Debemos dar espacio para que los estudiantes se transformen en co-constructores del aprendizaje.
La forma vertical de concebir la educación afecta, en muchas ocasiones, relaciones humanas entre docentes y estudiantes, lo que a su vez va en desmedro de la calidad educativa. El proceso de enseñanza-aprendizaje ya no puede centrarse en los docentes y las materias que enseñan, ni los estudiantes pueden seguir siendo relegados a tener un rol pasivo. El saber no puede incorporarse por aproximaciones sucesivas, en la que el conocimiento se da como verdades acabadas y que tienen escaso o nulo vínculo con la realidad.
En la actualidad se requiere de una formación que desarrolle el pensamiento crítico y reflexivo y que potencie una “revelación consciente de las ideas, habilidades y actitudes previas de los estudiantes en relación a un evento o fenómeno” (Harlen, 2010: 50). De esta forma una educación basada en el constructivismo permite que el centro del proceso de enseñanza-aprendizaje sean los estudiantes y sus experiencias, facilitándoles el desarrollo de habilidades y destrezas adecuadas para construir, en forma participativa y activa, los conocimientos planteados en el currículum.
Es fundamental que como profesores comprendamos que cada estudiante es importante y a la vez diferente, que tiene experiencias por compartir, y que no somos nosotros los adultos, los únicos que tenemos algo que contar. Debemos abandonar el adultocentrismo que tan instalado está en las aulas. Desde esta comprensión podemos brindar un contexto educativo facilitador que estará caracterizado por tres grandes elementos:
Un clima de clases cálido y acogedor
Un clima donde nuestros estudiantes se sientan en familia. Debemos ir deshaciéndonos de la rivalidad escuela-familia. Esto mejora las relaciones entre estudiantes y profesores, y entre estos y las familias, lo que no excluye en ningún caso el respeto mutuo.
Oportunidad de elegir
Se trata de darles a los estudiantes libertad para ir decidiendo progresivamente qué contenidos temáticos quieren estudiar, cuáles son sus intereses y motivaciones. No se trata de abandonar el currículo nacional, ni de que dejemos de ser líderes educativos, sino de incorporar y adaptar los propios intereses de los estudiantes en las aulas. Una gran ventaja para ellos, es poder perfilar mejor el curso de sus estudios, en función de sus aptitudes y de su proyecto de vida.
Evaluación en equipo
La idea es que los profesores podamos construir en equipo con nuestros estudiantes las formas evaluativas, valorando más lo que saben que lo que no saben. La noción de una evaluación intimidante y castigadora debe desaparecer. Si nos orientamos en este principio, la evaluación de los alumnos pierde su carácter competitivo y angustiante y, por el contrario, puede convertirse en un medio estimulante y motivador para ubicarse en una gradiente de progreso adaptada a su ritmo.
Desde hace varios años me he permitido intentar llevar estas ideas a mi práctica diaria, tanto en el colegio como en la universidad, pero no como algo impuesto sino más bien como espontáneo.
En un afán de innovar y de hacer de mi práctica cotidiana una educación constructivista, cada vez que algún estudiante me propone alguna idea a partir de sus propios intereses, les permito ser los protagonistas de su propia educación y anclo sus ideas al currículum nacional, las que he dejado fluir como un proyecto o una investigación en conjunto con mis estudiantes. Y los efectos no se han hecho esperar…
Hace un par de años un estudiante que no era del área científica me hizo un comentario sobre el tipo nutrición que se enseñaba como ideal en los colegios. Al respecto estuvimos conversando y él me comentó sobre algunos fenómenos nutritivos que él había escuchado. La verdad yo no sabía mucho de ellos, pero en ese momento encontré que existía una gran oportunidad: aprender juntos. Fue así como nos propusimos hacer un proyecto donde ambos investigaríamos sobre el tema. Luego construimos una rúbrica de evaluación en conjunto y finalmente presentó su brillante proyecto de investigación al resto de sus compañeros y compañeras. Esta experiencia me demostró que si permitimos espacios a nuestros estudiantes para escoger los temas que desean estudiar y/o conocer, se comprometen mucho más con el estudio y todos salimos ganando aprendizajes nuevos.
El 2016, un par de estudiantes sin ponerse de acuerdo entre ellos, me hicieron una consulta sobre un mismo tema, uno muy específico de la actual ingeniería biomolecular. Se trata de CRISPR (en inglés: clustered regularly interspaced short palindromic repeats, en español repeticiones palindrómicas cortas agrupadas y regularmente interespaciadas). Algunas enfermedades heredadas como la fibrosis quística, la anemia y otras, podrían ser corregidas gracias a la tecnología CRISPR/Cas 9. No profundizaremos este tema en estas líneas, no obstante, podemos señalar que estamos frente a una tecnología que podría cambiar las nuevas formas de pensar y a una la existencia humana que tendrá cambios axiológicos importantes, como lo fue en algún momento la incorporación de internet a nuestras vidas cotidianas.
Para poder entender este complejo y nuevo tema, me permití invitar a ambos estudiantes a investigar y leer en conjunto algunos de los escasos papers encontrados en la web. Luego de un tiempo investigando en el tema, ellos prepararon una presentación que fue expuesta en los niveles de tercero y cuarto medio, con la esperanza de generar en los demás estudiantes motivación y ansias de conocimiento. De tal manera se produjo un aprendizaje en equipo, donde el rol vertical del profesor y el adultocentrismo desaparecieron por completo. Aquí solo existían las ganas de tres personas por aprender y de aprender en conjunto.
Como señala uno de mis estudiantes de 4 medio, “la mayoría de las experiencias de escolares respecto a su educación se pueden resumir en escribir y recibir las ideas que el profesor transmite, para luego repetirlas en una prueba que mide “sus conocimientos”. Sin embargo, tuve el agrado de participar en la experiencia de investigar un tema con una profesora y un compañero, algo tan nuevo para nosotros como para la sociedad científica, que significó un cambio en el mecanismo usual de la jerarquía alumno-profesor en el proceso de aprendizaje”.
La experiencia fue sin duda muy positiva tanto para los estudiantes como para mí como profesora.
En experiencias como estas la construcción del saber se lleva a cabo no solo por parte del profesor, sino también por los alumnos. Esto motiva a estudiantes y profesores a seguir explorando y actualizando sus conocimientos de manera interactiva, resultando en algo provechoso tanto para el maestro como para el aprendiz.
La tercera historia ocurrió el año pasado, una estudiante tuvo que realizarse una cirugía compleja e impactante, que significó para ella un cambio muy relevante en su vida. Así, considerando los factores psicoafectivos acordamos con la estudiante realizar una investigación sobre su propia cirugía en la asignatura de biología electiva, buscamos el cruce de su experiencia con parte del currículo de ese nivel. La experiencia fue sin duda muy positiva tanto para los (as) estudiantes del grupo curso como para mi y extraordinariamente muy significativa para la estudiante de esta historia. “Me sentí muy bien al hablar del tema con mi profesora y amigos, ya que fue algo que marcó mi vida para siempre”, señaló en una ocasión.
Invito a todos y todas mis colegas a dejarse llevar por la sensación liberadora de ser uno más del grupo, de abandonar el verticalismo y el adultocentrismo en la educación y a vivenciar la maravillosa experiencia de aprender como iguales con nuestros estudiantes.
Karin González Allende:
Profesora de Biología y ciencias Naturales.
Académica del Departamento de Estudios Pedagógicos de la Universidad de Chile. Tras 21 años de experiencia, Karín González se desempeña como docente en Trewhela´s School y el Liceo Experimental Manuel de Salas. Además de dicatr clases en la Universidad de Chile. Esta doble militancia, entre el contexto escolar y universitario, le ha permitido mantener "los pies en la tierra" al momento de formar a los futuros profesores.
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