Elsa Punset Bannel, una escritora y filósofa española, diseñó la sencilla actividad. Aquí te explicamos de qué se trata.
“La educación emocionalmente inteligente enseña al niño a tolerar la frustración y a comprender y aceptar que los demás también tienen necesidades y derechos”, asegura Elsa Punset Bannel, una escritora y filósofa española que diseñó una actividad sencilla y perfecta para desarrollar en los niños una actitud positiva. Se trata del frasco de la felicidad, una herramienta perfecta para que los estudiantes, además de manejar sus emociones, aprendan a enfrentar los problemas de una forma diferente. Es cierto que los niños tienen personalidades que los hacen más o menos optimistas, sin embargo, expertos en educación, aseguran que el positivismo sí se puede enseñar y hacerlo, debería ser una prioridad.
¿Qué se puede aprender de la actividad diseñada por la experta? Con el frasco de la felicidad, los niños podrán reflexionar sobre las cosas buenas que les ocurren a lo largo del día, aprenderán a apreciar los pequeños detalles que suele pasar desapercibidos y recordarán experiencias positivas. Varios expertos han dicho que el cerebro recuerda mucho más los acontecimientos negativos; el frasco de la alegría busca el objetivo opuesto a este, y de una forma muy sencilla. ¿Cómo funciona?
1. Un frasco de cristal
Se necesita un frasco grande de cristal. Ese será el frasco de la felicidad. Puedes marcarlo con un marcador y ubicarlo en un lugar visible de la sala de clase. Vanessa Orrego, psicóloga de Elige Educar, sugiere la posibilidad de crear un frasco por niño.
2. Escribir
Cada día, niños y profesores tendrán que escribir en un papel lo mejor que les pasó durante la jornada escolar. Pueden ser cosas sencillas: una palabra amable, una sonrisa, un buen resultado en un examen. Al escribirlo, asegura la experta, se grabará en el cerebro. Los niños tendrán que doblar el papel e introducirlo en el frasco.
3. Leer
Cuando el frasco esté lleno, se sacan los papeles y se leen todos los mensajes positivos. Vanessa aconseja que los mensajes se lean una vez por semana.
Fuentes: Guía Infantil
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