La evidencia ha dejado claro que aquello que sucede en los primeros años de vida tiene un impacto profundo en el desarrollo futuro de niños y niñas. Por eso, estos 5 elementos claves no se pueden dejar de lado.
La evidencia ha demostrado que la educación de calidad tiene un impacto positivo en el desarrollo de los niños en sus primeros años de vida, un periodo en el cual se sientan las bases para el aprendizaje futuro. Los espacios, el afecto, la interacción entre el niño y el adulto, el juego, la libertad y las emociones, son algunos de los elementos que se repiten en aquellas investigaciones que han dejado claro lo que verdaderamente importa en los procesos de formación de niños y niñas. Basado en toda esta evidencia Elizabeth DiLauro, Directora de Defensa en la organización ZERO TO THREE comparte en el medio NAEYC la “cosas que sí importan” a la hora de querer producir impactos importantes en los niños, y retornos significativos y duraderos para sus familias y las comunidades en las que viven. ¿Cuáles son esas cosas y por qué son tan esenciales?
1. La relaciones
La ciencia ha demostrado que el cerebro de un bebé puede desarrollarmás de un millón de conexiones neuronales por segundo en los primeros años de vida. En este periodo de tiempo, los bebés descubren el mundo a través de las experiencias que tienen con los adultos con los cuales se relacionan, hecho que moldea la forma como aprenden y observan el mundo. Estas experiencias, positivas y negativas, determinan también la forma como manejarán situaciones a futuro. Esto significa que la relaciones en este periodo son fundamentales y críticas en el funcionamiento de sus cerebros. Cuando los niños reciben un cuidado consistente, nutritivo y de calidad, se construyen las bases necesarias para potenciar su desarrollo.
2. Los educadores
Si las primera experiencias de vida importan, el rol que cumplen los educadores en la primera infancia definitivamente también importa, y mucho. Los grandes educadores se desempeñan en un trabajo complejo, demandante pero sobre todo, muy valioso, pues son ellos los que garantizan un aprendizaje de calidad en la infancia.
3. La calidad
Al hablar de primera infancia, es indispensable mencionar la calidad. Asegurar que los niños, cuyos cerebro se están desarrollando muy rápido, reciban educación de calidad para garantizar su éxito en el futuro, debería ser una prioridad en las políticas económicas de cualquier país. Basados en la evidencia podemos saber además que centrarnos en esto, garantizará no sólo el buen desarrollo de los niños, sino también un éxito en términos sociales a nivel país.
4. El impacto de la pobreza
Otra clave para el desarrollo saludable de los niños a largo plazo, es alejarlos de la pobreza. Esto, por supuesto, también tiene un impacto para el país. Según dicen algunas investigaciones, los adultos que crecen preocupados por la comida, la inestabilidad familiar y la seguridad, tienen menos probabilidades de ser contratados, de tener un salario estable y de pagar cuentas mensuales, esto en comparación con quienes crecen con menos estresores, es decir, factores de estrés como el hambre o el miedo que son tóxicos para el cerebro. La pobreza puede literalmente meterse debajo de la piel, afectando así el desarrollo de zonas clave del cerebro, incluyendo la autorregulación, el aprendizaje, la memoria, el lenguaje, y el control emocional.
5. El acceso
Finalmente, pero no menos importante, se menciona la importancia del acceso a la educación inicial de todos los niños y niñas, hecho que puede marcar la diferencia en la vida de aquellas familias que viven en la pobreza o cerca de ella. El acceso permite que los padres trabajen, lo que alivia la inestabilidad económica. También genera entornos familiares enriquecedores pues los padres pasan a jugar un papel de apoyo en el desarrollo de sus hijos. Esto mismo aporta a la generación de un espacio nutritivo y amoroso, lo que sin duda mitiga el impacto de la pobreza y amortigua el daño causado por elementos como el estrés ambiental.
“Debemos actuar con urgencia para garantizar que los alumnos más jóvenes y más vulnerables de nuestro país reciban oportunidades equitativas y alcancen todo su potencial. Debemos comprometernos a realizar las inversiones públicas necesarias para crear un sistema de cuidado infantil que asegure que sea económicamente factible brindar servicios de alta calidad para niños pequeños y familias, independientemente de los ingresos,el código postal, el estado o el entorno. Los bebés y niños pequeños no solo se beneficiarán de las relaciones cercanas con proveedores de cuidado infantil bien calificados que responden cultural y lingüísticamente, sino que todos nos beneficiaremos cuando nuestra diversa fuerza de trabajo futura -los bebés y niños pequeños de hoy- lleguen a la escuela emocionados y sean estudiantes seguros de sí mismos, preparados para el éxito futuro”. Señala Elizabeth DiLauro, y aunque la afirmación se enmarca dentro de un contexto norteamericano, es absolutamente pertinente y coherente en otro tipo de contexto como el latinoamericano.
Cinco puntos claves que definitivamente no se pueden dejar de lado en una discusión sobre educación inicial.
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