Diferentes son las técnicas de las que se puede servir el director para supervisar la mejora del servicio educativo de su Institución Escolar. Una de ella es la visita al aula.
La visita del aula es una de las técnicas de supervisión más aplicadas y constituye, aún hoy, un medio indispensable para potenciar las capacidades de los docentes y apoyarlos en su proceso de perfeccionamiento y mejora. El salón de clases es un excelente laboratorio para el equipo directivo. Es el lugar donde ocurren los aprendizajes y donde puede llevarse a cabo la innovación educativa. Es, sin lugar a dudas, el lugar donde el equipo directivo debiera estar una buena parte de su tiempo. Así, estará en posesión de elementos de juicio esenciales con el fin de promover la transformación de la educación.
¿Cómo hacer que esta visita sea efectiva?
- Es necesario crear un clima de naturalidad y espontaneidad.
- El docente debe percibir un auténtico interés de parte del directivo, por brindarle apoyo y ayuda profesional.
- Hay que promover el diálogo y el intercambio.
- Es clave ser un miembro integrante del grupo.
- La crítica debe surgir del análisis de las circunstancias.
- El equipo directivo debe constituir una figura familiar en la comunidad del aula, formada por el docente y los alumnos.
- Previo a la visita, es bueno entrevistar a los docentes para escucharlos, intercambiar ideas y asesorarlos.
Las visitas se planifican previamente, pues responden a un plan de supervisión que el docente debe conocer. Entonces, en la planificación, los directores deben considerar:
- El propósito de la visita, asegurándose que responda a necesidades reales de la situación de enseñanza.
- Y todo lo relacionado al proceso de enseñanza - aprendizaje que ocurre en el aula.
Una visita bien planificada y realizada permite:
- Un contacto personal con la realidad escolar.
- Un mayor conocimiento del docente desde el punto de vista personal y también profesional.
- Una construcción potente con los docentes.
- Reunir elementos de juicio para formular un diagnóstico de la situación escolar.
- Conocer a los alumnos en el marco del aprendizaje.
- Proporcionar al docente ayuda específica y asesoramiento.
- Realizar el control, el seguimiento y la evaluación del proceso educativo.
Los directores también deben entregar una retroalimentación para que la visita sea realmente efectiva. ¿Cómo hacerlo?
Se puede mantener una entrevista con el docente supervisado con el fin de intercambiar ideas acerca de lo visto. Así, el director puede asesorar, apoyar y diseñar un apoyo específico. Es necesario registrar lo observado en la clase en un informe que contendrá la evaluación y la asesoría. De esta forma se entrega al docente al análisis y reflexión de su situación en el aula.
La visita del director al aula tiene como ventaja para su función pedagógica, documentar sus observaciones para efectuar el seguimiento y la evaluación permanente. Y para el docente, conocer la opinión de un líder o experto. El registro de la visita al aula permite al docente el acceso permanente al mismo como elemento de consulta, y al director, poseer elementos de juicio para evaluar la tarea docente y también su propia labor.
¿Qué tipos e informes se pueden hacer?
1. Abiertos (sin guías ni pautas establecidas ): permiten expresar con libertad las observaciones. Perfecto para situaciones imprevistas. Exige tiempo en su redacción dado que el contenido debe ser significativo para el docente.
2. Con guía de observación: consiste en pautas de observación elaboradas cubriendo áreas específicas del pensamiento y conducción del aprendizaje. Es un informe objetivo y concreto. Hace referencia a los aspectos destacados y a los que merecen ser mejorados. Resulta imprescindible acompañarlo con el asesoramiento correspondiente.
3. La combinación de ambos tipos de informes: con pautas de la guía de observación y espacios en blancos. Permitirá recoger aspectos imprevistos y la integración de las aristas positivas del informe abierto con la pauta elaborada.
¡PARA NO OLVIDAR!
El éxito de las visitas al aula depende de la actitud que los directores asumen a la hora de realizarla. Si el director muestra una actitud fiscalizadora creará un clima superficial en el que el docente responderá con actitud defensiva, imposibilitando la creación de un ámbito para el diálogo constructivo. En cambio, si la postura es la de construir, se mezclará entre los alumnos, su presencia no se notará y el clima de la clase seguirá su rumbo mientras observa de una forma objetiva.
Karina Inés Gómez es Licenciada en Ciencias de la Educación. Formadora de directores y educadores. Asesora en necesidades educativas inclusivas. Máster en Liderazgo Directivo en Escuelas Públicas.
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Elvis, esperamos contar en marzo con un sistema mejorado de boletín informativo.
Me interesa enriquecerme con lecturas al respecto. Gracias!
Hola que interesante esta en pdf? este articulo .El director en el aula: una gran estrategia para enriquecer el trabajo docente.
el directivo enriquece nuestra aulas. Solamente me pregunto cual es nuestra autonomía al momento de planificar
Gracias. fue útil para mí.