Conoce el colegio chileno que apoya a los jóvenes que quieren ser deportistas profesionales

Desde el año 1989, el Liceo Brígida Walker de la comuna de Ñuñoa en Santiago de Chile adoptó una modalidad académica técnico profesional y actualmente imparte las carreras de Administración y Mecánica Automotriz. Las dos últimas carreras funcionan en un sistema dual en el cual, semana de por medio, los alumnos tienen la posibilidad de formarse dentro de las empresas. En lo técnico pedagógico, el colegio tiene el sistema aula-asignatura. Con este modelo, el colegio busca formar estudiantes capaces de desarrollar al máximo su potencial y con un alto nivel de profesionalismo que les permita ingresar con éxito al mundo laboral.

Pero hay algo más que hace especial a este establecimiento educacional.

Gran parte de los estudiantes del Brígida Walker (más de 300 entre 1200), son deportistas de alto rendimiento y están allí porque han encontrado en el colegio un espacio perfecto para desarrollarse en dos frentes: el académico y el deportivo. Aunque los alumnos se desempeñan en distintos deportes, la mayoría de ellos son futbolistas y hacen parte de divisiones menores de clubes profesionales. Al igual que muchos niños y jóvenes de todo Latinoamérica, el sueño de muchos de ellos es convertirse en jugadores de fútbol profesional y están dispuestos a perseverar para alcanzarlo. Pero para no repetir la historia de grandes figuras del fútbol que tuvieron que dejar el estudio para volar alto, estos niños se esfuerzan el doble gracias al modelo de esta escuela y sus profesores, quienes ven la actividad física como un plus en la vida de todos sus estudiantes.

En 2010, el colegio cerró convenios con diversos equipos profesionales, lo que ha permitido que los estudiantes tengan una flexibilidad horaria y educacional que no muchos tienen.

El Brígida Walker es uno de los pocos establecimientos educacionales de Chile que permite a sus estudiantes participar activamente de la práctica deportiva, y lo hace porque quieren que sus estudiantes logren compatibilizar el alto rendimiento en el deporte con el estudio. En otras palabras, el colegio busca que los jóvenes puedan alcanzar sus sueños sin dejar algo que hace parte fundamental de su crecimiento profesional: la educación. Esto incluye el desarrollo de destrezas físicas de acuerdo a sus intereses y potencialidades. Esto les permite promover cosas como la autodisciplina y el liderazgo.

Uno de los profesores asegura que todos estos estudiantes tienen un don y el colegio debe tomar las medidas necesarias para que ellos aprovechen al máximo ese talento.

¿Cuáles son estas medidas? Brígida Walker le da la facilidad a sus estudiantes para que puedan entrenar, por eso cuando algunos de ellos tienen que viajar (mucho son seleccionados nacionales) y sus fechas se cruzan con pruebas importantes, se les da la alternativa de realizar estas pruebas en otro momento. Además, dice uno de los profesores, se les envía el material que necesitan a través de correo electrónico o Whatsapp. El colegio, al tener alianzas con clubes deportivos, está al servicio de esos alumnos y buscan que todos puedan llegar muy lejos. La mentalidad creciente, es decir, aquella que permite creer que todos tienen las capacidades de mejorar y avanzar a través del aprendizaje es evidente en este espacio donde tanto alumnos como profesores están convencidos de que pueden llegar lejos. Sin embargo, también son conscientes de que el deporte profesional es un ámbito competitivo y que tal vez algunos de sus estudiantes tendrán que modificar su destino en el camino. Para eso los profesores los alientan constantemente, mostrándoles que siempre habrá otras oportunidades y sobretodo, resaltando que sin importar a donde lleguen, siempre tendrán la base académica que necesitan para alcanzar otros logros.

Actualmente hay más de 30 exalumnos que se desempeñan como profesionales en el fútbol chileno, tanto en Primera A como en Primera B. Esto significa que estudiar y trabajar al mismo tiempo para alcanzar un sueño sí es posible gracias al apoyo de los profesores y un colegio que invita a sus estudiantes a creer en sí mismos.

“Vale la pena luchar por lo que uno quiere y vivir por lo que uno ama”, dice uno de los estudiantes del Brígida Walker.