¿Qué hacer y qué evitar al leer en voz alta?

La lectura en voz alta puede parecer una actividad simple, mecánica y sin mayor intencionalidad más allá de la mera entretención, sin embargo dicha acción es clave para el desarrollo infantil ya que favorece en los niños el desarrollo lingüístico, la reflexión personal y el descubrimiento del mundo (tanto exterior como interior). Además acerca a los niños a dos elementos necesarios para un adecuado crecimiento tanto emocional como social: la fantasía y la ficción.

La lectura en voz alta es un espacio de afecto entre adulto y niño, que además de incluir un acompañamiento físico cercano (adulto-niño-libro), debe fomentar el juego mutuo, las reflexiones conjuntas y la apreciación del arte en las ilustraciones. Debe ser un momento de tranquilidad y felicidad, que permita al niño vincular esa emoción de alegría con la lectura de libros en cualquiera de sus versiones. En este proceso, la voz del adulto es parte fundamental, su voz es el medio natural para expresar estados de ánimo y emociones. Además, son ellos quienes tienen la capacidad de: “ofrecer el material simbólico inicial para que cada pequeño comience a descubrir, no sólo quién es, sino también quién quiere y puede ser” (Colomer, 2003). Pero, ¿qué hacer y qué evitar al leer en voz alta? Acá comparto algunas ideas.

Antes de la lectura

Es fundamental ejercitar las voces y sonidos que se ocuparán durante el relato, además de revisar las oraciones y las pausas necesarias de realizar en cada momento de lectura. Además, se debe cautelar que el tamaño de las ilustraciones sea adecuado para que todos los estudiantes puedan verlo y sin mayores dificultades.

También es recomendable preparar el espacio, poner cojines o sillas de forma especial, elementos como luces o mantas para crear ciertas atmósferas, o simplemente variar en la disposición del lector-oyente. Se aconseja otorgar algunos minutos para que niños y niñas se dispongan mental y físicamente para oír la historia.

Por último, y antes de iniciar la lectura, se recomienda explorar los componentes del texto como el título, las ilustraciones, el nombre de autor e ilustrador. El objetivo es analizar el contexto para elaborar predicciones respecto a la historia. ¿De qué se tratará? ¿Por qué el libro se llama de esa manera? ¿Cómo sabemos eso? son algunas de las preguntas que se pueden realizar.

Durante la lectura

¡Leer con emoción! Esa debe ser la principal premisa de quien decide leer un texto infantil. A ello, se debe sumar una pronunciación adecuada, respetar los tiempos y silencios del texto, estimular la elaboración de inferencias con preguntas como ¿qué podría suceder? ¿por qué ocurrió aquello?, además de identificar en la historia aspectos de la vida misma.

Es también recomendado, reflexionar sobre las emociones de los personajes y cómo el lector u oyente recibe dicha información ¿Qué siente el personaje? ¿Por qué crees tú que se siente así? ¿Cómo te sentirías en su lugar? Son algunas de las preguntas que se pueden realizar.

Después de la lectura

Terminada la lectura se recomienda recrear la historia con palabras propias, entablar una conversación respecto al texto (emitir juicios y fundamentar), invitar a representar visualmente la idea principal de la lectura y otorgar tiempo para conversar sobre ella, dejando fluir pensamientos, miedos, esperanzas y reflexiones.

Qué evitar…

Leer sin mostrar claramente las ilustraciones, leer sin tener el tiempo suficiente para terminar la historia, leer de forma plana y monótona, pasar por alto el tiempo para preguntas y reflexiones de niños y niñas, y olvidar un espacio para el cierre de la lectura. Para evitar frustraciones o rechazo ante la lectura de libros, estos puntos son FUNDAMENTALES.

Claudia Ortega Arancibia es Educadora de Párvulos, diplomada e Fomento de la lectura y Literatura Infantil y juvenil de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Actualmente se desempeña como Educadora en Saint Gaspar College y se encuentra realizando un Máster en libros y Literatura Infantil y Juvenil en la Universidad Autónoma de Barcelona.