Francisca Villegas postuló a una convocatoria para desarrollar la docencia en contextos más vulnerables fuera de Santiago. Asegura que su experiencia en Calle Larga abre desafíos permanentes que refuerzan su compromiso por enseñar. 

La profesora de historia Francisca Villegas (33), una de las finalistas en la categoría general del Global Teacher Prize Chile 2022 de Elige Educar, tuvo la inquietud de dejar Santiago para desarrollar su labor docente en espacios alejados de grandes centros urbanos. A través de un programa de Enseña Chile llegó a la comuna de Calle Larga, Región de Valparaíso, para ser parte del grupo de profesores del Instituto Agrícola Pascual Baburizza.

Es allí donde Francisca  se ha planteado un objetivo: abrir más oportunidades a sus estudiantes. “Apunto mis acciones educativas a una conversación democrática e inclusiva. En este trabajo, mi idea persigue que los estudiantes definan sus opciones y respeten las de los demás. Eso es una clave que ha sido parte central de mi rol en el aula”, cuenta Francisca.

Sin embargo, cambiarse de un contexto urbano a uno rural ha sido un desafío para Francisca en distintos niveles. “No conocer, en un principio, cómo era desarrollar esta labor en zonas alejadas de grandes centros urbanos. Este es el campo de la Región de Valparaíso donde se dan circunstancias especiales. Por ejemplo, yo no tenía mayor relación con el rodeo, y varios de mis alumnos practican este deporte”, relata la docente.

Potenciar a cada alumno

En este ámbito, la profesora Villegas encontró una comunidad educativa donde muchos de sus alumnos y alumnas tenían falencias de distinto tipo. “Carencias educacionales y sociales. Muchos de ellos no habían desarrollado habilidades comunicacionales, por lo que incrementar su capital cultural era un desafío importante”, explica.

El establecimiento en el que trabaja surgió para promover el adelanto de las ciencias y de las artes relacionadas a la industria agrícola. En la actualidad, cuenta con un predio de 35 hectáreas que sirven de sala de clases, donde los docentes del área técnica realizan actividades en contexto real. 

Este sello educativo específico le ha permitido aprender de sus estudiantes y aportarles a partir de ello. “Trato de que el trabajo en el aula deje en los alumnos y alumnas la posibilidad de una autodefinición y que ellos sean la mejor versión de ellos mismos. Mi idea es que los niños, niñas y adolescentes sepan que son parte de la sociedad y que, a partir de ese trabajo, tomen conciencia de ello”, concluye.