Los estudiantes pueden trabajar la empatía con actividades tan diversas como leer ficción o enfrentar discusiones sobre temas difíciles.
La empatía se puede definir como el reconocimiento cognitivo y afectivo del estado de ánimo de una persona por parte de otra. Un acto que conlleva una compresión y conexión emocional importante, por ende se considera parte de las habilidades del siglo XXI. En otras palabras, ser empático se refiere a la capacidad de ponerse en los zapatos de otra persona.
Múltiples investigaciones han demostrado que la empatía hace que las personas sean mejores gerentes, trabajadores, familiares y amigos. Además, es desde la empatía que se puede trabajar por un futuro más humano y sustentable, más consciente de su entorno. Por ende, sin duda es una cualidad que se debería trabajar en las salas de clases.
Bajo esa línea, un artículo del New York Times entrega varias herramientas para trabajar la empatía en distintos ámbitos. ¿Cómo ser más empáticos?, es la pregunta que titula el trabajo que recopila opiniones y actividades recomendadas por psiquiatras, psicólogos y docentes.
Impulsar la curiosidad y leer libros puede ayudar a trabajar la empatía
“Para mí, el núcleo de la empatía es la curiosidad”, declara Jodi Halpern al New York Times. Halpern es psiquiatra y profesora de bioética en la Universidad de California, Berkeley. Desde ese espacio invita a conocer constantemente a personas nuevas y de entornos muy distintos a los propios.
Iniciar conversaciones con extraños o invitar a almorzar a algún vecino que no conozca bien, puede ser una forma de conocer otras personas. La idea es ir más allá de una pequeña charla, para entender cómo piensan y sienten, con sus respectivas razones. La misma invitación hace con las personas que sigamos en redes sociales; puede ser interesante seguir cuentas llevadas por personas muy distintas a nosotros.
Leer ficción es otra invitación que hace diversos expertos. Enfrentarse a este tipo de libros, requiere que las personas entren en la vida y la mente de los personajes. Al hacerlo, aumenta la capacidad de las personas para comprender los pensamientos y sentimientos de otras, según descubrieron algunos investigadores de The New School, universidad ubicada en Nueva York. Buscar literatura de no ficción sobre historias o personajes que pueden resultar muy lejanos, también son un buen ejercicio para trabajar la empatía.
Definir las emociones y enfrentarse a discusiones difíciles
Los estudiantes pueden comprender la empatía desde que son bebés, especialmente cuando empiezan a entender copiar las expresiones faciales de sus familiares. Pero entender cada emoción, es un trabajo que se debe desarrollar en casa y en la escuela.
En el artículo, entregan varias consideraciones básicas para trabajar la empatía desde los primeros años. Por ejemplo, ayudar a que le pongan nombre a sus emociones y darse espacios para hablar –como padres o docentes– sobre los sentimientos del día. También puede ser un ejercicio interesante invitarlos a tratar de descifren qué sienten los personajes de un cortometraje, libro o película.
Otros expertos señalan que también puede ser interesante no enseñarles a decir siempre: "Lo siento". Puede resultar contraproducente, porque se pueden dar las instancias en que lo digan sin sentirlo genuinamente. En su lugar, se debería invitar a que se cuestionen cómo se siente la otra persona después de lo que hicieron, cómo se sentirían ellos en una situación así o cómo pueden ayudar a que la persona se sienta mejor en una circunstancia particular.
Plantear en diversos espacios temas difíciles, también pueden ayudar a trabajar la empatía. Hablar con los estudiantes sobre el racismo, estereotipos de género y estratos sociales, puede ser una invitación a que generen interés en personas que no son iguales a ellos. "Las conversaciones francas y respetuosas pueden contribuir en gran medida a abrir la mente de las personas", escriben en el reportaje.
Si quieren revisar el reportaje completo y todas las recomendaciones: ¿Cómo ser más empático?
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