo es posible adaptar un juego como Dixit para interpretar y gestionar las emociones con los niños.
Dixit es un juego de mesa creado en 2008 por Jean-Louis Roubira que ha sido condecorado más de una vez con galardones como el Spiel des Jahres (premio alemán al Juego del año). El juego, que cuenta con un total de 7 extensiones de cartas (511 en total), no sólo ha llamado la atención de muchos por su estética (lograda por un diverso grupo de ilustradores), sino porque la dinámica del juego en sí misma permite trabajar la mente de una manera muy especial. El objetivo original del juego es adivinar cartas a partir de ciertas pistas que se dan en forma de palabras, frases, narraciones o incluso mímica.
Cada participante tiene seis cartas, uno de los jugadores (el narrador) debe iniciar escogiendo una de sus cartas sin que ninguno de los otros jugadores la vea. Esa misma persona debe decir una palabra, un concepto o una frase que se relacione con la carta ilustrada escogida. Después, el resto de jugadores escoge la carta de su mano que más se asemeje a dicho concepto, palabra o historia. Las cartas se barajan y nadie sabe qué ilustración corresponde a cada persona. Y el juego empieza… la dificultad radica en encontrar una pista equilibrada para evitar que al ser fácil todos la adivinen, o al ser compleja nadie la adivine. Los demás jugadores obtienen puntos si escogen la carta del “narrador” o si otros jugadores votan por su propia carta.
Tutorial para jugar Dixit:
Las ilustraciones en las cartas de Dixit pueden ser interpretadas de múltiples formas.
Algunas son literales, otras en cambio son absolutamente surreales. Así, las historias que surgen de estas son prácticamente ilimitadas. Cada partida es diferente y es interesante ver qué historias, conceptos o frases crean los demás participantes. Pero la pregunta es, ¿cómo se utiliza Dixit en la sala de clase? María Jesús Campos, especialista en psicología infantil y juvenil dedicada a dictar talleres de inteligencia emocional y desarrollo de estrategias de aprendizaje en Valdemoro, España, ha utilizado el juego en un taller de control emocional en el cual participa un grupo de 6 niños entre los 10 y los 12 años de edad. En el taller, María Jesús, trabaja diversos contenidos como las emociones básicas (la alegría, la tristeza, la rabia… ) o las emociones más complejas (la admiración, la envidia, la gratitud… ). El objetivo en sus talleres además de identificar y gestionar esas emociones, es analizar el proceso que se enfrenta cuando surge determinada emoción y a través del cual están implicados factores como los pensamientos, las reacciones del cuerpo y las conductas.
Dixit para trabajar emociones
María Jesús ha utilizado varios juegos de mesa para trabajar las emociones. Con Dixit en particular, lo primero que hizo fue hacer una partida siguiendo las instrucciones del juego para familiarizar a los niños con la dinámica y ver cómo reaccionaba con el juego. Más adelante, enfocó el juego en el binomio: imagen-emoción. Así fue la dinámica:
1. Siguieron las instrucciones del juego
2. Cada niño al tener el papel del “narrador” , elegía una tarjeta de emoción diseñada por la experta con los nombres de diversas emociones.
3. Una vez escogida la emoción, los demás niños escogían sus cartas con emociones. Se mezclaban las cartas y los jugadores indicaban cuál pensaban que era la carta de cada persona.
El objetivo principal más allá del juego era poder analizar las emociones de las cartas, las imágenes correspondientes a las emociones, los elementos que se asociaban a cada emoción y responder las dudas que surgían a partir de lo que cada niño escogía. La conversación entonces era una especie de debate que nacía de los niños intentando explicar o razonar lo que ellos veían a través del ejercicio visual.
Después del juego
Según la experiencia de María Jesús, los niño se sentían muy cómodos con la dinámica pues ya conocían previamente en qué consistía el juego. Algo positivo era que a lo largo del juego surgían emociones que eran difíciles de interpretar o mostrar, lo que representaba un desafío para los niños pero al mismo tiempo una oportunidad para profundizar en el tema. El uso de juegos como Dixiti, dice María Jesús, es una buena estrategia para adaptarlo a las necesidades y objetivos de los estudiantes, pero para esto, es importante conocer al grupo, sus características, demandas y en general todo aquello que permite saber si determinado juego será un éxito.
¿Usarías un juego de mesa para trabajar las emociones con tus estudiantes?
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