Lorena Tasca 
14 de diciembre, 2017Francisco Silva Cárdenas y Camila Roa Yáñez, son dos profesores de inglés interesados en la música. Un interés que en 2013 los llevó a crear un proyecto llamado “Desde fuera del centro”, que busca llevar la música a escuelas rurales. Esta es parte de su experiencia.
Desde fuera del centro. Ese es el nombre de un proyecto artístico, educativo y social que desde 2013 llevan a cabo dos profesores de inglés interesados en la música: Francisco Silva Cárdenas (39) y Camila Roa Yáñez (23). El objetivo central de este proyecto es “descentralizar el acceso a la Música Docta Contemporánea”. De ese interés nace el nombre.
Camila y Francisco, creadores del proyecto.
“Una de las características esenciales de esta música es que es impredecible, por lo que requiere de plena atención para poder apreciarla y de un compromiso con el aquí y ahora del sonido”, explica Francisco.
Tanto Francisco como Camila obtuvieron el 2012 la Beca Vocación de Profesor y desde que se conocieron, al entrar a estudiar pedagogía en inglés en la Universidad de Playa Ancha, comenzaron a hablar sobre la necesidad de hacer proyectos sociales y educativos. Por ello, antes de titularse -en 2017- y casarse, buscaron la forma de lograr que sus gustos entre la pedagogía y la música cobraran sentido social. De ahí nacen la ganas de hacer Desde fuera del centro.
“Además, Francisco no es sólo profesor de inglés, sino que es compositor, con estudios en el Conservatorio de la Universidad de Chile y en la Universidad Católica (…) Al conversar nos dimos cuenta de que la Música Docta Contemporánea, el tipo de música que compone Francisco, podía tener alguna relación con la pedagogía”, cuenta Camila.
En 2013 Francisco y Camila llevaron a cabo la primera versión del proyecto con niños y niñas de educación básica de la escuela rural “Renacer” en Quebrada de Herrera, Putaendo, V región. Además de talleres de Iniciación a la Música Contemporánea, incluyeron la composición de obras para instrumentos de juguete, dichas obras fueron interpretadas en la misma escuela por el Ensamble de Música Contemporánea UC, dirigido por Pablo Aranda. En esa oportunidad contaron con el financiamiento del Fondo para el Fomento de la Música Nacional y de Sociedad Rayo Ingeniería Limitada.
La estadía de Camila y Francisco en la escuela fue de siete meses, con un taller de hora y media con una semana de por medio. Durante las clases, fueron varios los avances que observaron. “Durante las primeras clases, había mucho ruido, no se respetaban los tiempos de hablar ni las opiniones.Ya cerca de finalizar eran más atentos, aprendieron a escuchar y las respuestas que daban, ya no eran desde sus gustos sino de lo que escucharon en otros lugares, empezaron a estar conscientes de su entorno. Una experiencia particular fue cuando llevamos a la soprano Nancy Gómez y ellos hicieron silencio absoluto, estuvieron muy atentos. Ella después nos dijo que no se sintió ante una audiencia de niños”, cuenta Camila.
“Entre nuestros descubrimientos está el hecho de que nos dimos cuenta de que las habilidades que desarrollan los niños al aprender, al apreciar este tipo de música, son potencialmente transferibles a otros aspectos de su vida. El análisis de estructuras complejas como, por ejemplo, una partitura, podría transferirse a habilidades matemáticas. La escucha atenta y sin prejuicio no solo puede aplicarse a la música, sino que también escuchar con esa misma actitud a otros seres humanos”, cuenta Francisco.
Otra versión la realizaron en 2016 en Los Andes con un formato ampliado: fue dirigida a profesores y estudiantes de 5to. básico de las escuelas de la red DAEM de esta ciudad. Ahí se dio un espacio de reflexión, escucha, diálogo y experimentación en torno a la Música Docta Contemporánea. Esta versión del proyecto contó con el financiamiento de la Ilustre Municipalidad de Los Andes a través de DAEM y con el auspicio del Centro Cultural de Los Andes y de la Biblioteca Municipal de Los Andes. “Fue una experiencia que les brindo a todos la capacidad de escuchar de otra forma”, explica Camila.
“Creemos que en una época en que prima lo visual, la escucha es una habilidad que debería valorarse más. Otras habilidades que nos interesan son comprender estructuras complejas, generar amor por el conocimiento y crear pensamiento crítico”, dice Francisco. Y Camila agrega: “Creo que es importante que los niños entiendan que el arte no es algo aislado, es un complemento del todo”.
Camila y Francisco han presentado su proyecto en el Festival Nuevas Músicas por la Memoria en Buenos Aires, Argentina y en el Primer Seminario Internacional de Música y Transformación Social en Bogotá, Colombia. Durante 2017 fueron seleccionados por el Consejo de la Cultura para ser miembros de la comitiva chilena en la Feria Internacional Classical Next en Rotterdam en Holanda, que se trata de un encuentro de Música Clásica y Contemporánea.
Además, este año Camila fue seleccionada del programa Young Leaders of the Americas Initiative (YLAI) del Departamento de Estado de Estados Unidos, para adquirir herramientas para desarrollar algunos aspectos del proyecto. “El objetivo de participar en el programa YLAI era encontrar modelos de financiamiento de organizaciones sin fines de lucro que se pudieran aplicar acá, para poder hacer sustentable nuestro proyecto. Otro objetivo era hacer difusión para poder compartir la experiencia”, cuenta Camila.
Un trabajo que ambos realizan porque para ellos “educar de alguna manera es ‘explotar’ todo el potencial que una persona lleva dentro. Guiar a los estudiantes para que sean personas íntegras, honestas, con amor por el conocimiento y con vocación para transformar la sociedad, sea cual sea el camino que elijan”.
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