Con estas prácticas y sencillas medidas, es posible gestionar los desechos que a diario se generan en la sala de clases.
Pueden ser pañuelos desechables, cartulinas, botellas plásticas, envoltorios o lo que quedó de una fruta. Estos y otros desechos se generan a diario en la sala de clases y es importante hacerse cargo de ellos de la manera correcta: clasificándolos. Con estos tips y un poco de ayuda, reciclar y reutilizar puede ser entretenido y un gran proceso de aprendizaje. ¡Una pequeña ayuda para el planeta Tierra!
1. ¡Un envase exclusivo para los desechos orgánicos!
Del correcto tratamiento de los residuos orgánicos se puede obtener abono a través del compostaje y gas metano. Y no, el compostaje no produce mal olor, es solo un mito.
Los desechos orgánicos se tratan por lo general de dos formas, la digestión anaeróbica, en la que la falta de oxígeno descompone la materia en biogás, que puede ser usado por ejemplo para la calefacción dentro del hogar; y el vermicompostaje, en el que controlando diversas variables como temperatura, luz, humedad y acidez, se logra crear un sistema que degrada naturalmente la materia orgánica.
Te dejamos una guía paso a paso y un video para que puedas fabricar un biodigestor y una vermicompostera, ambos con materiales que se pueden conseguir fácilmente.
2. Diferenciar los residuos, SIEMPRE
Con cuatro basureros será suficiente, tampoco es necesario que sean muy grandes ni que sean de colores distintos, pero sí que se puedan identificar fácilmente para qué tipo de desecho están destinados.
Por ejemplo, puede ser uno para los plásticos, en el que irán por ejemplo las botellas y envoltorios de golosinas. Otro para los papeles y cartones, como servilletas, hojas de papel y jugos en caja, siempre limpios y sin grasa. Otro para el aluminio, ya sea el papel o las latas. Y por último, uno para los diversos envases de vidrio.
3. ¡Dale más uso a todo tipo de papelería!
Suele ocurrir que cuando en una actividad en la que se usaron cartulinas o algún tipo de papel, los estudiantes dan mal uso a estos materiales cortando piezas a placer sin pensar en que les podrían servir en otra oportunidad.
Una buena idea para reutilizar estos materiales es: en una bolsa o carpeta grande se pueden guardar los papeles que no se utilizaron o que aún pueden ser usados de nuevo. Así, sabiendo que habrá un lugar para guardar estos materiales, aparte de darles un mejor uso, a la larga podrán ahorrarse también algo de dinero.
4. ¡Crear un repositorio de uniformes!
Después de la industria energética, y antes que la de la alimentación, la textil es la segunda industria más contaminante. Por ello, si está la posibilidad de darles una segunda vida a las prendas, ¡bienvenida sea!
A nivel de establecimiento, puede ser una gran idea tener almacenados en algún lugar los uniformes que vayan donando los estudiantes. Por ejemplo, los que van saliendo de cuarto medio, los que por determinado motivo se tuvieron que ir del establecimiento o simplemente las prendas que después de un buen tiempo, no han sido reclamadas por nadie.
No hay que perder de vista que cuando los desechos se mezclan se pierde la posibilidad de reciclarlos, y que en el contexto de cambio climático cualquier acción que haga tomar conciencia sobre esta situación es importante, ¡es clave trabajarlo desde las comunidades escolares!
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