En Chile, y el mundo, existe una larga discusión sobre si se deben o no abrir las escuelas. Durante la pandemia de 1918, conocida como “gripe española”, esto fue lo que ocurrió.
Mientras en todo el mundo se continúa luchando para contener la pandemia de Covid-19, en Chile –y en distintas partes del mundo– se ha generado un amplio debate sobre si se deben volver a abrir las escuelas. Sin embargo, no es primera vez que las autoridades de los países se enfrentan a esta decisión.
¿Qué nos dice la historia y qué medidas se tomaron?
La pandemia que ocurrió en el año 1918 fue conocida como la “gripe española”, y tuvo, aproximadamente, 50 millones de víctimas fatales en todo el mundo. Siendo el caso más cercano a lo que se vive actualmente por el Coronavirus, puso en jaque, de igual manera, a las autoridades en lo que respecta salud y educación.
Según un artículo de CNN, la pandemia de 1918 dejó 675.000 fallecidos. Y, a pesar de que la mayoría de las ciudades cerraron sus escuelas, tres decidieron mantenerlas abiertas: Nueva York, Chicago y New Haven.
Las decisiones de las autoridades sanitarias y los funcionarios de salud de la época, en esos lugares, se fundamentaron sobre la hipótesis de que los/as estudiantes estaban más seguros y en mejores condiciones dentro de las escuelas. En efecto, esa época se caracterizó por ser el apogeo de la era progresista, la cual tuvo su énfasis en la higiene de las escuelas y en tener enfermeras/os por cada estudiante.
Debemos recordar que hace 100 años, Nueva York tenía casi 1 millón de niños/as en edad escolar.
Para 1918, en Estados Unidos, aproximadamente el 75% de ellos vivían en residencias de alquiler, bajo condiciones de hacinamiento e insalubridad y con riesgo de enfermedades, según un artículo publicado en 2010 en Public Health Reports, la revista oficial del director de Sanidad de Estados Unidos y del Servicio de Salud Pública.
“Para los estudiantes en los distritos de viviendas de alquiler, la escuela ofrecía un ambiente limpio y bien ventilado”, indica un artículo publicado en 2010 en Public Health Reports.
Además de esto, otra medida que se tomó fue que se les prohibió a los/as estudiantes reunirse fuera de las escuelas y debían reportarse en todo momento con sus profesores/as. Ellos/as eran encargados de hacer una revisión al alumno/a para ver si presentaba síntomas de la gripe, como fiebre.
Los/as alumnos/as con síntomas eran aislados
Si cualquier estudiante tenía fiebre, un funcionario/a del departamento de salud lo llevaba a casa y debía determinar si las condiciones eran adecuadas para el aislamiento y atención, según Public Health Reports. De no ser el caso, los alumnos eran trasladados a un hospital.
“El departamento de salud exigía que las familias de los niños que estaban recuperándose en casa, tuvieran un médico de cabecera o utilizaran los servicios de un médico de salud pública sin cargo”, explicó el artículo de Public Health Report.
Otro factor que influyó fue el distanciamiento social, sin embargo, esto se pudo conseguir porque la tasa de absentismo en las escuelas se disparó durante la pandemia. En la ciudad de Chicago la llamaron “fobia a la gripe”. De acuerdo con lo que dijo el historiador médico y director del Centro de Historia de la Medicina de la Universidad de Michigan, Howard Markel, a CNN:
“La tasa de absentismo fue tan alta que realmente no importaba que las escuelas estuvieran abiertas”, expresó Markel.
Un documento de la época del Departamento de salud en Chicago concluyó que un análisis de datos mostraba que la decisión de mantener abiertas las escuelas en esta ciudad durante la reciente epidemia de influenza estaba justificada. Sin embargo, es una conclusión que no es compartida por todos.
Markel estudió los datos arrojados según los protocolos de 43 ciudades durante la pandemia de 1918, y no está convencido. La conclusión del especialista fue que las ciudades que implementaron diversas medidas de prevención –como la cuarentena y el cierre de las escuelas–, obtuvieron mejores resultados.
“El cierre de escuelas fue parte de esa contribución”, señaló Markel a CNN.
Markel aclara que el Covid-19 no es igual que la influenza y que el mundo recién está conociendo este nuevo virus, por lo que hay mucho que aprender. Dicho esto, para el especialista la decisión correcta es el cierre de las escuelas.“Es mejor prevenir que curar”, dijo Markel a CNN.
La discusión sobre si alumnos/as, profesores y funcionarios de la educación deben volver a las aulas, está lejos de terminar. Por ello, es bueno revisar qué dice la historia y qué medidas se tomaron en el pasado respecto a este mismo tema.
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