Con el objetivo de formar ciudadanos comprometidos con sus comunidades, enseñar educación cívica a los niños y niñas cobra gran importancia hoy que la política es un tema que divide a los adultos.
Un estudio del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) concluyó que en Chile el sistema político y la confianza están gravemente dañadas, situación similar en varios países de la región.
Para enfrentar este problema surge como solución desde las aulas la educación cívica, que favorece el desarrollo del pensamiento crítico, la colaboración, la empatía y la tolerancia. Lo que hace falta especialmente en momentos importantes para la democracia.
Pero no basta solo con estudiar los conceptos de la educación cívica, el rol de las instituciones, que significan los símbolos patrios o los requisitos para ser presidente, la enseñanza de la educación cívica tiene que ser más bien práctica y apoyar el repaso de los conceptos. Por eso es importante que se organicen por ejemplo, en centros de alumnos, presidente de curso, y aprendan a debatir respetuosamente.
A continuación algunas estrategias para trabajar la educación cívica de los estudiantes.
Conectar a los estudiantes con el mundo exterior.
Es imposible mantener la sala de clases hermética a lo que ocurre afuera, procesos políticos, sociales, escándalos, modas, etc. Por eso, hay que dejarlos proponer soluciones para los problemas reales del mundo y discutir acerca de los temas que provocan desencuentros, pero siempre desde la tolerancia y la empatía.
Hágalos pensar en grande
Las ideas y discusiones que tienen no tienen quedar sólo en la clase. Pueden hacer afiches y comunicados como curso, colegio, vecindario, etc. Lo importante es hacerlos saber que su trabajo puede llegar más lejos y terminar repercusiones.
Trabajar para la comunidad y con ella
Este punto es muy importante para trabajar en la práctica la educación cívica. Todos aquellos grupos o instituciones de la ciudad y que de alguna manera se ven perjudicados pueden trabajar con los estudiantes y beneficiarse mutuamente.
Algunas consideraciones clave a que vale tener en cuenta:
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- Tolerancia y empatía: Explicarles que todas las personas han vivido cosas diferentes en su vida, lo que hace que tengan posturas políticas distintas. El argumento del otro es finalmente el resultado de una vida muy distinta a la que ha vivido uno mismo.
- La edad: hay que usar vocabulario y ejemplos pertinentes. A los niños pequeños hablarles con un lenguaje que puedan comprender, y ejemplos sencillos. Ya a un adolescente se le pueden añadir conceptos e información que requiera más reflexión.
- El valor de realmente escuchar al otro: Aunque hayan ideas diferentes, del ejercicio de escuchar atentamente lo que el otro dice es que se dan las discusiones más ricas y productivas. Las falsas discusiones no conducen realmente a nada nuevo.
Uno de los aspectos más bonitos de vivir en sociedad es sentirse parte de una cultura común, idioma, geografía y tradiciones. Hay que pensar qué país estamos construyendo hoy, el que queremos para el futuro y las herramientas que damos a los más chicos para construirlo.
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