Según un informe realizado por UNICEF, hay varias falencias educacionales sistemáticas a nivel latinoamericano. Sin embargo, puede ser una oportunidad para volver a enmendar el rumbo.
Dos años después, salvando a una generación, es el título del diagnóstico realizado por UNICEF –en alianza con Unesco y el Banco Mundial– acerca de la catástrofe que dejó la pandemia del Covid-19 en los sistemas educacionales de la región. Además de detallar el contexto educacional de América Latina antes de la pandemia, entrega orientaciones para remediar la situación.
Actualmente en un contexto de “vuelta a la normalidad”, la educación como herramienta igualadora de las desigualdades sociales está gravemente dañada. Según el informe, si no se pone urgencia en repararla, volverá a acrecentar las diferencias que tanto ha costado acortar. Además, el documento hace énfasis en señalar que quienes se vieron más perjudicados fueron los estudiantes de cursos menores y aquellos de un nivel socioeconómico más bajo.
Entre las principales consecuencias vistas luego de 2 años de pandemia están: el impacto en la salud mental y bienestar de tanto estudiantes como docentes; la no obtención de habilidades transferibles por la imposibilidad de socializar entre los estudiantes; y una profundización de la pobreza de aprendizajes, indicador que mide la proporción de niños de 10 años que no pueden comprender un texto siempre y que se espera que llegue a un 79% a finales de 2022.
¿Cómo salir de la crisis?
Tal como se menciona en el titular de la nota, el informe asegura que hay que ver el contexto actual como una oportunidad para reenfocar la educación. Esto se logra implementando nuevos modelos y tecnologías. Y para ello, los gobiernos tienen que partir por resguardar los presupuestos de educación que pueden ser incluso menores que los de años anteriores. Además, se deben considerar los siguientes puntos:
1. Uso de modelos educativos híbridos
Una de las cosas que quedaron claras gracias a la pandemia, es el potencial de la tecnología estando al servicio de la educación. Por eso, según el informe Dos años después, salvando a una generación, esta es la oportunidad para consolidar el uso de modelos educativos híbridos.
Es cierto que significan una inyección importante de recursos, pero los modelos híbridos tienen la capacidad de transformar la educación, porque, entre otras cosas, reducen costos, generan menos estrés y más oportunidades de desarrollo para los docentes. También dan más flexibilidad con los tiempos y fomentan enfoques pedagógicos innovadores, como el aula invertida.
2. Simplificación de planes de estudio
Considerando el aprendizaje que no obtuvieron los estudiantes en los dos últimos años, según el documento las políticas educativas de los países deben priorizar áreas temáticas clave como: Lenguaje, Matemática y la incorporación de habilidades transferibles. Además, UNICEF sugiere aprovechar los niveles de competencia de cada alumno, para potenciar a cada uno de la mejor manera posible.
3. Resguardar el bienestar físico y emocional
La disposición para aprender cosas nuevas, el desarrollo de competencias, la deserción escolar y las patologías mentales, están estrechamente vinculadas con el bienestar físico y emocional, lo que hace necesario comenzar a considerarlo como una parte más del proceso de aprendizaje.
De esta manera, el foco debe estar en construir en conocimientos de apoyo emocional a los equipos de dirección de las escuelas, y sobre todo a los profesores, quienes son parte de la primera línea frente a este problema.
4. Mayor énfasis en la educación inicial
Existe evidencia de que el acceso temprano a la educación beneficia el desarrollo de competencias, y en el largo plazo, la salud física, mental y mayores ganancias por ingresos laborales. Además, las experiencias vividas en la educación inicial (antes de los 8 años) tienen importantes implicancias en la participación en las comunidades y la sociedad. Por ello, el foco también debe estar en esta etapa, según el documento de UNICEF.
Estas recomendaciones son tan solo un resumen de todas las que se dan en el informe, lo importante es comprender que la pandemia por el Covid-19 dejó a la educación latinoamericana en un estado crítico y que para salvarla, se requieren esfuerzos simultáneos de todos los actores sociales.
Además, cabe acotar que un nivel socioeconómico bajo es la única variable estadísticamente significativa que encontró UNICEF, para explicar los malos resultados académicos entre estudiantes.
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