Un saludo con un mensaje positivo antes de empezar la clase, puede marcar la diferencia tanto para estudiantes, como para profesores.
Un estudio reciente comprobó que darle la bienvenida a los estudiantes en la puerta del aula, todos los días, puede aumentar la motivación y reducir la mala conducta. Específicamente, en sólo unos meses, saludar a los estudiantes con buena energía y una sonrisa, promueve una sensación de aceptación, y les da un soporte emocional y social que les ayuda a sentirse más cómodos con el aprendizaje.
Usualmente, explica el investigador Youki Terada en Edutopia, los primeros minutos de clase son los más caóticos.
Esto sucede porque los estudiantes vienen del recreo o de otras clases. Si no se controlan, las interrupciones pueden ser difíciles de manejar en ese momento, pero un buen enfoque puede ayudarlos a concentrarse. En lugar de abordar el comportamiento complejo a medida que ocurre, dice Terada,técnicas como saludar a los estudiante en la puerta pueden ser ideales para modelar el buen comportamiento. Esto sucede porque los profesores y los estudiantes desarrollan juntos una cultura positiva en el aula. En el estudio, cuando los estudiantes empezaron la clase después de un saludo, su compromiso académico aumentó en 20 puntos porcentuales y el mal comportamiento disminuyó en 9 puntos porcentuales.
Para el estudio, los investigadores trabajaron con dos grupos de profesores.
El primer grupo comenzó saludando a sus estudiantes en la puerta, diciendo el nombre de cada uno mientras usaban un saludo no verbal, como un apretón de manos o un gesto de asentimiento. Los profesores también usaron declaraciones, como recordatorios de qué se hará al comienzo de la clase. Si un estudiante tuvo problemas con su comportamiento el día anterior, ellos daban un mensaje positivo para animarlos a mejorar.
Los profesores del segundo grupo asistieron a sesiones de capacitación en administración de aulas ofrecidas por sus escuelas, pero no se les dio ninguna instrucción específica sobre cómo comenzar la clase. Los investigadores observaron los salones de clases en el otoño y la primavera, observando el compromiso académico, cuán atentos estaban los estudiantes con sus profesores o el trabajo en clase, y el comportamiento disruptivo, incluyendo hablar fuera de turno, dejar el asiento y distraer a los compañeros de clase. Ambas medidas mejoraron en las aulas donde los maestros saludaban a sus estudiantes, confirmando lo que muchos maestros ya sabían: satisfacer las necesidades emocionales de los estudiantes es tan importante como satisfacer sus necesidades académicas.
¿Por qué funcionan los saludos positivos antes de empezar las clases?
Cuando los maestros usan estrategias como esta, ayudan a “establecer un clima positivo en el aula en el que los estudiantes tienen una sensación de conexión y pertenencia”, escriben los autores del estudio. “Esto es particularmente importante si se considera que la investigación demuestra que la motivación por el logro, es a menudo un subproducto de la pertenencia social”. En otras palabras, cuando los estudiantes se sienten bienvenidos en el aula, están más dispuestos a dedicar tiempo y esfuerzo al aprendizaje.
Las interacciones interpersonales no verbales, como un saludo con una sonrisa o un pulgar hacia arriba, se sienten auténticos y generan confianza. Otras cosas que se pueden hacer al saludar es: decir el nombre del estudiante, hacer contacto visual, dar un apretón de manos, decir unas palabras de aliento y preguntar cómo va el día.
Pero, un ambiente acogedor en el aula no beneficia sólo a los estudiantes, también puede mejorar la salud mental de los profesores.
En un estudio realizado en el contexto estadounidense, se comprobó que un poco más de la mitad de los profesores (el 53 por ciento), se siente estresado por la desconexión o por las interrupciones de los estudiantes. Las consecuencias de esto pueden ser graves pues según otro estudio de 2014, “los docentes informan que la gestión del aula es una de las mayores preocupaciones en su enseñanza, lo que a menudo lleva al agotamiento, la insatisfacción laboral y la salida temprana de la profesión”. Con demasiada frecuencia, los profesores gastan tiempo y energía respondiendo a la mala conducta con disciplina correctiva, como decirle a los estudiantes que dejen de hablar. Esto puede funcionar a corto plazo, pero puede dañar las relaciones entre docentes y estudiantes.
En ese sentido, según la investigación, centrarse en crear un ambiente positivo en el aula, con gestos como el saludo positivo es clave, y puede ser beneficioso para el bienestar de los estudiantes y el de los profesores. “Comenzar la clase saludando a sus estudiantes en la puerta, ayuda a establecer un tono positivo para el resto del día, promoviendo un sentido de pertenencia, aumentando su participación académica y reduciendo el comportamiento disruptivo”, concluye Terada.
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