En casos como el desarrollo del ABP, es importante crear espacios de diálogo a cargo de figuras que ejerzan liderazgo en distintos niveles con capacidad resolutiva, para lograr una mayor apropiación de las prácticas.
La pandemia ha revelado, o intensificado, problemáticas presentes en los establecimientos educacionales y ha puesto al centro del debate educacional la innovación pedagógica, entendida ésta como el generar cambios a través de procesos que aporten a la institución –en este caso a la comunidad educativa– a dar respuesta a una realidad cambiante. En algunos casos, esto se ha dado a través del Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP).
La implementación del ABP puede conllevar exigencias a largo plazo para la institución como factores relevantes para la sostenibilidad de la innovación; sostendremos aquí que la modificación de las estructuras de liderazgo de manera que ocurra un tránsito desde un liderazgo centralizado a uno distribuido es esencial para sostener un proceso de mejoramiento continuo a través de la metodología de ABP.
¿A qué nos referimos con liderazgo distribuido?
Entenderemos aquí por liderazgo distribuido el ejercicio en distintos niveles de un liderazgo, con una relativa autonomía, de manera que no exista la noción de un líder particular. Es decir, que no se pueda ubicar el éxito de un proyecto en un sólo individuo, cuestionando la noción propia del liderazgo centralizado de que la directiva escolar debe ejercer un liderazgo completo y absoluto, por lo demás esto ejerce una presión innecesaria. En Chile, usualmente la dupla Director/a-UTP ejerce este liderazgo centralizado.
Dado que el ABP es interdisciplinario por naturaleza, el diálogo entre docentes y entre departamentos es esencial para llevar a cabo los proyectos, por lo que se vuelven necesarios los espacios institucionalizados de trabajo colaborativo docente. Especialmente, de los equipos interdisciplinarios que implementan la metodología en sus aulas.
Un ejercicio centralizado del liderazgo puede promover procesos de innovación cuando se cuenta con una meta socializada y se coordinan esfuerzos en su consecución. Sin embargo, en el marco del ABP, un exceso del ejercicio centralizado del liderazgo va en desmedro de la autonomía de los equipos de trabajo en los diversos niveles, tanto de docentes como de estudiantes.
El liderazgo distribuido implica una toma de conciencia por parte de los actores involucrados
En el espíritu del ABP, los/las estudiantes deben contar con espacios para tomar decisiones sobre el propio trabajo, incluyendo pautas y rúbricas asociadas. Se toman elementos propios del trabajo en las diversas especialidades del mismo modo en que éstas se aplican en contextos profesionales y, a la vez, se entrega mayor responsabilidad a los/las estudiantes en la línea del ejercicio de un liderazgo que tenga consecuencias reales dentro del proceso.
Por último, en Chile se ha encontrado que una proporción importante de establecimientos ven un retroceso en su forma de operar luego de concluir procesos de mejoramiento como parte de políticas nacionales. Esto puede explicarse mediante una falta de compromiso por continuar una determinada línea de desarrollo, lo que es razonable si la escuela percibe que no se está dando respuesta a las necesidades declaradas por el establecimiento. Sin embargo, si la metodología es útil la comunidad educativa debe responder, reestructurándose de ser necesario, para evitar dicho retroceso.
Por esto sostenemos que, en el marco del ABP, solo si se da la institucionalización de espacios de diálogo a cargo de figuras que ejerzan liderazgo, en distintos niveles con capacidad resolutiva, habrá una apropiación de las prácticas que hacen posible el mejoramiento y la innovación será sostenible en el tiempo.
Este texto es el resultado de un ejercicio de reflexión creado por Martín Cáceres y Carlo Mora, profesores del Curso Aprendizaje Basado en Proyectos en Contextos Universitarios y Escolares, Programa de Educación Media en Ciencias, en la Facultad de Educación de la Pontificia Universidad Católica de Chile (UC).
Los autores:
Vicente Cáceres, estudiante de Pedagogía en Educación Media en Ciencias Naturales y Biología.
Estephania Molina, estudiante de Pedagogía en Educación Media en Ciencias Naturales y Biología.
Constanza Peña, estudiante de Pedagogía en Educación Media en Física.
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