En el Colegio Teodoro Lowey de Viña del mar, todos los estudiantes son distintos. Por eso, un “súper equipo” de profesionales trabaja para darle lo mejor a cada uno de ellos.
Claudia Cajas, directora del Colegio Teodoro Lowey de Viña del Mar, asegura que en esta escuela se reciben todo tipo de alumnos, es decir, alumnos con diversas necesidades, estudiantes que viven distintas situaciones sociales o que incluso tienen historias culturales diferentes. Ellos, asegura Claudia en un video de la plataforma Líderes Educativos, conforman todas las salas de clase y por ello, en este establecimiento, la inclusión es una prioridad. Según Rodrigo González, inspector general, los alumnos del Colegio Teodoro Lowey se sienten aceptados, se sienten integrados y esto sucede porque en este espacio, cada niño tiene la oportunidad de hacer algo y aportar algo.
En general, explica el inspector, en este colegio la recepción a una nueva realidad que es tan diversa ha sido muy positiva y esto se debe al gran trabajo de lo que Rodrigo dice es un “súper equipo”.
Ese “súper equipo” hace un trabajo diario y constante de la mano de la Coordinadora del Programa de Integración de la escuela, Carolina Fuentes. Y aunque en esta escuela de 80 años de trayectoria ya había una cultura de integración, la labor de Carolina y las reuniones constantes con todo el equipo, han sido fundamentales para seguir trabajando en torno a esto. Según explica la coordinadora en este mismo video, la finalidad del Programa de Integración es principalmente identificar las barreras de los niños con necesidades educativas especiales para poder diagnosticar. Para eso, la escuela cuenta con un equipo especializado conformado por: una fonoaudióloga, una terapeuta educacional, educadoras diferenciales y un psicólogo. Con este equipo se identifican las necesidades de los estudiantes.
Otra profesional clave en este súper equipo es Gabriela Urrutia, la Orientadora Escolar, cuyo rol es, como lo dice ella “saber escuchar”.
Saber escuchar cuáles son los problemas de los niños, sus necesidades y las inquietudes de los apoderados. Todo esto con un objetivo fundamental: encontrar soluciones. Todo el trabajo que se realiza en la escuela es colaborativo; profesores y miembros del equipo del Programa de Integración son claves pues todos ellos trabajan con un foco esencial: darle lo mejor a cada uno de los estudiantes. “Una de las cosas positivas acá en el colegio es que cuando llega un alumno nuevo, es acogido… Hay mucho prejuicio frente al tema de la inclusión; se piensa que el alumno que es distinto, va a ser un problema y no necesariamente. Lo que yo recomendaría es, uno, no tener miedo y segundo, tener equipos potentes”, afirma la directora del colegio. Estos dos elementos, según ella, son una prioridad para formar culturas escolares inclusivas. En este colegio esto se ha respetado; se ha respetado la diferencia y se le ha dado relevancia a un equipo de profesionales que trabajan en equipo por los mismos objetivos. Esto es lo que ha hecho que el Colegio Teodoro Lowey de Viña del Mar se destaque.
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