“Es un enorme compromiso ser maestro y aquí en Chile le he encontrado aún más sentido y más valor a la profesión. Ser maestro no es fácil y no nos podemos olvidar de eso”.
Desde hace 10 años existe un premio que reconoce la labor de los profesores de educación básica en escuelas públicas de México. Se llama Premio ABC y es gestionado por la Organización Mexicanos Primero. Este año, los 7 ganadores de 2017 llegaron a Chile para conocer de cerca la realidad educativa del país, y también, para contar sus historias, las cuales están enmarcadas en distintos contextos de México. Sus realidades, propuestas y estrategias son diversas, sin embargo, hay algo que todos ellos comparten: su pasión por enseñar, sus ideas innovadoras y la visión que tienen de una educación que pone a los estudiantes en el centro del aprendizaje. Con el apoyo de la Facultad de Educación de la Universidad Diego Portales, los docentes pudieron acercarse bastante a la experiencia educativa chilena, realizando múltiples actividades, por ejemplo, el encuentro con directores y la visita a las salas de clase de distintas escuelas de Santiago, entre otras cosas.
En Elige Educar hablamos con los siete para conocer más de cerca sus historias y sobre todo, para que nos contaran qué aprendieron a lo largo de la visita, qué se llevan a sus salas de clase en México y qué dejan, desde su experiencia, a los docentes de Chile que enfrentan desafíos muy similares.
1. Ricardo Cetina Flores y Rogelio Ake Mugarte (Valladolid, Yucatán)
Fusionamos la historia de estos dos grandes profesores porque trabajan juntos para impulsar cambios importantes en su comunidad. Ambos, además de ser docentes son supervisores escolares. El modelo de aprendizaje de estos dos líderes tiene varios elementos, pero hay dos que son particularmente fuertes: en primer lugar, el aprendizaje entre pares y en segundo lugar, el fomento de la cultura y la lengua maya en una comunidad educativa que es mayoritariamente indígena. “Los niños están olvidando la lengua maya”, cuenta Rogelio, por eso, él y Ricardo se han centrado en fortalecer esa identidad con los niños. Lo interesante es que estos maestros han atacado el problema diseñando estrategias específicamente para los docentes y llegando a ellos, han podido llegar a los estudiantes. Este foco en los docentes ha sido posible a través de talleres sobre el español como segunda lengua, el derecho a aprender en la lengua materna o la identidad del docente como maestro de la lengua indígena, entre otros. Así, han generado avances importantes en la revalorización de la lengua maya. Además de esto, diseñaron unos libros “cartoneros” (libros artesanales) junto a los docentes, quienes tuvieron que escribir en la lengua indígena, cuentos y relatos que se conocían sólo oralmente y que nunca habían llegado a las aula de manera escrita. Fue un trabajo relevante para toda la comunidad. Estas son solo algunas de las cosas que han estado desarrollando estos dos docentes que hoy nos cuentan qué rescatan y qué dejan después de haber conocido parte de la experiencia educativa chilena.
¿Qué se llevan y qué dejan en Chile? “Me llamó mucho la atención el fortalecimiento del liderazgo del director. Pude darme cuenta que en Chile los directores se especializan, se forman. Tienen una preparación y un perfil académico importante. Además, en las escuelas tiene mentorías, algo que apenas se está implementando en México. Todo esto me da muchos elementos para poder trabajar con mi equipo de directores”, dice Rogelio. A esto se suma la visión de Ricardo quien rescata “la disciplina, la organización y una planificación que tienen muy clara. Además es notable el foco en el liderazgo, en Chile se están preocupando y ocupando de ésto y entre todos, hacen una muy buena gestión escolar”.
“Con respecto a lo que dejamos, algo muy importante que tenemos en Yucatán es que los maestros han entendido la importancia de conocer la lengua indígena y respetarla. Para la inclusión y para la mejora de la calidad, eso es fundamental y por eso me gustaría ver que en Chile, el respeto por la lengua de los niños también sea una prioridad”, explica Rogelio. “Chile tiene una cultura originaria por rescatar” añade Ricardo, “y en ese sentido deberían diseñar una metodología que permita desarrollar la alfabetización en la lengua indígena. En México, en ese sentido, tenemos un marco curricular bien cimentado”.
2. María del Rocío Hurtado Díaz (Tampico, Tamaulipas)
María es profesora desde hace 28 años. Su pasión es estar en el aula y por eso, aunque le han ofrecido la dirección en distintas ocasiones, ella sigue en el salón de clases. En 2012, María llegó a una escuela que había conocido en 2005… el establecimiento había cambiado de una forma drástica, no era lo que ella recordaba; en sus palabras era una escuela triste, fantasma. Entonces, esta profesora pensó en estrategias que pudieran levantar de nuevo este proyecto educativo, estrategias que le devolvieran el prestigio que antes tenía. Se dedicó entonces a trabajar con los niños mientras sacaba adelante un diplomado que le exigía implementar cambios en la escuela. En conjunto con la comunidad y con son sus estudiantes, orientó su trabajo en esta dirección. Gracias a la observación y el ingenio de los niños, María se dio cuenta que una de la problemáticas centrales de la escuela giraba entorno al exceso de basura, entonces junto a sus alumnos, investigó mucho sobre el tema y así nació un gran proyecto de reciclaje en su escuela a través del cual generó una conciencia social que ha impactado y sigue impactando a toda la comunidad.
¿Qué se lleva y qué deja en Chile? “Ir a las escuelas que visitamos y ver la disposición que tienen los maestros para sacar adelante a los niños y la forma como ponen el aprendizaje siempre por delante, fue muy relevante para mí. Pero además su cara… ¡Siempre están felices! Visitamos a una maestra de preescolar, eran las 5:00pm y ella tenía una sonrisa como si acabara de llegar a la escuela. Eso me llamó mucho la atención. Aprendimos mucho, pero me quedo principalmente con una temática que me pareció fundamental: el liderazgo distribuido. No conocía mucho el tema y fue interesante darme cuenta que el director no es el único líder en una escuela y que hay formas de distribuir el liderazgo, integrando incluso a los niños en estos procesos. Adicionalmente, valor mucho la forma como se trabaja la observación entre docentes, hay un gran disposición al respecto y por último, me pareció asombroso que en cuarto básico trabajen a lo largo de un año, exclusivamente, el tema de los aztecas y los mayas. A pesar de que es nuestra cultura, nosotros no lo hacemos… vemos el tema sólo en un bimestre, y en ese tiempo vemos otras culturas, no sólo esas dos.
Dejo en las escuelas que visité mi iniciativa del proyecto de reciclaje, pues si bien en muchas escuelas se recicla, no se va más allá de ésto. En una escuela que visitamos se trabaja la lombricultura, pero me llamó la atención que esto no lo hicieran los niños, sino las señoras encargadas de la cocina. Así que con los vínculos generados con los docentes chilenos, espero transmitir los conocimientos al respecto para que los niños en esta y otras escuelas puedan generar su propia composta”.
3. Marbelia Molina Martínez (Tlapehuala, Guerrero)
Marbelia lleva 30 años en el mundo educativo. Actualmente es supervisora de educación preescolar pero durante 10 años estuvo en el aula y también fue directora. Marbelia es una líder y como tal, se ha encargado de diseñar e impulsar mejoras entorno al aprendizaje. Uno de sus principales logros se ha dado en los Consejos Escolares de Participación Social, es decir, órganos de consulta, colaboración, apoyo, gestión e información que impulsan la colaboración de las comunidades en las tareas educativas. Esos consejos están integrados por el director, los docentes, los padres de familia, autoridades y otros miembros de la comunidad y el foco principal es promover la participación para la mejora de los aprendizajes de los niños. Marbelia diseñó un diagnóstico para definir por que estos consejos no funcionaban como debían y creó instancias en torno a la mejora de éstos consejos involucrando a todas las partes.
¿Qué se lleva y qué deja en Chile? “Esta experiencia ha dejado una huella en todos nosotros. Yo me voy muy sorprendida por el apoyo que tienen las escuelas. Hay grandes equipos. También me llevo aprendizajes teóricos pero sobre todo, los testimonios de directores que pudimos conocer. Ellos nos compartieron sus experiencias, evidenciando que en Chile y en México enfrentamos las mismas situaciones. No importa el punto del país donde estemos, pues en este universo educativo encontramos muchas coincidencias. Como mensaje, le digo a los profesores chilenos que ese entusiasmo que hemos visto en las escuelas del país, siempre esté vivo; es un enorme compromiso ser maestro y aquí le he encontrado aún más sentido y más valor a la profesión. Ser maestro no es fácil y no nos podemos olvidar de eso”.
4. Carlos Máximo Lozano (Ixtapaluca, Estado de México)
Carlos ha sido profesor durante 24 años. Es profesor y director en una escuela primaria en una zona de bajos recursos. La problemática social allí es grande y por eso, Carlos ha llevado su labor más allá del aula. Construir la escuela, crear nuevos espacios en ella, vincular a las familias, hacer proyectos de reciclaje, integración; estas son sólo algunas de las cosas que Carlos ha impulsado y sigue impulsando. Para este profesor, el trabajo interdisciplinar, la colaboración y la autonomía son una prioridad y como líder educativo espera poder seguir impulsando cambios. “Los maestros hemos hecho a México”, dice Carlos y él ha sido parte de esa construcción país.
¿Qué se lleva y qué deja en Chile? “Me llevo muchos aprendizajes, pero rescato mucho la forma como reconocen al docente. En Chile, lo primero es el docente y en México es lo último; los docentes tienen espacios, tienen capacitaciones, tienen apoyo entorno a las ideas y proyectos, y por eso logran consolidar cosas. Para Latinoamérica, Chile es un ejemplo, pero también es cierto que siempre se puede hacer más. En Chile hay mucho apoyo. Los maestros chilenos podrían ser los próximos finlandeses si tuvieran tal vez un sentido más social. Una profesora chilena me dijo que están muy lejos de Finlandia… y efectivamente están lejos, pero lo tienen todo. Pueden ser los mejores, tiene muchos recursos humanos, están muy bien preparados, son muy conscientes, tienen bases de liderazgo pedagógico importantes y con estos elemento, pueden hacerlo mejor”.
5. José Dolores Chan Cuevas (Motul, Yucatán)
José es director de una escuela primaria básica, la única del municipio donde trabaja. Cuando llegó allá, hace tres años, los índices de deserción escolar eran muy altos. Indagando, descubrió que padres, estudiantes y docentes estaban desmotivados. Los desafíos eran grandes y por eso tomó la decisión de hacer las cosas de una manera diferente. Lo primero que hizo fue capacitarse en el uso de tecnologías para posteriormente, capacitar a los profesores. El uso de las tecnologías no es una prioridad en este municipio y por esto, su estrategia motivó a muchos, entre esos, a los niños que empezarona acercarse al aprendizaje de una manera diferente. Los niños, sin sentirse obligados, empezaron a asistir a la escuela con el entusiasmo que no tenían antes y la deserción disminuyó notablemente. Otros elementos fundamentales del trabajo de José, fue el acercamiento a las familias a través de talleres y el impulso de estrategias que permitieran a los docentes trabajar en equipo.
¿Qué se lleva y qué deja en Chile? “Rescato muchas cosas de esta experiencia. En las escuelas que visité, encontré muchas estrategias que espero llevarme para implementarlas e incluso mejorarlas. Especialmente me llevo su forma de trabajar en las escuelas, la forma como planifican, las tutorías y el entender que a veces simplemente se trata de buscar los espacios para hacer grandes cosas. Yo creía que nunca en mi vida iba a poder venir a un lugar así y siento que gracias a esta experiencia, como docente, he llegado muy lejos. Espero haber dejado algo de mi cultura y ahora me llevo muchas cosas a México… mi mensaje para los profesores chilenos es que el cambio está en nosotros, y como líderes y docentes, podemos llegar más lejos y mantener viva la motivación de querer hacer mejor las cosas”.
6. Carlos Alberto Villareal (Cañitas de Felipe Pescador, Zacatecas)
Para este maestro de primaria, el aprendizaje autónomo y el desarrollo integral de sus estudiantes es una prioridad. Además de implementar un currículum flexible, Carlos se ha esforzado por integrar a las familias y enseñar recuperando lo mejor del contexto donde trabaja. Las comunidades en Zacatecas respetan inmensamente las leyendas locales, por eso, Carlos ha aprovechado esto como una herramienta para que los estudiantes escuchen a sus padres, a sus abuelos y de esta forma creen historias y diálogos con base en éstas, para transmitirlas posteriormente a través de herramientas digitales.
¿Qué se lleva y qué deja en Chile? “Del sistema educativo me llevo el acompañamiento a los docentes, es un proceso que me parece relevante para la formación y profesionalización de los profesores. La forma en que lo desarrollan me parece sumamente interesante. Los expertos que asesoran cuentan con la preparación y conocimientos suficientes para fortalecer y nutrir la práctica de los nuevos compañeros. Además de esto me gustaría decirle a los maestros chilenos, que van por un excelente rumbo, en la medida que el grueso de los docentes se apropien de la visión de mejoría constante, su sistema educativo crecerá notablemente. La profesionalización es la llave para la mejora educativa”.
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