Caitlin O’Connor invita a los docentes a reflexionar sobre cómo se reconoce la diversidad de cuerpos en sus aulas. Además, entrega algunos consejos para hacerlo en materias como matemática y educación física.
Caitlin O’Connor es profesora de Inglés y una entusiasta promotora del movimiento Body Positive (positividad corporal), que busca que las personas y el entorno adopten actitudes positivas hacia sus cuerpos, sin importar su color, altura o contextura, con la intención de valorar siempre la identidad única. Bajo esa premisa, Caitlin hace en Edutopia una importante reflexión y entrega algunos consejos sobre cómo se puede hablar de la positividad corporal en el aula.
Esta profesora, que ha publicado en distintos medios y blogs de profesores sus reflexiones, investigaciones y experiencias pedagógicas sobre la importancia de la inclusión, parte su propuesta cuestionando si la educación moderna toma en cuenta cómo han evolucionado las percepciones del cuerpo.
¿Por qué crear espacios que reconozcan y honren la diversidad de tamaño de los estudiantes?
“Promover la delgadez como ideal, como algo a lo que aspirar, como la forma correcta de que exista un cuerpo, es contrario a fomentar de una imagen corporal positiva. Common Sense Media informó en 2015 que más de la mitad de las niñas y un tercio de los niños de 6 a 8 años creían que deberían ser más delgados. Y las personas gordas siguen estando comúnmente asociadas con rasgos negativos como la pereza, la falta de liderazgo y la falta de inteligencia. Todo esto apunta a un entorno en el que los estudiantes con cuerpos más grandes se sienten estigmatizados (…) Nuestros estudiantes y nuestro mundo están obsesionados con el miedo a la gordura, y las representaciones positivas o incluso neutrales de todo tipo de cuerpo podrían aliviar el estigma que sienten los estudiantes gordos”, escribe la profesora.
Bajo esa premisa, Caitlin invita a empezar la reflexión haciéndose preguntas personales, tales como: ¿me avergüenza mostrar mi almuerzo frente a mis estudiantes? ¿El texto de mi libro tiene información obsoleta sobre el índice de masa corporal? ¿La biblioteca de mi clase incluye libros que tome en cuenta todos los cuerpos?
La profesora también comenta que es importante mirar los muebles de las aulas. Observar si tienen escritorios con asientos separados para que todos los estudiantes puedan sentirse cómodos y si los escritorios están lo suficientemente separados para acomodar la transición fácil de sus estudiantes dentro y fuera del aula.
¿Cómo enfrentar la comprensión de los estudiantes de diversos tamaños en distintas materias?
Caitlin entrega varios consejos para aplicar en distintos ramos. Si se trata de clases de matemática, es importante tomar en cuenta no resolver problemas matemáticos que se centren en la comida o la tasa de cambio de peso de las personas. En educación física, evitar pedirle a los estudiantes que hagan tablas de índice de masa corporal o de pesos.
La profesora invita entonces a hablar en el aula sobre comportamientos que mejoren la salud mental, relaciones saludables con los alimentos ricos en nutrientes y mostrar a los estudiantes modificaciones en los ejercicios, que permitan que todos los cuerpos se muevan alegremente. Pensar siempre en Body Positive.
“En el contexto de mi área temática, que es el inglés, pongo a disposición representaciones de cuerpos gordos en un contexto positivo o neutral, es decir, personajes gordos que tienen éxito y hacen cosas increíbles”, escribe la profesora.
Para este trabajo, Caitlin invita a sus estudiante a leer los siguientes libros:
- Dumplin, por Julie Murphy
- Fat Angie, por e.E. Charlton-Trujillo
- Dietland, por Sarai Walker
- My Ideal boyfriend Is a croissant, de Laura Dockrill
“Estas son formas simples en las que podemos cambiar nuestra comprensión de las personas de diversos tamaños y las conversaciones que tenemos sobre ellas a lo largo del plan de estudios. Un aula que reconoce y busca combatir el estigma de peso le da a todos los estudiantes acceso al plan de estudios y al contenido que no solo desafía la noción predeterminada de que ser delgado es saludable, sino que ofrece argumentos en contra de esa idea”, reflexiona Caitlin.
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