La educadora Melissa Fine, explica cómo un “gimnasio selvático para caracoles” puede ser una oportunidad de exploración y aprendizaje única para los niños. Además comparte algunos consejos para crear experiencias dinámicas que enriquezcan el desarrollo de los estudiantes.
El aprendizaje basado en la exploración y en la alegría está presente en las aulas de los jardínes infantiles que respetan la identidad y los intereses de los niños. El aprendizaje es absolutamente rico y completo cuando los educadores observan a los niños estratégicamente, escuchan sus ideas, sus conversaciones y de esta forma, nutren y validan cada una de sus contribuciones. Melissa Fine, una educadora, comparte en NAEYC, una actividad que es un buen reflejo de esto:
Seis niños en su aula eligieron limpiar el tanque de unos caracoles, una actividad que realizan semanalmente.
Mientras tanto, Melissa escucha el diálogo entre los niños mientras ellos deciden cómo darle un nuevo diseño al interior del tanque. Annie, una de las estudiantes habla acerca de cómo los caracoles están dando vueltas y más vueltas sobre unas ramas. Otra niña llamada Sophie asegura que a ellos les gusta escalar y por eso, Jessie sugiere que tal vez pueden hacerles un pequeño gimnasio selvático. La educadora decide indagar un poco más planteando preguntas y Jessie complementa su idea diciendo que será un gimnasio selvático para caracoles.
Siguen desarrollando la idea…
Los niños se empeñan en construir dos gimnasios: uno compuesto de hojas suaves y tierra y el otro equipado con elementos para que puedan escalar, por ejemplo, ramas, piedras y leña. Los niños intercambian ideas, exploran los materiales e intentan definir cómo pueden utilizar cada cosa para construir el gimnasio para los caracoles. Entonces, Mason, otro de los estudiantes sugiere que pueden hacer un resbalín con palitos. Annie complementa la idea comentando que tal vez pueden utilizar hojas en la base para amortiguar posibles caídas. “Podríamos poner hojas y plantas en un lado y palos y rocas al otro lado”, agrega Sophie. “Un lado será para que jueguen y el otro lado lo utilizarán para comer”, complementa Annie. Melissa le entrega a los niños un papel y algunos lápices para que puedan crear un dibujo detallado del diseño del tanque y después de de todo este proceso, empiezan a construir. Luego comparten su trabajo.
NAEYC
Varias cosas suceden a través de este proyecto del tanque de caracoles.
Lo primero es que los niños se esfuerzan por trabajar en equipo, además desarrollan múltiples actividades científicas como la indagación. Pero lo mejor es que la actividad se basa en la conversación y en la exploración libre. Mientras tanto, la educadora no sólo los apoya, sino que documenta todo y valida las ideas que les permiten aprender de forma grupal.
“Los niños pequeños ingresan al salón de kínder rebosantes de curiosidad y asombro. Expresan grandes ideas con sus cuerpos e imaginación activa”, asegura Melissa en NAEYC. Y esto es justamente lo que hay que explotar, el espíritu alegre de los niños y la curiosidad que les permite aprender todo lo que quieran en un periodo que es fundamental para su desarrollo. Melissa lo ha hecho gracias al enfoque de Reggio Emilia, una metodología donde la observación, la escucha y la crianza son esenciales para el proceso de enseñanza y aprendizaje. El enfoque también alienta a los educadores a dar un paso atrás y considerar la imagen de los niños en su clase, el entorno y su papel como facilitadores.
Basada en esto, Mellissa ofrece una serie de consejos para que los docentes puedan abrir espacios de exploración en sus aulas y crear así, experiencias de aprendizaje positivas:
– Considerar el ambiente de la sala y la comunidad de aprendizaje.
– Crear espacios que reflejen los intereses y las diversas identidades de los estudiantes.
– Pensar en la sala como un laboratorio vivo lleno de elementos ubicados estratégicamente para que los niños puedan explorar.
– Actuar como observador e investigador escuchando y documentando todas las conversaciones que se dan mientras los niños juegan. Esto permite planear actividades que despierten su interés. En este proceso también es clave participar y plantear preguntas que les permitan extender sus ideas.
-Considerar el currículo y planear estrategias en torno a este. A los niños les motivará poder explorar y aprender libremente en el aula a través de proyectos y actividades que han sido cuidadosamente diseñados según sus ideas e intereses.
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