Para fomentar el amor por la lectura es indispensable exponer a los estudiantes a una amplia variedad de libros que se adapten a sus intereses y necesidades. Un objetivo difícil pero no imposible. Así se puede hacer.
Fomentar la lectura no significa sólo garantizar que los estudiantes lean más. Cumplir este objetivo implica también lograr que ellos utilicen los libros como fuente de información, aprendizaje y por supuesto, entretenimiento. Más allá de cualquier cosa, fomentar la lectura es lograr que los estudiantes se enamoren del fascinante mundo de los libros.
Pero para alcanzar este objetivo, es fundamental no limitarse y ofrecer a los estudiantes múltiples opciones de lectura que se adapten a sus gustos e intereses. ¿Cómo? Convirtiendo la sala de clase es un espacio rico en lectura con actividades que les permitan conocer y compartir nuevas alternativas. El objetivo: exponer a los estudiantes a la mayor cantidad de obras escritas posible para que su amor por la lectura crezca y para que encuentren un punto de partida.
1. Pequeñas charlas
Cada dos semanas, se invita a algunos miembros de la comunidad escolar para que compartan libros que son importantes para ellos, o libros que estén leyendo en el momento. A los estudiantes les encantará oír las sugerencia y además llegarán a conocer a las personas de una forma muy personal.
2. Recomendaciones de estudiantes
En un tablero de anuncios dentro de la sala de clase, se puede dedicar una sección a una recomendación lectora hecha por los estudiantes. Se les puede pedir que escriban un pequeño resumen, la razón por la cual lo recomiendan y una cita que los haya marcado. Además pueden poner una foto de ellos con su libro. Esta sección va cambiando constantemente.
3. Notas
Tener una librería en clase siempre será algo extraordinario. Una forma de lograr tener una gran variedad de obras es pidiendo donaciones o recolectando aquellos que otros rechazan. Una vez teniendo una buena librería dentro del aula, los estudiantes pueden acceder a diferentes obras y realizar este ejercicio: dejar notas al interior de cada libro que leen para motivar a los otros estudiantes.
4. Lo que lee el profesor
Para empezar el año, un profesor puede decorar la puerta de sala de clase con las portadas de libros que leyó en vacaciones. Será el primer paso para indicar a los estudiantes que será un año lleno de grandes lecturas.
5. Una cita rápida con la lectura
Se ponen varios libros en una mesa. Los estudiantes tendrán que explorar el libro (leyendo la contraportada y una que otra páginas) que tienen justo en el puesto donde se sentaron. Cada 4 minutos rotan de un puesto a otro y por ende, de un libro a otro. Después de hacer varias “citas” con algunos libros, evaluarán cada uno y decidirán cuál, según sus intereses, quieren leer primero y cuál añadirán a la lista de libros por leer. Estas citas rápidas se pueden enfocar según géneros o temas, o se puede hacer de tema libre.
6. Visibilizar los libros
Escoger un lugar del salón para exponer los libros de forma constante junto a una pequeña descripción, puede ser una forma efectiva de motivar a los estudiantes a tomar un libro. Esta exhibición puede ir cambiando día a día.
7. Exposición
No es mala idea abrir un espacio para que los estudiantes hablen de los libros que más les gusta. Es fácil de hacer y sólo toma tres minutos por estudiantes. Además es una buena forma para practicar expresión oral.
¿Cómo convertirías tu sala de clase en un ambiente rico en lectura?
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