Las clases virtuales e híbridas, fueron instancias de aprendizaje y evaluación para docentes y directivos del Liceo Polivalente El Bollenar. Aquí, algunos de los cambios de foco y actividades que desarrollan actualmente.
Durante el segundo semestre del 2021 los estudiantes del Liceo Polivalente El Bollenar –zona central de Chile– volvieron a clases en un formato híbrido. Mientras que un grupo de 10 asistió a la sala de forma presencial, el otro lo hizo desde un computador. Cada semana se renovaba el grupo para que todos pudieran participar y como muchas comunidades educativas en el mundo, recién en 2022 lograron retomar las clases 100% presenciales.
La vuelta a clases tras 2 años de pandemia y distanciamiento, ha significado para muchos docentes grandes retos. Pero el equipo directivo de este colegio, junto a sus profesores, decidió ver el contexto como una oportunidad para modificar el proyecto educativo hacia una visión más artística. Un paso que dieron tras varios aprendizajes que tuvieron durante 2020 y 2021, donde la educación socioemocional se convirtió en el foco principal.
Con ese lineamiento, este año decidieron reforzar los talleres relacionados al arte y los deportes, para promover más y mejores espacios para relacionarse. De esta forma comenzaron a contrarrestar los problemas de convivencia que se evidenciaron con la vuelta a clases.
El trabajo en equipo de las distintas asignaturas fue clave para lograrlo. “Hacer actividades colaborativas requiere inversión de tiempo y espacio, y otras cosas que no todos los profes están en el momento de realizar. Por eso cada actividad surgió de la voluntariedad”, comentó Jorge Navarro, profesor de Música.
Este colegio ahora busca instancias de aprendizaje enfocadas en los gustos de los estudiantes
Claudia Peñailillo, docente de Lenguaje tenía un proyecto al que se sumaron Jorge y Elda Pérez, profesora de Inglés. Entre los 3, llevaron a cabo una actividad que es un gran ejemplo de los aprendizajes y nuevo foco del colegio.
El Día del Libro se convirtió en una efeméride ideal para recuperar terreno en las asignaturas troncales, que se habían dejado de lado durante la pandemia y además, desarrollar instancias de inclusión y desarrollo de habilidades del siglo XXI.
Bajo la metodología de Aprendizajes Basados en Proyectos (ABP), Claudia preparó una jornada para trabajar con los estudiantes con Trastorno de Déficit de Atención por Hiperactividad (TDAH). Bajo ese foco y sabiendo el gusto de sus estudiantes por el animé, Claudia, Jorge y Elda, decidieron usar esta temática para generar interés, y al mismo tiempo tratar el TDAH, invitando a los estudiantes a una actividad en la que se narró la película de animación japonesa Kimi no Na wa en español e inglés de manera personalizada.
La idea era estar inmerso dentro de la historia por lo que cada estudiante la escuchó individualmente. Esto se logró gracias a un transmisor que enviaba una frecuencia radial que los alumnos/as sólo tenían que sintonizar a través de la aplicación de radio de su teléfono. La historia se contó utilizando la voz baja y susurros a un ritmo lento y pausado.
Una actividad para practicar la concentración
La actividad se desarrolló en la biblioteca del liceo y aunque fue dirigida para los 20 estudiantes con TDAH, la invitación fue para toda la comunidad. En un espacio silencioso como ese, lo que se buscaba era que los estudiantes pudiera practicar su concentración durante el proceso de doblaje, lo que a veces en la sala de clases no se puede conseguir.
El concepto detrás era el uso de la Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma (ASMR) para lograr esa tranquilidad, la que permite la estimulación de los sentidos y que finalmente contribuye al desarrollo de las funciones cognitivas. Para la actividad se solicitaron especialmente audífonos a la directiva del liceo.
“Estamos en una sociedad donde los estudiantes son muy visuales, muy kinésicos a la vez. Al tener herramientas visuales les permite tener mejor concentración y atención a lo que se les está entregando”, aseguró Jorge.
En paralelo, para este Día del Libro se realizó una feria, donde los estudiantes pudieron compartir libros y gustos, con microcuentos y cómics realizados por ellos. Así, en esta escuela esperan aprovechar otras efemérides para desarrollar proyectos que desde las artes puedan brindar herramientas para impulsar el trabajo en equipo, la inclusión y mucho más.
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