6 razones por las cuales los profesores eligen ser profesores

Para algunos es cuestión de vocación, otros lo van descubriendo con los años, y hay quienes incluso se dan cuenta, en el proceso, que realmente estaban destinados a ser profesores. Todos ellos tienen algo en común: las ganas, la pasión por cambiar vidas y forjar los ciudadanos del futuro, y aunque la profesión que eligieron está llena de grandes desafíos, también saben que está llena de enormes satisfacciones, regalos, recompensas únicas y difíciles de obtener en otras profesiones.

El amor por la pedagogía nace de una suma de elementos muchas veces indescriptibles, sin embargo, la Varkey Foundation, organización que gestiona el Global Teacher Prize a nivel internacional decidió enumerar una lista de razones contundentes por las cuales los docentes eligen convertirse en profesores. ¿Cuáles son éstas?

1. Cambian vidas

Sí, los profesores cambian vidas y el primer ejemplo que plantea la Varkey para argumentar este punto es la historia de Hannan Al Hroub, ganadora del Global Teacher Prize 2016. Hannan creció en campos de refugiados en Palestina y estuvo constantemente expuesta a la violencia. Ella ingresó a la educación primaria después de que sus hijos tuvieran una experiencia que los dejó totalmente traumatizados. Se trató de un tiroteo que presenciaron camino a casa desde la escuela. La experiencia la llevó a ayudar a otros niños afectados de manera similar. La mamá de uno de los estudiantes de Hannan dijo: “La señora Hannan verdaderamente salvó a mi hijo”. Esa frase lo explica todo.

2. Su trabajo dura toda una vida

Nadie se olvida de un buen profesor y esto explica porque su labor perdura toda la vida. Para muchas personas, ellos marcan el inicio de toda una vida de éxitos y desafíos que de no haber sido por ellos, quizás no hubieran sido posibles. La memoria hace que esta profesión, sea de algún modo, inmortal.

3. Tienen una voz

En 2015, Nancie Atwell ganó en la primera versión del Global Teacher Prize y después de esto ha viajado por el mundo hablando acerca de su trabajo. Pero su historia no empezó ahí. Desde 1976 ya había escrito nueve libros sobre educación, entre muchos otros documentos. Nancie ha ganado diversos premios y ha demostrado que los profesores también son capaces de amplificar su voz a gran escala.

4. Uno de los trabajos más gratificantes del mundo

¿Por qué? La Varkey cita una frase de Nacie Atwell para explicar porque éste puede ser uno de los trabajos más gratificantes del mundo. Esto dijo ella: “me siento validada todos los días solo con las experiencias que tengo con los niños en el aula… Animo a todos aquellos que disfruten trabajando con jóvenes, a que lo consideran como carrera”. Esos niños por los cuales los profesores trabajan a diario, son la prueba más grande de que la docencia es una de las carreras más gratificantes del mundo.

5. Ayudan a cambiar al mundo

Tal vez no cambian el mundo, pero sí trabajan a diario para que ese cambio sea posible. Personas como Hannan han encontrado en sus experiencias de vida, el camino para transformar diversos rincones del mundo a través de la educación. “Debemos enseñarle a nuestros niños que la única arma es el conocimiento y la educación”, dice Hannan. Ella está convencida de que solo el conocimiento puede cambiar las cosas y por eso es profesora.

6. Solo los profesores pueden decir cosas como estas…

“Ver a un niño enamorarse de algo, verlos irse por un concepto o una idea, estar completamente cautivado en un momento de alegría: la curiosidad se derrama, su emoción se vuelve contagiosa y nace un buscador de por vida”; dice un profesor llamado Bob Knipe.

“Ser profesora es un trabajo profundamente desafiante y gratificante. Me levanto todos los días sonriendo, sabiendo que puedo crecer, que puedo influenciar una vida, amar a un niño y amar lo que hago”, asegura la profesora Colette Byrne. Y es cierto… sólo los profesores pueden decir cosas como estas. Sólo ellos pueden entender cómo la mente de un niño se va transformando y sentir la emoción de ver cómo crecen poco a poco para convertirse en lo que siempre soñaron.